Para los que todavía vivimos en el país puede llegar a ser perturbador ver este documental de Gustavo Tovar Arroyo sobre la realidad venezolana. Es inquietante, aterrador y dramático sobre todo porque lo que se cuenta en él todavía es un relato en proceso.
El audiovisual que se estrenó el pasado mes de junio y que se puede ver gratis en YouTube pretende explicar lo que ha significado el chavismo en Venezuela desde sus inicios y sobre todo exponer las consecuencias de su forma de gobierno.
¿Consigue su cometido? Lo logra y con creces. Con una estructura sencilla, un desarrollo cargado de datos y exponiendo hechos más que opiniones, describe con detalle el proceso de lapidación de un país.
Chavismo: La peste del siglo XXI no impacta porque sorprenda, lo que se cuenta no es novedad, al menos no lo es para quienes hemos vivido en Venezuela los últimos años. Estoy segura que más allá de las tendencias políticas individuales, la mayoría de los venezolanos saben que el país cambió para mal. Hay hechos que demuestran el caos moral, económico, ético y social que se vive en Venezuela.
El documental impacta y conmueve fundamentalmente porque durante casi dos horas logra describir minuciosamente lo que ha sido un proceso largo de casi veinte años. La combinación de datos precisos y los testimonios de diversos personajes sostienen su discurso donde todo encaja.
No es ficción, pero tiene todos los elementos del más complejo de los dramas, corroborando así que la realidad siempre suele ser más pavorosa que cualquier historia inventada. La imaginación usualmente se queda corta ante su contundencia.
La peste del siglo XXI es un buen resumen de las calamidades que han sucedido en Venezuela durante todos estos años y que han sido justificadas con retórica, discursos y palabras que se vuelven huecas al no tener sustento real.
En contraposición a eso este audiovisual expone hechos. Su mayor mérito es la precisión y la claridad en sus aseveraciones. Más allá de discursos políticos, se centra en la exposición del sufrimiento que se vive en Venezuela. Muestra las filas para comprar comida, la escasez, el hambre, la miseria, las enfermedades, las carencias, la inseguridad, los muertos y un largo etcétera de pesares que se viven en el país.
De este modo, La Peste del siglo XXI deja muy en claro que aunque los políticos viven de la retórica, la realidad aplasta cualquier discurso, los hechos siempre tienen más peso que las palabras.