Gleyber Torres siempre fue un aficionado de los Leones, al menos mientras transcurría su niñez en Caracas. Su primera organización en la LVBP, sin embargo, fue Magallanes.
Así es. El prospecto número uno de Venezuela, número uno también de los Yanquis de Nueva York, comenzó su carrera con los Navegantes. Llegó a los Tigres de refilón, pero nunca jugó con esa divisa.
Pocos lo recuerdan, pero Torres fue parte de un episodio sonado en nuestra pelota, cuando los turcos dejaron sin protección a varios talentos juveniles y se vieron envueltos en un contencioso, en el que perdieron a esos astros en potencia.
Uno de ellos fue el campocorto caraqueño. Tenía 15 años de edad cuando Luis Blasini, entonces gerente deportivo de la nave, consiguió el contrato del prometedor shortstop, antes de que firmara en la pelota internacional.
Poco después, fue noticia en la prensa nacional. El 2 de julio de 2013, se convirtió en el recluta más cotizado del país para ese momento, al firmar por 1,7 millones de dólares con los Cachorros de Chicago, el bono más importante entregado ese año a un venezolano.
El torpedero creció en las granjas de los oseznos, hasta que llegó la hora de quebrar la Maldición de la Cabra, en 2016. Entonces, en los cambios de mitad de temporada, le embarcaron al Bronx, en el acuerdo que permitió a los Cubs conseguir al cerrador Aroldis Chapman, con cuyo aporte conquistaron la Serie Mundial.
Menos de un año después, es el potencial heredero de Derek Jeter en la Gran Manzana y ahora pasa a ser parte de los Leones.
Torres admitió que en su niñez fue aficionado de los melenudos. Si eso ayuda a que se reporte en este y otros años, está por verse. Miguel Cabrera no dejó de reforzar aquí a los Tigres, hasta que firmó su contrato multianual con los Tigres de Detroit. Pero Ronald Torreyes y José Peraza nunca han jugado en esta pelota. ¿Qué pasará con él, cuál será su historia?
Loa rayados lo adquirieron a cambio de nada, en una transacción polémica, en 2015. Los bucaneros trataron de hacerlo pasar como jugador recién firmado y así incumplieron una regla de la LVBP. Los aragüeños lo adquirieron en el draft de jugadores no protegidos. Siguió los pasos de Jesús Montero, que saltó al profesional con la tropa caraquista y fue tomado por los filibusteros mediante el mismo procedimiento, una década antes. Desde entonces, muchos han esperado para verle actuar en el país.
Los Leones pagaron un precio alto para adquirir su contrato. Guillermo Moscoso y Víctor Gárate son buenos lanzadores, pueden abrir y son bien conocidos por la fanaticada. Dejaron de ser factores fundamentales en el staff de los capitalinos y ayudaron poco en la campaña 2016-2017, pero seguían siendo parte del staff.
Torres quizás juegue poco. Su estatura en la MLB es muy grande. A más tardar el año próximo, debería ser titular de los Yanquis. Esa organización no es muy afín al beisbol invernal, y él va a ser estrella de las Grandes Ligas.
Cabrera también lo fue, mientras formaba filas con los Tigres durante casi una década. El comienzo de la dinastía construida por Aragua se debió, en parte, a la presencia del maracayero en el lineup. Dave Dombrowski tuvo que esforzarse para que no jugara más aquí.
La apuesta del Caracas es arriesgada. Quizás Torres juegue poco. Pero será uno de los mejores criollos en su generación. A eso juegan los melenudos.
@IgnacioSerrano