Recientemente volví a ver La señora de Cárdenas, telenovela escrita por José Ignacio Cabrujas y transmitida en 1977 en el desaparecido canal de televisión RCTV. Para los que no han tenido la oportunidad de verla (actualmente se pueden encontrar fragmentos largos en YouTube) la telenovela retrata los conflictos de un matrimonio ante el descubrimiento de una infidelidad.
Protagonizada por Doris Wells y Miguelángel Landa, además de un elenco de primera línea, esta ficción que formó parte de las llamadas telenovelas culturales, es un retrato fiel de una estructura familiar que se mantiene vigente.
En ella se representan arquetipos que son parte de nuestra idiosincrasia como latinoamericanos. Todos hemos conocido a una Pilar, esposa sufrida capaz de ir a conversar con la amante de su marido y tal vez estamos cerca de un Alberto, marido infiel que huyendo de la mediocridad de su día a día busca afianzarse como macho conquistador.
La señora de Cárdenas más que realista es reflexiva. Expone a los personajes desnudos en sus conflictos y contradicciones. Sus diálogos descubren el mundo interior de una sociedad llena de prejuicios y pensamientos atávicos. En ella, Cabrujas revela los lugares comunes que muchos no se atreven a exponer, ni en los años setenta ni ahora. El escritor escarba en lo doméstico y lo trae a colación de un modo fino, sin superficialidades.
Su texto es mucho más moderno que cualquier guion de telenovela de nuestra época. Los personajes tienen profundidad, opinan, razonan y cambian durante el proceso de la historia.
Esta telenovela tiene muchos méritos: las actuaciones, los diálogos. Sin embargo, lo que más llama la atención es que su historia no ha perdido fuerza con el paso de los años. La violencia machista que se vive en nuestros días es un indicio de que los patrones de conducta entre hombres y mujeres siguen respondiendo (a pesar de los cambios de la sociedad) a una ideología que limita el libre desenvolvimiento.
A fin de cuentas ¿qué es la violencia de género? Simplemente una consecuencia de la desigualdad muy marcada entre varones y mujeres. Desigualdad no solamente sostenida por las conductas masculinas, avalada por la forma de ser –y de pensar- de algunas mujeres, sobre todo en nuestros países.
La señora de Cárdenas es una historia repleta de personajes fácilmente reconocibles y que afortunadamente cuenta con unos diálogos que buscan exponer con lenguaje crítico sus comportamientos. Cabrujas les da voz y a la vez parece analizarlos.
En nuestros tiempo, cuando la televisión (especialmente la latina) está cada vez más cerca de contar historias que no se alejan del happy ending y la superficialidad, resulta interesante redescubrir lo moderno que puede resultar, en ocasiones, el pasado.