El Banco Central de Venezuela (BCV) acudió a un tribunal en Londres para intentar recuperar US$1.000 millones de oro en lingotes de sus reservas internacionales depositados en custodia en el Banco de Inglaterra.
Las autoridades venezolanas aseguran que requieren de esos recursos para hacer frente a la crisis causada por la pandemia del coronavirus en ese país, que hasta este martes había registrado oficialmente 749 contagios y 10 muertes, la cifra más baja de América Latina junto a Costa Rica, según la recopilación de datos de la Universidad Johns Hopkins.
La demanda fue introducida el 14 de mayo, pocas semanas después de que, a mediados de abril, las autoridades venezolanas solicitaran infructuosamente vender parte de ese oro y transferir los recursos al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Ahora, el BCV está requiriendo la transferencia como un «asunto urgente» para adquirir alimentos y medicinas.
La economía venezolana pasa por unos de sus momentos más difíciles luego de que a la crisis económica que sufre desde hace años -caracterizada por la hiperinflación, graves problemas de escasez y la virtual paralización gran parte del aparato productivo- se sumaron el colapso de la industria petrolera y las sanciones económicas impuestas por el gobierno de Estados Unidos.
En este contexto, vender las reservas de oro se ha convertido en una de las estrategias aplicadas por el gobierno del presidente Nicolás Maduro para obtener liquidez.
Sin embargo, el mandatario no ha podido hacerse con el control de unas 31 toneladas de lingotes de oro de Venezuela que se encuentran en las bóvedas del Banco Inglaterra.
Un problema de reconocimiento
Desde enero de 2019, cuando empezó su segundo periodo, Maduro dejó de ser reconocido como mandatario legítimo de Venezuela por más de medio centenar de países, incluyendo a todos los miembros de la Unión Europea y al Reino Unido.
Esos gobiernos consideran «fraudulentas» las elecciones presidenciales de 2018 y, en cambio, reconocen como «presidente interino» del país, al titular de la Asamblea Nacional, el diputado opositor Juan Guaidó.
Maduro, por su parte, denuncia una componenda internacional para sacarle del poder.
Esa falta de reconocimiento internacional impidió que el FMI considerara una intento de pedir de asistencia financiera presentada por el gobierno de Maduro hace unos meses y es también la base de la negativa del Banco de Inglaterra para liberar esos recursos.
Esta postura es duramente criticada por el oficialismo venezolano.
«Con vidas en juego, este no es el momento de intentar anotar unos puntos políticos», dijo en una declaración Sarosh Zaiwalla, un abogado que representa en Londres al BCV.
De acuerdo con las autoridades venezolanas, la idea es que los recursos sean administrados por la ONU.
En un email enviado a la BBC, esa organización únicamente señaló que había sido contactada por el ente emisor venezolano para explorar ese mecanismo.
Por su parte, el Banco de Inglaterra, que suele actuar como custodio de las reservas internacionales de varios países en desarrollo, prefirió no hacer comentarios sobre este tema, al ser consultado por la agencia Reuters.
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