Así es el beisbol. Los Tigres de Detroit entrevistaron a Omar Vizquel para el puesto vacante de manager, a comienzos de octubre. Menos de un mes después, rescinden su contrato como miembro del staff de coaches.
No parece tener sentido, ¿verdad? Si el gerente general Al Ávila consideró que Vizquel tenía el perfil para dirigir al equipo, ¿por qué habría de despedirlo ahora?
Seguro que el ex campcorto lo vio venir, apenas supo que Ron Gardenhire había sido contratado. Por más que el responsable principal de la debacle era Brad Ausmus, el depuesto estratega, todos los instructores estaban en riesgo, al menos mientras se complete el proceso de renovación que empezó con la salida de Ausmus.
Otro argumento le da lógica a aquello que oficialmente dio a conocer esta semana un periodista del diario Detroit Free Press, al preguntarle al caraqueño por su situación de desempleo. Es lógico que Gardenhire, como todo técnico que llega, desee contar con sus hombres.
No hay una historia de desencuentro entre ambos. Tampoco hay lazos especiales, aunque les une la posición en la que jugaron, la división en la que han pasado más tiempo como profesionales (Central de la Liga Americana) y el vínculo como antiguos infielders de los Leones del Caracas.
Si Ávila dio el paso de sacar a Gene Lamont, un histórico en el clubhouse de los bengalíes, coach de banca de varios timoneles por más de una década en la Ciudad del Motor, ¿no era plausible que Vizquel y otros quedaran en el aire?
Así es el beisbol. Los Tigres de Detroit entrevistaron a Omar Vizquel para el puesto vacante de manager, a comienzos de octubre. Menos de un mes después, rescinden su contrato como miembro del staff de coaches.
No parece tener sentido, ¿verdad? Si el gerente general Al Ávila consideró que Vizquel tenía el perfil para dirigir al equipo, ¿por qué habría de despedirlo ahora?
Seguro que el ex campcorto lo vio venir, apenas supo que Ron Gardenhire había sido contratado. Por más que el responsable principal de la debacle era Brad Ausmus, el depuesto estratega, todos los instructores estaban en riesgo, al menos mientras se complete el proceso de renovación que empezó con la salida de Ausmus.
Otro argumento le da lógica a aquello que oficialmente dio a conocer esta semana un periodista del diario Detroit Free Press, al preguntarle al caraqueño por su situación de desempleo. Es lógico que Gardenhire, como todo técnico que llega, desee contar con sus hombres.
No hay una historia de desencuentro entre ambos. Tampoco hay lazos especiales, aunque les une la posición en la que jugaron, la división en la que han pasado más tiempo como profesionales (Central de la Liga Americana) y el vínculo como antiguos infielders de los Leones del Caracas.
Si Ávila dio el paso de sacar a Gene Lamont, un histórico en el clubhouse de los bengalíes, coach de banca de varios timoneles por más de una década en la Ciudad del Motor, ¿no era plausible que Vizquel y otros quedaran en el aire?
Pasada esa página, el capitalino se enfrenta al futuro. Y ese porvenir parece hoy, más que nunca, una página en blanco.
No debería faltar una organización que le ofrezca un cargo a Vizquel. Dejó buenas relaciones en San Francisco y no hablemos de Cleveland, donde es querido y es leyenda. Incluso otras divisas de las que no ha sido cercano podrían llamarle. Recordemos a los Ángeles de Los Ángeles, cuando le contrataron como instructor especial de infielders en las Ligas Menores de Anaheim.
El punto aquí está más bien en su deseo de ser manager algún día. El camino expedito no es el que le mostraran los querubines, ni siquiera los felinos. Esos fueron, más bien, primeros pasos en una ruta que requiere formación como estratega, bien sea en las granjas, en el Caribe o como coach de banca.
El propio Vizquel rechazó el mando de los Leones del Caracas para esta zafra. Una oferta semejante posiblemente dependa del éxito que tenga Mike Rojas al frente de los melenudos. Pero no luce descabellado decir que al otrora torpedero le haría bien aceptar la propuesta, si se la repiten. Como dice Oswaldo Guillén, no hay scouts de la MLB buscando técnicos en la región, pero es mejor aprender el oficio ejerciéndolo. A Buddy Bailey no le sirvió para llegar a las Grandes Ligas. Pero le sirvió a Phil Regan.
El otro asunto crucial es manejar los conceptos y data del beisbol moderno. Este año está remarcando el camino que van a seguir todas las organizaciones, cada vez más imbuidas en el ya no tan nuevo análisis. Apartando a Gardenhire, que fue contratado por un gerente de la vieja escuela, los demás managers recién firmados son todos jóvenes y abiertos al cambio. Prácticamente no queda oficina que no considere eso crucial. El próximo piloto venezolano en las Mayores tendrá que dominar ese tema, también.
@IgnacioSerrano
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