El nuevo Gleyber Torres pudiera ser monticulista. El próximo Ronald Acuña jr. quizás haya nacido en Perú, aunque se reivindique venezolano.
Jesús Luzardo siguió en 2018 el camino casi exacto que en 2012 recorrió José Altuve para llegar a las Grandes Ligas. Comenzó la zafra en Clase A avanzada, dominó luego en Doble A y siguió en Triple A, siempre con números superlativos que hicieron a la prensa californiana preguntar a la gerencia de los Atléticos por sus planes inmediatos con el zurdo.
David Forst, gerente general de Oakland, descartó de plano la posibilidad de llamar a la gran carpa al zurdo usar en esta temporada, a pesar de su buena cosecha.
“Es muy joven y queremos darle la oportunidad de madurar”, razonó Forst, interrogado sobre la posibilidad de llamar al ligaminorista, tomado en el draft colegial de 2016.
El equipo ha descartado que tengan planes de intentar demorar su llegada a las Mayores, para garantizar un año más de dominio sobre su contrato. Así pasó, de hecho, con Torres y con Acuña, que debieron empezar en las granjas de los Yanquis y los Bravos, hasta que fueron llamados cuando se había agotado el lapso que quedaba y todavía sus novenas podían mantener el derecho irrestricto de contar con ellos durante seis años más, después de este.
Forst ha reiterado, en nuevas declaraciones, que le dejarán competir por un lugar en la rotación, que le consideran un pitcher capaz de marcar diferencia y poder ayudar a la divisa verde y amarilla en la próxima zafra, de principio a fin.
¿Tiene Luzardo herramientas tales como para causar ese impacto inicial que han causado Torres y Acuña?
Jugadores como estos dos surgen con muy poca frecuencia, y no sería justo pedirle al zurdo nacido en Lima que ponga la misma huella apenas llegué a la MLB. Pero hay motivos para el entusiasmo, como ese recorrido por tres categorías hasta la antesala de las Grandes Ligas y el lugar privilegiado que acaba de concederle Baseball America al actualizar su escalafón de talentos con vistas a 2019.
Por otro lado, está el dominio rayano en lo impresionante que ha ejercido sobre sus contrincantes desde que saltó al profesional, y tras una demora forzada por las lesiones.
En 2018 lanzó en mayoría de estadios ofensivos, a pesar de lo cual ponchó 10,6 rivales por cada nueve innings, aisló apenas 0,6 jonrones y 2,5 bases por bolas por cada nueve entradas. Su efectividad global fue 2.88, con 1.08 de WHIP.
Luzardo no tiene todavía un lugar comparable con el estatus de sus dos célebres predecesores hace 12 meses. Aquellos llegaron a ocupar el primer lugar en el ranking de Baseball America y recibieron el premio al Más Valioso en la Arizona Fall League. Pero Altuve fue un prospecto mucho menos cotizado que ellos tres y revolucionó todo a su alrededor apenas llegó a Houston.
Cada vez son más y mejores las opiniones sobre este joven nacido en el Perú, hijo de venezolanos, de raíz zuliana, que exigió a los organizadores del Juego de Estrellas del Futuro usar un uniforme con la bandera amarillo, azul y rojo.
Oakland necesita abridores de impacto y todo sugiere que Luzardo lo será. Sólo falta ver si eso ocurrirá desde el comienzo de la próxima temporada y resulta el próximo candidato venezolano al Novato del Año, como Torres y Acuña. Queda muy poco para saber.
@IgnacioSerrano
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