¿Quién podía prever en marzo que Avisail García sería el mejor bateador venezolano en abril?
El anzoatiguense fue mucho más que eso. Cerró el mes inaugural de temporada con .368, el mejor average en la Liga Americana, y amenaza con tener su primera gran campaña en las Grandes Ligas.
García no tenía lugar en Chicago, hace un año. Los Medias Blancas le dieron el jardín derecho a Adam Eaton, adquirido en las múltiples transacciones que hicieron para armar un equipo contendor. Al criollo sólo le quedó disputar turnos como designado.
El patrullero vive hoy otra realidad. Lidera a sus compatriotas con 1.029 de OPS, 20 empujadas, 32 hits, 2 tribeyes y .621de slugging. Además, dio 5 jonrones, uno menos que el tope entre criollos.
En este mes inusual, los sempiternos Miguel Cabrera, Carlos González y José Altuve cedieron el protagonismo a jugadores con menos renombre: César Hernández fue el máximo anotador, con 20; Eugenio Suárez, David Peralta, Francisco Cervelli y Manuel Piña acumularon 6 tubeyes cada uno; Suárez igualó con Altuve la cima en el departamento de boletos recibidos, con 11; José Peraza y Ender Inciarte empataron con Altuve entre los robadores, con 7; Suárez tuvo el mejor OBP, con .411.
García sobresale entre todos, para festejo en la Ciudad de los Vientos. Desde 2013, campaña que empezó con 21 años de edad, no mostraba su verdadero potencial. Aquella vez ligó para .283 de average, con .731 de OPS entre su actual escuadra y los Tigres de Detroit. Apareció en la lista de prospectos de Baseball America. Todo era promesas y entusiasmo.
Vinieron luego las lesiones, las sequías y el cambio de rol. Tras años de ser comparado con Cabrera, por el parecido físico, el impulso decayó.
El mal torneo que tuvieron los Medias Blancas en 2016 es, quizás, lo mejor que pudo pasarle al nativo. La gerencia decidió salir o dejar ir a jugadores clave, como el propio Eaton, y emprender una reestructuración a partir de la adquisición de Yoán Moncada y otros prospectos. Eso le devolvió un lugar en las praderas del US Cellular Field y parte de la confianza perdida.
El resto, como viene explicando el propio jugador desde febrero, tiene que ver con una concienzuda preparación física, ajustes en el swing y adecuada alimentación.
¿Es esto un golpe de suerte? ¿Deberíamos esperar una regresión?
García ha contado con algo de fortuna. Tiene una relación de 21 ponches y sólo 5 boletos, lo que sugiere que más temprano que tarde su average va a bajar. Necesitaría abanicar menos y poner más la bola en juego, porque también va a reducirse su average de pelotas bateadas, actualmente en .443, demasiado elevado para ser verdad.
¿Significa que es un espejismo? ¿Qué terminará la zafra a la baja?
No necesariamente. Es improbable que siga bateando .368 o que cierre con un OPS sobre 1.000, pero el entusiasmo de los scouts nunca fue gratuito. No olvidemos que llegó muy joven a las Mayores. Esos 14 vuelacercas que dio en 2012, siendo veinteañero, entre Clase A avanzada y Doble A, fueron prueba de talento. También el promedio de .291 que dejó en las menores. Y su relación de ponches por cada base por bola ha sido algo mejor que en abril, con cuatro fusilados por cada transferencia.
Ya publicada esta columna en la edición impresa de El Nacional, nos topamos con un reportaje audiovisual preparado por ESPN. Añaden un dato revelador: gracias a los datos que maneja el sistema de computadoras de Stat Tracker, consta que el ángulo de salida de las pelotas que conecta es más elevado ahora, y también está siendo mucho más consistente al chocar la pelota con el centro del bate, respecto al pasado. Esto pudiera ser la clave que explica el aumento del poder.
Quizás le llegó la hora de brillar. Ojalá. Será entretenido averiguarlo.
@IgnacioSerrano