El documental de Netflix escrito y dirigido por Rashida Jones y Alan Hicks sobre la vida y la obra de Quincy Jones genera felicidad y placer en abundancia. Si eres melómano te gustará descubrir a un hombre que ha participado en la realización de gran variedad de música. Sus creaciones conforman una contribución importante a la industria del siglo XX.
El jazz, el pop, el blues, entre otros géneros e intérpretes, que en apariencia no tienen nada que ver son parte de la historia musical que forjó. Jones se rodeó de la mejor gente para generar música extraordinaria por más de sesenta años.
El audiovisual recrea desde el presente, y con su colaboración, lo que ha sido su vida y lo que significó para él los diversos trabajos que ha realizado. También recoge sus impresiones sobre sus relaciones familiares y románticas. Hablan sus hijos, ex parejas, amigos. Aparecen músicos importantes y momentos memorables en su vida musical y personal.
Podría decirse que el documental expone en un cincuenta por ciento su contribución a la música y que el otro cincuenta se centra en revelar al hombre que hay detrás. No es un audiovisual crítico, su propia hija lo codirige y escribe, pero su narración tampoco llega a ser totalmente edulcorada.
El documental muestra su lucidez. El hombre de más de ochenta años parece tener una respuesta para todo y una explicación e interpretación sobre cada una de las circunstancias de su vida. Al igual que el cantante mexicano Juan Gabriel en muchas de sus entrevistas, Quincy Jones habla y nos regala frases precisas y oportunas. Parece un hombre sabio. Sus afirmaciones son poderosas y revelan un grado de reflexión envidiable.
A través de este audiovisual redescubriremos que Quincy Jones no solamente fue el productor de Michael Jackson y el cerebro detrás de las canciones más creativas de su carrera. Como músico y arreglista -desde los años cincuenta- ha generado piezas valiosas. Trabajó con Sinatra, Dinah Washington, Ray Charles, George Benson, Miles Davis, Dizzy Gillespie, entre otros. Es el autor de bandas sonoras memorables, ideó programas de televisión, en términos generales ha sido el artífice de incontables elementos de la cultura. Todos tenemos algo que agradecerle, aunque no estemos enterados.
Inteligente, mentalmente rápido, Quincy Jones se revela como un hombre versátil, entusiasta por la vida y apasionado en el modo de llevar sus relaciones personales. El documental descubre parajes de su vida familiar y orígenes (la locura de su madre, su relación con su padre) que impactan.
De la extrema pobreza a dirigir un imperio, la vida de Quincy Jones es un viaje maravilloso. El audiovisual es un retrato cuerpo completo de un hombre que conoce las herramientas necesarias para generar música, dinero y felicidad en partes iguales. Parece saberlo todo o al menos lo ha fingido bastante bien durante más de ochenta años.