Yangervis Solarte llegó a los Azulejos de Toronto en el receso entre temporadas, sin una posición fija y con la perspectiva de ser utility de los canadienses. Todo indicaba que a estas alturas estaría en la banca, ayudando en varias esquinas del diamante. Pero he aquí que no ha habido venezolano con mayor despliegue de poder que el nativo de Valencia.
Solarte amaneció el martes con 9 cuadrangulares, 22 empujadas y .886 de OPS. No hay otro criollo con más vuelacercas que él, ni siquiera Miguel Cabrera, por más que las lesiones de Eugenio Suárez, Rouglas Odor y Salvador Pérez le hayan impedido al trío mostrar una cosecha más importante a estas alturas.
La lista de mayores jonroneros del patio es, esta semana, reveladora y curiosa: detrás del magallanero aparecen Eduardo Escobar, David Peralta, Asdrúbal Cabrera y Robinson Chirinos, todos con 6.
Solarte es, en cierto modo, la mayor sorpresa de todas. Nunca ha llegado a 20 tablazos de vuelta completa en las Grandes Ligas, pero tiene una proyección de 42, con 102 impulsadas y 70 extrabases. Serían números superlativos. Para llegar a ellos, tiene que mantener el ritmo en el resto del camino, pero no deja de ser llamativo que en el segundo mes de acción todavía no haya bajado el paso.
Esto ha sucedido a pesar de que el carabobeño se ha rotado por la antesala, la intermedia, el rol de designado, las paradas cortas y la inicial. Dos de sus jonrones aparecen entre los cinco tablazos más largos que sus compatriotas han conseguido en 2018. Su línea de .270/.354/.532 es la mejor de su vida, por la combinación de poder y capacidad para embasarse que recoge en ella y que se refleja en ese brilllante .886 de OPS que enseña su hoja de servicio.
Solamente una vez ha terminado Solarte con un average superior a .270 y jamás ha conseguido un OBP o un slugging semejantes a los que muestra por estos días. Y hay que reafirmarlo: todo ha sido mientras cumple cinco roles diferentes, lo que recuerda la gran actuación de Marwin González en 2017 con los Astros de Houston.
Las lesiones de Troy Tulowitzki y Josh Donaldson han sido una pésima noticia para los pajajritos, pero al mismo tiempo ha resultado el chance dorado, la gran oportunidad para mostrarse y ganar terreno.
Solarte llegó a Canadá sin lugar predeterminado, luego de jugar mucho en segunda y tercera con los Padres de San Diego. Un frío entrenamiento primaveral contribuyó a dejarle en el limbo de esos que no son titulares, incluso teniendo garantizado su lugar en el roster grande. Entonces se lastimó Tulo, y Donaldson acusó el síndrome del brazo muerto. Lo demás está a la vista.
¿Es sostenible lo que está haciendo el valenciano? Algunos pudieran ver un espejismo en esta explosión. Quizás. Pero no debe olvidarse que se mudó del Petco Park, uno de los estadios más hostiles a los bateadores, al Rogers Centre, escenario propicio para la ofensiva. Además, parece haberse adaptado a los nuevos tiempos, está haciendo más swing (proyecta más de 100 ponches por primera vez) y está tomando más envíos malos (va camino a 74 bases por bolas, siendo que nunca ha llegado a 60).
El trecho es muy corto para sostener sin ambages que será el líder jonronero de Venezuela en esta justa. Pero ha sido divertido verle dar los primeros pasos en ese camino.
@IgnacioSerrano