En términos estrictos, la Inquisición en Venezuela inició formalmente sus operaciones el 14 de septiembre de 1611. Aunque se mantuvo operativa en nuestras tierras por dos siglos aproximadamente, su estudio en Venezuela ha sido difícil. En primer lugar, el territorio que hoy se conoce como Venezuela tuvo una importancia secundaria y no fue sino hasta finales del siglo XVIII que adquirió mayor relevancia, en parte, por el cacao. En segundo lugar, en nuestro país lo que existió fue el Comisariato del Santo Oficio de la Inquisición. En tercer lugar, los Tribunales del Santo Oficio estaban ubicados en ciudades más importantes y lejanas (Lima, Ciudad de México y Cartagena de Indias). Por lo tanto, los casos más relevantes no eran atendidos en Venezuela. Las largas distancias y las malas vías de comunicación dificultaban el reporte de incidentes y el traslado de presos a los tribunales.
Por su ubicación geográfica, la Provincia de Venezuela fue un territorio muy difícil de controlar para la Corona Española. No en vano, los historiadores Rafael María Baralt y Eduardo Arcila Farías comentaron que Venezuela era prácticamente una colonia holandesa hasta mediados del siglo XVIII. El contrabando holandés, dirigido por los descendientes de los judíos sefardíes expulsados de España, controló la economía venezolana hasta el establecimiento de la Compañía Guipuzcoana en Venezuela. El idioma no era un problema para los contrabandistas, ya que algunos dominaban el ladino (una variante del español).
El trabajo académico más importante sobre la Inquisición en Venezuela ha sido el de Pedro Vicente Sosa Llanos (¡Qué en paz descanse!), poco conocido más allá de las academias y los cafés de intelectuales en Caracas. Sosa Llanos comenta en su tesis de grado que si bien la Inquisición fue más permisiva en Venezuela que en las otras colonias españolas, esta vigilaba a todos aquellos sospechosos de herejía. Los funcionarios del Santo Oficio, tenían además grandes privilegios y en varias ocasiones, incluso tuvieron diferencias con los curas y obispos. La Inquisición fue un factor de poder político, económico y sociocultural.
Los funcionarios del Santo Oficio, como generalmente se les ha llamado en Venezuela, participaron activamente en la vida social criolla. Un caso muy interesante es el de Don Diego Mateo Rodríguez de Núñez, receptor del Santo Oficio, quien estuvo casado con Matilde de Miranda, luego de que esta enviudara. Matilde era hermana de nada más y nada menos que Francisco de Miranda, perseguido – con poco éxito – por la Inquisición. Los cargos inquisitoriales tales como alguaciles, notarios y familiares, representaban una vía de ascenso social. Los grandes terratenientes y comerciantes solicitaban formar parte de la institución para tener un mejor estatus en la sociedad.
En Caracas, uno conoce la ubicación de la central operativa del Santo Oficio de la Inquisición por dos fuentes: la Fundación Herrera Luque y Jacob Carciente, eminente judío sefardí venezolano. Mientras que Carciente nos comenta que la casa de los inquisidores estuvo ubicada cerca de la actual Esquina Sociedad, la página de la FHL señala que la sede de la Inquisición en Caracas estuvo ubicada en la Esquina de Cruz Verde, aledaña al Convento de San Jacinto.. Citando a Carciente (libro Presencia Sefardí en Venezuela, p. 57):
“»En la Caracas colonial y hasta bien entrado el siglo XIX existió una lúgubre casona, cerca de la actual esquina de Sociedad, con amplios patios sembrados de vetustas palmeras, fuentes rotas, cascadas, paredes y techos altos, que tenía entrada por dos calles. Allí había tenido su asiento el Tribunal de la Inquisición y una de esas puertas era para la entrada de las vacas y caballos y para la servidumbre, y la otra… para los jueces del Santo Oficio.»
Recordemos, por supuesto, que el casco central sufrió grandes modificaciones en los siglos XIX y XX. En el siglo XIX, los caraqueños vivieron el proceso de afrancesamiento de Caracas y la demolición de importantes centros de poder católicos. En el siglo XX, la memoria urbana colonial y republicana fue arrasada por las demoliciones. Es así que, edificaciones tan importantes como la Casa de Miranda, ya no son más que un recuerdo.
Muchas de las calles y avenidas caraqueños que conocemos hoy antes no existían. Es probable que, el eje de la Esquina Sociedad-Esquina Cruz Verde, estratégicamente ubicado cerca del Convento de San Jacinto, estuviera enlazado. Esto es realmente interesante, si tomamos en cuenta que el convento y la iglesia de San Jacinto fueron demolidas por orden de Guzmán Blanco. ¿Qué relación pudo tener la presencia histórica del Santo Oficio de la Inquisición con esta medida? Es una pregunta que nos tenemos que hacer. Una de las principales metas del proceso independentista venezolano fue la abolición de la Inquisición.
Es curioso que, aunque una esquina tan emblemática del casco central de Caracas lleva el legado de la Inquisición, es poco lo que se ha hablado sobre el tema en Venezuela. Todo esto es muy interesante, considerando que Simón Bolibar El Mozo, antepasado de Simón Bolívar, también fue comisario de la Inquisición. ¿No es hora de desempolvar nuestra Historia para comprenderla mejor?
Lamentablemente, las investigaciones no han avanzado lo suficiente en Venezuela, ya sea por la censura religiosa, la dificultad para acceder a las fuentes primarias sobre el Santo Oficio, la falta de recursos económicos, el escaso interés en el tema por parte de algunos historiadores y los prejuicios que todavía se mantiene. La investigadora Ermila Troconis de Veracoechea confirmó la existencia de expedientes tramitados en El Tocuyo que nunca fueron enviados al Tribunal de Cartagena, lo cual se puede evidenciar en su obra “Historia del Tocuyo Colonial”.
Hasta el momento, la mayoría de las investigaciones realizadas sobre la Inquisición en Venezuela se han centrado en la documentación obtenida en España – a la cual eran remitidos los casos más graves –, ya que muchos documentos son inasequibles hoy en día o han desaparecido misteriosamente. Esto ha limitado no solo la comprensión crítica de la actividad inquisitorial en nuestro país, sino también de la Historia de Venezuela.
El aparato inquisitorial fue parte de la cotidianidad venezolana, ya que mantuvo una amplia, profunda y permanente actividad en nuestras tierras. Si no conocemos el alcance de esta institución en el país, no podremos comprender con exactitud las raíces del sentimiento anti-español y anti-católico de la Venezuela del siglo XIX. San Jacinto también tuvo una cárcel, en la cual estuvo recluido Antonio Leocadio Guzmán. Años más tarde, su hijo Antonio Guzmán Blanco, demolería la iglesia, el convento y la plaza, bautizando a esta última como la “Plaza El Venezolano” y erigiendo una estatua en honor a su padre.
La próxima vez que visites el centro de Caracas, no olvides que muy cerca de la casa de Simón Bolívar estuvo ubicada la sede del Comisariato del Santo Oficio de la Inquisición. Esa es la Historia de la Esquina de Cruz Verde, la Esquina de Sociedad y la Plaza El Venezolano. Las implicaciones tiene tema en los diversas aristas de la Historia de Venezuela, así que vale la pena hacer una investigación más profunda. Los primeros pasos ya se tomaron.
Anexo:
Gaceta de Caracas, 1820 – abolición de la Inquisición – (archivos UCAB)