No está fácil elegir el Premio Carrao Bracho al Pitcher del Año. Hay varios sólidos candidatos, con muy sutiles diferencias. Y otros lanzadores con muy buena cosecha estuvieron cerca por muy poco en su intento de conseguir el mínimo de innings necesarios, que es lo menos que se le puede pedir a un abridor con chance de recibir el galardón.
Freddy García (4-0, 2.33 en 11 salidas) se quedó corto por cuatro episodios. A Logan Durán (4-2, 2.94) le faltaron cuatro outs. Junior Guerra (3-2, 2.98) cerró con dos tramos menos de lo requerido.
Otros perdieron opción al sufrir un par de presentaciones adversas. Raúl Rivero (7-2, 3.07) pudo ser el primer serpentinero en la historia con tres de estos galardones en fila, si se le restaran sus dos aperturas más flojas.
Ningún relevista debería colarse. El cubano Hassan Pena estuvo muy bien (16 salvados, 2.17), pero únicamente recorrió 29 pasajes y su relación de ponches y boletos (17/13) fue inocua. Es preciso mucho más que eso para plantar cara a los iniciadores.
Daryl Thompson es otro caso que merece consideración, aunque es víctima de esas sutilezas que mencionamos. Sufrió el castigo de lanzar en un estadio volátil y por eso le sacudieron nueve jonrones (Reinier Roibal y Jorge Martínez, por ejemplo, apenas recibieron uno cada uno). Eso subió su efectividad a 2.79, aunque su WHIP de 1.23 demuestra que también le dieron muchos imparables, algo que es más difícil de atribuir al Chico Carrasquel, que facilita el trabajo de los infielders por su grama artificial
Thompson dejó una brillante relación de cinco ponches por cada base por bolas. Fue, después de García, el tirador más controlado de la liga. Únicamente concedió 1,3 pasaportes por cada nueve innings. Excepcional.
Roibal (5-2, 2.03 y líder con 0,17 cuadrangulares por cada nueve actos), Guillermo Moscoso (5-2, 2.05 y líder con 70.1 entradas lanzadas) y Martínez (7-2, 2.43 y líder en WHIP con 1.03) tienen las hojas de servicio más llamativas.
Al primero le ayudó tener por casa el estadio más hostil a los bateadores. Sus dos oponentes tienen hogar en escenarios más neutros que el Luis Aparicio, aunque no hay modo de saber el Factor Parque en la LVBP, herramienta que ayudaría mucho aquí.
José Montilla creó en su estupendo sitio web Pelota Binaria un Índice de Referencia semejante al OPS ajustado y la efectividad ajustada, sólo que no incluye el Factor Parque. En el caso de la ERA+ agrega un aporte, al considerar las transferencias e incogibles en el número de capítulos recorridos.
Roibal tuvo 213 de IR, o lo que es igual: sus promedios fueron 113 por ciento superiores a la media de la liga. Moscoso tuvo 211 y Martínez 178. Ocuparon las tres mejores plazas del circuito.
¿A quién elegir? Con sus 8,10 fusilados por cada nueve tramos, el cubano de las Águilas vuelve a pedir pista. Pero cuesta dejar de lado que en la favorable Maracaibo puso 1.40 de efectividad, contra 2.60 en la carretera. ¿Cómo habría cerrado si su feudo hubiera sido de menos ayuda?
Por eso, y porque Moscoso recorrió 17 innings más, el equivalente a tres aperturas adicionales en la LVBP, votamos por el de los Tigres, con Roibal como escolta. A Martínez, al final, le pusimos tercero, pues tuvo 11 pasajes menos que el aragüeño y fue el que dio más boletos de los tres.
@IgnacioSerrano