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De la huelga petrolera de 1936 a la tiranía del Siglo XXI

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Para entender las reivindicaciones salariales a lo largo de la historia democrática del país, es menester pasearnos por la historia y hacer énfasis en esas fechas históricas para las conquistas laborales, que hoy se ven robadas por una tiranía que se paga y se da el vuelto en favor de una minoría y de una cúpula civico militar.

En 1936 se suscitaron en Venezuela una serie de eventos de gran relevancia para la historia laboral del país. En ese año se da la huelga petrolera, donde los trabajadores exigían mejores condiciones laborales y un aumento de salario de 1 bolívar; suministro de agua potable y baños en las instalaciones, disponer de transporte, y adecuaciones de las áreas petroleras del país, entre otras. Esa paralización duró 35 días, cuando el presidente Eleazar López Contreras, giró una orden de parar la huelga, y accedió al justo reclamo y se establecieron mejores condiciones.

En ese momento surge el Movimiento Sindical en Venezuela; se crea la Confederación Venezolana del Trabajo ( CVT), y se crean los primeros sindicatos de Venezuela.

En 1942, se produjo un hecho muy importante para la historia laboral del país, el presidente Isaías Medina Angarita, emitió un decreto mediante el cual, le exigía a las empresas trasnacionales, crear las Casas de Abastos o Comisariatos, para que los trabajadores tuvieran acceso a los alimentos a precios accesibles.

No obstante, en 1946 se firma el primer contrato colectivo de los trabajadores petroleros, en el mismo ya se hace ley el Comisariato y todos los beneficios laborales de los trabajadores petroleros en el país. En esta primera contratación colectiva que se firmó en el país, se lograron importantes beneficios como el salario, las clínicas de los campos de trabajo, escuelas, la meritocracia, el plan de viviendas, bonos por tiempo de viaje, bono nocturno, horas extras y la seguridad y protección industrial, entre otros.

En 1998 con el cambio de gobierno en Venezuela, llegó Hugo Chávez a la presidencia, y en ese momento regía la contratación colectiva que se firmó en 1997, donde se logró un aumento de 5.000 bolívares diarios, que para ese entonces estaba  en 500 bolívares por dólar. El salario mínimo de un trabajador petrolero (obrero), estaba por el orden de 460 dólares más los gananciales que se ubicaba en 650 dólares. Un técnico como Iván Freites tenía un salario de 1.200 dólares.

La dicha de pertenecer a la industria petrolera, comenzó a mermar en 1998.

Es de resaltar que todas las conquistas que logramos los trabajadores petroleros fue con patronos privado, era con las trasnacionales y a partir de 1976, el patrono era el Estado, quien además homologa las contrataciones colectivas, por ende, allí se inicia un proceso inadecuado y desequilibrado en las relaciones laborales en la industria petrolera nacional.

Luego llegó el año 2000, y el gobierno en sus ansias de apoderarse de todo, realizó un referéndum consultivo para consultar al país si las organizaciones sindicales tenían razón de ser, utilizando todo el Registro Electoral Permanente y no solamente a los afiliados sindicales. En esa oportunidad todas las juntas directivas fueron suspendidas por 180 días; y a pesar de todas estas arbitrariedades que sólo se ven en dictadura, resultó derrotado el gobierno.

Posteriormente, en 2001 realizan nuevas elecciones y Carlos Ortega de la CTV, derrota a Aristóbulo Istúriz. En vista de la paliza, el gobierno no acepta ni aprueba las elecciones, y comienza una debacle en el movimiento sindical venezolano.

En 2002, se suscita la huelga petrolera, donde fueron despedidos más de veinte mil trabajadores, y se da paso a la desprofesionalización en Pdvsa, se elimina la meritocracia y se cometen una cantidad de fechorías en contra de los trabajadores.

En 2004, se elimina el Plan de Viviendas; en 2005, eliminan el comisariato, que es la conquista más importante que tienen los trabajadores petroleros en la historia laboral del país. En 2007, ocurre la expropiación de la Faja del Orinoco, en 2009, se produjo la expropiación en el Lago de Maracaibo, que trajo como consecuencia que la producción fuera aminorando, hasta llegar a Mil 200 Millones de Barriles por día como es en la actualidad.

En 2009, se dan las elecciones de la Federación Petrolera y el gobierno coloca una plancha utilizando la intervención de la FANB y del CNE, hecho jamás visto en la historia sindical del país. Pues bien, todos recordarán el flamante presidente de Pdvsa, Rafael Ramírez, el 30 de septiembre de 2009, en cadena nacional dijo que tenían que votar por la plancha de Chávez, y amenazó que no iban a discutir contrataciones colectivas con sindicatos de Derecha.

En esa oportunidad, logramos el triunfo de la Federación de Trabajadores Petroleros del estado Falcón, y casi duplicamos a la plancha del gobierno. En ese momente Will Rangel, ganó la presidencia, y justo allí comenzó el desmantelamiento y la eliminación total de las conquistas salariales en Pdvsa.

En 2003, comenzó a subir la nómina de Pdvsa. De 42.300 trabajadores, llegamos a 157.000, de los cuales 40.000, son personas no vinculadas a la industria petrolera.

En 2014, se dio inicio a un fenómeno de migración del personal de Pdvsa, debido a las desmejoras y al cataclismo que se producía a puerta cerrada dentro de la industria.

En 2018 se concretó la supresión de las conquistas establecidas en la industria petrolera, como son los gananciales, las escalas salariales y otras reivindicaciones. Un obrero petrolero pasó a ganar 6.300 bolívares Soberanos y un profesional del Grupo 43 al que pertenece el presidente de Pdvsa,  6.700 bolívares Soberanos, lo que se lleva por delante la meritocracia, la formación, la preparación y la antiguedad.

Y no conformes con esta atrocidad, reprimen a quienes nos mantenemos en pie de lucha y protestando por la reivindicación de nuestras conquistas laborales.

Es de hacer notar que las convenciones colectivas son leyes. Se discuten entre las partes, y luego el Estado de acuerdo al artículo 96 de la LOT, garantiza el cumplimiento de la ley, y el Ministerio del Trabajo es quien homologa la convención colectiva para el comienzo del disfrute de los trabajadores.

En el artículo 89 de la Constitución Nacional, se establece la progresividad de los derechos, por lo tanto, no pueden ser disminuidos, menoscavados o eliminados, y todo aquello que vaya en desmejoramiento de un derecho laboral es nulo.

Finalmente concluimos que este desgobierno se paga y se da el vuelto, y deja al descubierto la consigna populista y manipulada de quien se hace llamar el presidente obrero, porque todas sus actuaciones, han saqueado todas las conquistas laborales de hombres y mujeres al servicio del porvenir y el progreso de Venezuela. Debemos articularnos en unidad, para rechazar las peticiones de un patrón Estado que se ha llevado todo a su paso.

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