Se ha dicho hasta el cansancio, se repite por todos los rincones, la evidencia es abrumadora, se siente y se sufre, el pueblo entero lo padece y ahora hasta en Mandarín les advierten sobre la ineludible realidad; pues aunque insistan en imponer lo que nació dislocado, la verdad se impone día tras día y hoy nadie puede afirmar lo contrario al hecho de que #ElMadurazo simplemente ¡NO FUNCIONA!
El bochornoso pero revelador episodio recién protagonizado por el flamante funcionario eternamente fracasado en cada una de las misiones que le han encomendado, Wilmar Castro Soteldo, al consultarle al funcionario chino sobre cuáles eran los mecanismos de control que implementó su gobierno al sector productivo para garantizar su productividad y eficiencia, recibió la incrédula respuesta de un aliado que claramente no entendía como era posible que un funcionario de ese rango, hubiese hecho una pregunta tan elemental. Así, no sin antes aclarar que el NOVENTA POR CIENTO (90%) de las empresas en China son privadas, pasó a responder, limitándose a algo tan contundente como afirmar que su gobierno no controla sino que más bien incentiva, para luego aterrizar en una reflexión tan profunda como las que se manejan en un jardín de infancia, al recordar que si la empresa privada puede elevar la productividad y mejorar la eficiencia, ¡puede ganar más!
No puedo imaginar lo que haría la extinta Radio Rochela con una oportunidad como la anterior, pues seguramente batiría todos los ratings con el sketch que harían a partir de la estupidez del Ministro y de la elemental sencillez del funcionario asiático. Por suerte, aún sin la añorada Rochela, el pueblo, sin intermediarios, así como (no)le gusta al desgobierno, de forma protagónica, se ha encargado de poner las cosas en su sitio, burlándose a rabiar y de todas las formas posibles en las redes sociales del ignorante funcionario.
Más allá de lo hilarante del episodio, todo quedaría en risas frenéticas sino fuese por la trágica realidad que dio lugar a lo ocurrido; y para entenderlo, debemos observar que la escena ocurrió durante lo que el Madurismo denominó el “Taller de Formación en el Área Económica con Expertos de la República Popular China”, donde no solo se encontraba el risueño y pasmado “ministro”, sino que allí además se encontraba la “plana mayor” del desgobierno, comenzando con quien hace de Vicepresidente Ejecutiva y siguiendo con quien hace de Ministro de Industrias y Producción y además de Vicepresidente del Área Económica, a quienes bien les vendría hacer unas buenas planas con la palabra “INCENTIVO”; y particularmente al ministro, quien como criminólogo, tiene a su cargo a más de 100 empresas otrora privadas y productivas, pero ahora expropiadas, nacionalizadas e improductivas.
Por desgracia, el aludido taller con los asiáticos, ocurre luego de casi 20 años, donde el desgobierno ha seguido el guión más fracasado de todos los tiempos en materia económica, que es el escrito, ensayado y ejecutado en La Habana. El milagro chino no es reciente ni es obra de la casualidad y lleva 40 años forjándose, desde que en 1978 Deng Xiaoping introdujera las primeras reformas económicas. En nuestro caso y en estos tiempos de velocidad vertiginosa, la dirigencia desgobernante que ha destruido la economía es cronológicamente anciana, senil y cual loro viejo, será imposible que a estas alturas aprenda siquiera las reglas elementales. Sus mentes están contaminadas por la necesidad de preservar el poder por encima del bienestar de su pueblo y por ello, aún con mil talleres y un millón de expertos, fracasarán y no funcionarán, tal como ha fracasado y no ha funcionado #ElMadurazo. Solo el cambio político de raíz que conduzca al cambio estructural profundo hará que renazca Venezuela, y allí en esa ruta nos anotamos, nos sumamos y por ello debemos trabajar sin descanso.