Tras mucho insistirle al planeta, finalmente pudimos obtener esta exclusiva con el personaje del momento. Lo presentamos con nombre y apellido: Mercurio Retrógrado. He aquí la conversa:
REUBEN: Usted se ha puesto muy de moda. ¿De dónde viene toda esta tendencia?
MERCURIO: Bueno, porque los otros planetas me empezaron a hacer bullying. Que si “ay, el que se sienta de primerito en el salón”. Que si “ay, el asistente del Sol”. Que si “damercurio”. Hasta que un día me molesté.
R: ¿Y por qué el adjetivo de “retrógrado”?
M: Porque, en teoría, echo para atrás todo aquello que ha tenido un avance. O sea, destruyo lo construido.
R: ¿Entonces usted es chavista?
M: ¡Zape! Ése es Marte, que es rojo rojito. De hecho, yo estoy convencido de que esto de Mercurio Retrógrado lo inventaron los chavistas para justificarse.
R: Pero tengo entendido que Mercurio Retrógrado es un fenómeno astrológico que se da cada tres meses, ¿cierto?
M: Claro, lo que pasa es que la gente comienza a contar los tres meses cuando le conviene.
R: ¿Quiere decir que usted es como un chivo expiatorio?
M: Tal cual. Se guinda una computadora, es culpa mía. Te peleas con la pareja, es culpa mía. Se va la luz, es culpa mía. De hecho me he convertido en la solución perfecta para el intelectual flojo. ¿Quiere detectar a un vidente mediocre? Vea cuántas veces explica todo con Mercurio Retrógrado.
R: ¿Te sientes el enemigo público número uno?
M: ¡Para nada! De hecho tengo mi club de fans. Los estudiantes, por ejemplo, cuando salen mal en un examen, acuden a mí y les repiten la prueba. Cuando agarran a alguien siendo infiel, me echa la culpa a mí y lo perdonan. Cuando un presidente lo hace mal, resulta que soy yo. Hasta me llamaron los dibujantes de Scooby-Doo para ponerme de villano en un episodio.
R: ¿Y se siente bien recogiendo la basura ajena?
M: ¿Sabes qué? Tiene sus beneficios. Mira que hoy en día tú me usas para explicar un fenómeno y termino teniendo más credibilidad que un artículo del “Harvard Business Review”.
R: ¿Y le saca partido a esto?
M: Sí, claro. Doy asesorías privadas a organizaciones.
R: ¿En serio? ¿Y de qué consta una asesoría suya?
M: Bueno, básicamente les cuento a mis clientes cuándo es que realmente me voy a manifestar y cuándo no, para que se planifiquen. Es que a los terrícolas les encanta echarme la culpa de todo y la verdad, se pasan. El calentamiento global no es culpa mía. La sobrepoblación, tampoco. La contaminación, menos. Tampoco tengo nada que ver cuando elijen a un presidente malo.
R: Bueno, es que usted tiene fama de bipolar.
M: ¡Sí, ja, ja! Digamos que soy el dolor de vientre del Sistema Solar.
R: ¿Y en medio de todo este embrollo, qué solución práctica le podría ofrecer usted a cualquier ciudadano de a pie que solo busca tener una vida más tranquila?
M: Muy buena pregunta. En principio, que no crean en cuentos de camino. Lo otro es que le quiero hacer un llamado a todos los diseñadores de software del mundo. ¡Por favor inventen un antivirus que proteja contra Mercurio Retrógrado! Y a los reporteros del clima les pido algo. No solo den los pronósticos de la lluvia y la temperatura. Incluyan las probabilidades de Mercurio Retrógrado.
R: ¡Tremendos consejos! Bueno, y ya para finalizar, ¿tiene algún plan futuro o primicia que nos quiera contar en exclusiva?
M: Bueno, sí. En efecto quiero decirle a la gente que por favor viva tranquila y haga sus proyectos sin cuidado porque no vuelvo a estar retrógrado sino hasta el 17 de noviembre.
R: ¿Y si les llegase a pasar algo malo de aquí a allá?
M: Bueno, ya saben… Mercurio Retrógrado.