Miguel Cabrera fue a batear sin nadie a bordo en el primer inning de este jueves, contra el as Jake Arrieta. Caminó hacia el home con un average sobre .300 y perfecto estado de salud, de acuerdo con los reportes y su propio testimonio. Un swing después, trotaba alrededor de las bases, con su segundo cuadrangular de la pretemporada.
Cabrera es el mejor ejemplo de cómo las cosas pueden cambiar para bien entre el otoño y la primavera, beisbolísticamente hablando. Su compatriota Salvador Pérez triplica el número de cuadrangulares que ha conectado el aragüeño, pero el balance es auspicioso. Luego de duplicar en cuatro turnos contra los Filis, el inicialista dejó sus promedios en .333/.358/.542. Son números que recuerdan sus mejores tiempos con el madero.
El nativo de Maracay ha hecho poco ruido en el Spring Training. De él se habló al inicio de las prácticas, especialmente. Comprobado su buen estado de salud, el mundo de los diamantes volteó a mirar desempeños más clamorosos, como los de Pérez, Ronald Acuña jr. o José Pirela. Pero el paso silencioso y efectivo del mejor toletero criollo de todos los tiempos tiene que causar entusiasmo entre sus seguidores.
Ya suma seis extrabases, incluyendo dos jonrones. Por eso su robusto slugging. Ha chocado la pelota con soltura: apenas se ha ponchado siete veces en 48 turnos. Está ligando hacia la banda contraria con contundencia. Sus dos vuelacercas, de hecho, han salido por el right. Tiene una brillante suma de .900 en OPS.
Es muy pronto para sacar conclusiones. Hay que esperar hasta junio o julio para concluir que el mejor Cabrera está de vuelta. Pero lo que está haciendo en la Liga de la Toronja es el mejor augurio después de un año plagado de lesiones, signado por la sequía que dos hernias discales causaron a su proverbial ofensiva.
La suya no es la única historia emocionante en estos entrenamientos primaverales. Su compañero Víctor Martínez estuvo de día libre, pero sus numeritos continuaban allí, hablando de su condición. Llegó a este viernes con .294 de average y .968 de OPS, con 3 tubeyes y 5 bambinazos. A punto de cumplir 40 años de edad, luego de dos zafras a la baja y preocupantes problemas de salud, su desempeño en los encuentros preparatorios da para el optimismo, cuando está por comenzar el último torneo de su contrato multianual.
Cabrera y Martínez ya tenían asegurado su lugar en el lineup de Detroit, sin importar lo que hicieran este mes. Pablo Sandoval no lo tenía con San Francisco. Ni siquiera ahora cuenta con esa garantía, a pesar de que no ha dejado de batear en la Liga del Cactus. No importa. El solo hecho de verle con buen ritmo en el plato sirve para pensar en un mejor futuro para quien llegara a ser uno de los aporreadores más conspicuos de la embajada nacional, caído en desgracia al dejar a los Gigantes como agente libre y aceptar un mejor convenio con los Medias Rojas.
El Panda cerró el miércoles con .326 de average y .902 de OPS, después de 43 turnos. Mostraba tres biangulares y dos bambinazos, con la bicoca de 14 empujadas en 16 choques. No tiene dónde jugar a diario con su antigua escuadra, pero parece casi seguro que será parte del roster inaugural. Le tocará luego aprovechar cada oportunidad para abrirse paso y recuperar el protagonismo perdido.
@IgnacioSerrano
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