Sólo el que mira a una mujer cargando en brazos a su hija muerta, convertida en un amasijo de huesos y piel, porque no se la reciben ni en la morgue, ni en los hospitales, ni en la policía, ni en los bomberos, ni en ninguna parte, ya que no hay electricidad desde hace 4 días, comprende que no hay otra salida.
Sólo el que mira a miles de personas recogiendo agua podrida del río Guaire, la cloaca de Caracas, para calmar la sed y llevar un poco de ese líquido, aunque esté contaminado con heces fecales, para cocinar, bañarse o hacer otra tarea simular en su casa, sabe que ya no se puede esperar más.
Sólo el que ha visto morir a cientos de niños recién nacidos por desnutrición y a miles de enfermos por falta de medicinas, ancianos abandonados a su suerte, hombres, mujeres y niños hurgando en la basura para llevarse un bocado de comida a la boca; sienten que estos no se le puede dar más largas.
Sólo el que ha visto a decenas de jóvenes con las vísceras afuera de un balazo disparado por una piltrafa uniformada de militar, delincuente o policía que arremete contra el legítimo derecho que tienen los venezolanos o cualquier ser humano del mundo a protestar por este desastre en que han convertido al país Nicolás Maduro y su camarilla; reclaman otro nivel de acciones.
Sólo el que ha visto que millones de nuestros compatriotas han tenido que salir huyendo del país para salvar su vida y la de sus familiares o para buscar mejores condiciones de vida, exigen del liderazgo político mayor firmeza y decisión.
Sólo el que ha visto una invasión de nuestros país de bandas de delincuentes, terroristas, narcotraficantes, guerrilleros, paramilitares y efectivos militares de otra nación, como ha ocurrido en Venezuela con las tropas Cuba, la FARC, el ELN, Hezbola, Hamas, carteles de la droga colombianos y mexicanos, etc. amparados por un régimen que se lucra con ellos y por eso permite la matanza de los venezolanos; entienden que llegó la hora de actuar.
Sólo el que ha visto esto y no voltea el rostro, ni se hace el loco, entiende por qué un grupo de diputados, agrupados en un bloque parlamentario denominado 16 de Julio, solicitamos que la Asamblea Nacional de Venezuela autorice el ingreso de una coalición internacional que ayude al pueblo venezolano a salir de esta pesadilla.
Somos diputados que interpretamos cabalmente el clamor de la inmensa mayoría de los venezolanos que sabe perfectamente queNicolás Maduro nos está atacando y debemos defendernos, pero que no podemos solos. Nadie puede enfrentar un ejército de facinerosos armados hasta los dientes con sofisticados equipos bélicos, mientras que nosotros salimos a enfrentarlos con banderas y escudos de cartón.
En 20 años de lucha los venezolanos hemos dado todo: hemos marchado, protestado, votado, organizado nuestro propio plebiscito (16 de julio de 2017), denunciado, todo. Pero ya estamos en un punto de no retorno, no hay vuelta atrás.Hoy, lo que procede es la actuación de una coalición democrática internacional que responda a la responsabilidad de proteger (R2P), según lo acordado en la Asamblea General de Naciones Unidas en 2005. Y esto no es más que el uso de la fuerza, por parte de uno o más Estados, para detener el maltrato de un Estado contra sus propios ciudadanos. Y eso pasa en Venezuela.
En nuestro país se cometen graves delito de lesa humanidad, como lo ha denunciado la Organización de Estados Americanos (OEA). En 2017, este organismo internacional señaló que existen evidencias de usosistemático, táctico y estratégico del asesinato, encarcelación, tortura, violación y otras formas de violencia, como herramientas para aterrorizar al pueblo venezolano. Además nuestra Constitución Nacional prevé la posibilidad de autorizar el ingreso de una misión militar extranjera, en su artículo 187, ordinal 11. Pero solo la Asamblea Nacional puede aprobar esta medida y de la mano del presidente Juan Guaidó, ejecutarlo. Es un sentimiento nacional de millones de venezolanos que entendemos que necesitamos ayuda externa urgente.
Activar el 187 es crear el respaldo constitucional para que todas esas fuerzas que están a la espera, o preparándose para ayudarnos, se aceleren, se integren y podamos vencer al régimen criminal de Maduro. Arrancaría a partir de entonces una acción combinada, interna y externa, para cesar definitivamente la usurpación y avanzar a la libertad.
Proceder con ese artículo es enviar una señal inequívoca a los ciudadanos, a la Fuerza Armada Nacional y a la comunidad internacional de que esto es en serio. Si necesitamos ayuda, debemos pedirla.
La Fracción 16J le ha solicitado al cuerpo en pleno proceda a autorizar el empleo en territorio venezolano de una misión militar extranjera que viabilice el acompañamiento de una ayuda humanitaria que muchos estados y organizaciones dedicadas al auxilio tienen para los venezolanos
Necesitamos esa ayuda externa y si el Parlamento Nacional, el único cuerpo moral y político que nos queda en el país, no la pide formalmente, es probable que no la recibamos.
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