Salvador Pérez apura los últimos pasos en Triple A, en la recta final de su rehabilitación física. Dentro de muy pocos días, posiblemente el martes, saldrá de la lista de incapacitados y hará su estreno esta temporada, luego de que una lesión inoportuna y algo absurda, mientras cargaba su equipaje, le sacara de acción en la víspera del Día Inaugural.
Es una muy esperada cuenta regresiva. El carabobeño viene de una campaña contradictoria, pues implantó un tope personal de 27 jonrones y asistió a su séptimo Juego de Estrellas, pero no cargó con el Bate de Plata y por primera vez desde 2012 no ganó el Guante de Oro.
Todavía es uno de los receptores más reputados de las Grandes Ligas, la cara más visible en el roster de los Reales y una fuerza con el madero que ha ganado el respeto de compañeros, rivales y colegas.
Pronto cumplirá 28 años de edad, el 10 de mayo. Pero aunque esté rayando ese momento en la trayectoria de todo pelotero, en la que empieza su progresivo descenso, llega a este torneo entre grandes expectativas, dueño del récord absoluto de jonrones para un catcher de los monarcas y propietario de la marca absoluta para sus compatriotas en una temporada.
Ningún mascoteador ha dado más cuadrangulares que él en la Americana desde que debutó en las Grandes Ligas, en 2011, y eso incluye dos campañas incompletas, que dividió entre las Mayores y las Menores. Contando desde 2013, su primera zafra completa, Pérez únicamente es superado por Brian McCann en todo el beisbol.
Tamaña cosecha de 114 bambinazos, casi todos cuando ha alineado detrás del plato, se debe a una insólita hazaña que ningún criollo había conseguido antes que él. O al menos no hemos encontrado un caso semejante.
Pérez tiene lleva torneos, y en cada uno ha dado más cuadrangulares que en la justa precedente. Es una escalera emocionante, que comenzó con 3 en 2011 y siguió con 11 en 2012, 13 en 2013, 17 en 2014, 21 en 2015, 22 en 2016 y 27 en 2017.
Eugenio Suárez tiene una seguidilla semejante, pero más corta. Está en su quinta zafra y también ha ido elevando su total año a año, aunque una fractura en la mano derecha le ha puesto en riesgo esta vez.
También es el caso de Pérez, a quien le quedarán cinco meses completos para lograr la hazaña de golpear 28 o más tablazos de vuelta completa.
No es imposible. El valenciano promedió 4,5 jonrones mensuales en 2017 y deberá subir a 5,6 entre mayo y septiembre para conseguir la difícil meta.
Pérez ha ido creciendo como slugger, a pesar de que jugar detrás del plato le quita energías y, por lo tanto, poder. Ha incrementado su slugging progresivamente desde 2015 y fue el líder en cuadrangulares entre los venezolanos durante el Spring Training.
Su estreno en Doble A, al empezar esta última fase de rehabilitación, tuvo el golpe de la madera como banda sonora, al sacar una bola de parque en su primer encuentro.
Ningún receptor venezolano ha logrado jamás superar la barrera de los 30 vuelacercas en un torneo, ni siquiera sumando aquellos que largaron en eventuales apariciones como inicialistas, emergentes o designados. Este podía ser el año. Pero un inoportuno resbalón en marzo nos tiene sacando cuentas en abril.
No importa. Será divertido ver hasta dónde es capaz de llegar el catcher criollo más completo de todos los tiempos.
@IgnacioSerrano