La llegada de las vacunas se convirtió en el gran rayo de esperanza durante 2020 para muchos ciudadanos, tras meses de altas cifras de fallecimientos, sucesivas olas de infecciones y confinamientos interminables por el covid-19.
Sin embargo, los expertos advierten de que no se puede bajar la guardia: «aplicarse la vacuna del covid-19 no es una carta blanca para ignorar las medidas de salud como el distanciamiento físico y el lavado de manos», advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En medio de la pandemia actual, las vacunas «son vitales no solo para salvar vidas, sino también para prevenir los efectos a largo plazo», de la enfermedad, señalan los expertos del organismo.
Pero estos y otros expertos advierten de que los casos pueden seguir aumentando aunque avance la vacunación.
¿Por qué puede suceder esto pese a las vacunas? Estas son algunas de las razones:
1. Las vacunas tardan en hacer efecto y no son efectivas al 100%
Las vacunas distribuidas mayoritariamente hasta ahora son de dos dosis (aunque ya se han aprobado de una dosis también). Tras la primera dosis, existe una buena respuesta inmune que se activa aproximadamente dos semanas después de ser aplicada.
«Sin embargo, es realmente la segunda dosis la que luego aumenta esa respuesta inmune y la inmunidad ya adquirida se vuelve aún más fuerte después de su aplicación dentro de un período de tiempo más corto», señala la OMS.
Y en ese tiempo la persona en buena medida sin estar protegida.
«Si te expones al virus un día o una semana después de inyectarte, sigues vulnerable a la infección y puedes transmitir el virus a otras personas», le dijo a BBC Mundo el doctor Julian Tang, virólogo de la Universidad de Leicester, en Reino Unido.
Es más, incluso si uno se expone al virus varias semanas después de recibir las dosis requeridas, es posible volver a infectarse.
«Los datos disponibles sugieren que algunos individuos pueden seguir infectándose con covid, aunque sí que tendrían menos cantidad de virus y consecuentemente enferman menos que aquellos que no se han infectado o vacunado. De igual forma, pienso que el virus, una vez vacunado, será más difícil de transmitir», explica por su parte Andrew Badley, profesor de medicina molecular de la Clínica Mayo en Estados Unidos.
2. No hay suficiente gente vacunada
Chile es uno de los países que sabe bien que la campaña de vacunación no es suficiente para contener el virus.
La nación sudamericana vive otra vez un repunte de casos similar al de junio y julio pasado, los peores momentos del covid-19 en el país y que lo llevaron a una estricta cuarentena.
Durante el mes de febrero, volvió a rondar los 5.000 nuevos casos por día.
Eso a pesar de ubicarse en el quinto lugar mundial en dosis administradas por cada 100 habitantes, según el rastreo de vacunas que realiza la Universidad de Oxford (Inglaterra). Solo superado por Israel, Emiratos Árabes, Reino Unido y Estados Unidos.
«No hay contradicción entre el aumento de los casos y las vacunas. Realmente estaríamos pidiendo algo que no se puede esperar de las vacunas. Las vacunas no actúan de inmediato», le explicó a BBC Mundo el doctor Juan Carlos Said, máster en Salud Pública por el Imperial College de Londres.
«En términos poblacionales, para bajar el número de hospitalizaciones y de muertes, la vacuna es efectiva cuando el 80% de la población está vacunada», precisó.
3. Relajación ciudadana
Otro de los motivos por los que puede seguir avanzando la enfermedad, en mayor o menor grado, es por el cansancio ciudadano ante el resto de medidas de protección. También fue el caso de Chile y es extensible a otros muchos países, donde el virus puede replicarse.
«El aumento de casos [en Chile][ tiene que ver principalmente con el relajamiento de las normas de autocuidado durante el verano, lo que ha sucedido también en otros países del mundo», señaló el Ministerio de Salud a BBC Mundo.
Algo que también corroboran los expertos.
«Hay una fatiga respecto a la pandemia y, si al comienzo la población fue muy adherente a las medidas y restricciones, la fragilidad económica y social» hace que la población evada «las restricciones a la movilidad», explica Said.
Hay incluso voces que alertan de que en realidad es casi imposible, en la práctica, llegar a un nivel de covid que sea cero.
«Eliminar la covid de la faz de la Tierra sería grandioso, por supuesto, dadas las muertes y la destrucción que causa. Pero el único problema es que la erradicación solo ha sido lograda con un virus: la viruela, en 1980», señala el corresponsal de Salud de la BBC, Nick Triggle.
4. Distintos ritmos de vacunación en los países
La globalización alcanza muchas esferas de la vida moderna, y el covid-19 puso de manifiesto que la salud es una más, al saltar en pocas semanas desde China al resto del mundo.
También tiene su efecto en la estrategia de salida a la pandemia: tanto en la velocidad de vacunación como en la transmisión del virus.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Gebreyesus se lo advirtió recientemente a Gobiernos y farmacéuticas: «A menos que eliminemos el virus en todas partes, podríamos terminar en el punto de partida».
Según datos del organismo, tres cuartas partes de las personas vacunadas viven en 10 países ricos que suponen el 60% del PIB mundial en conjunto.
Frente a ellos, otra realidad: 130 países, donde viven 2.500 millones de personas, todavía apenas han podido comenzar a vacunar.
«Todos los Gobiernos tienen la obligación de defender a su propia gente, pero una vez que los países han vacunado a sus propios trabajadores de la salud y a las personas mayores, la mejor manera de proteger al resto de su propia población es compartir las vacunas para que otros países puedan hacer lo mismo», explicó el dirigente de la OMS.
«Esto se debe a que cuanto más tiempo se tarda en vacunar a las personas con mayor riesgo en todas partes, más oportunidades le damos al virus de mutar y evadir las vacunas», añadió.
Los expertos advierten, igualmente, de la importancia de mantener las medidas preventivas mientras las campañas de vacunación están en marcha para evitar la expansión de estas mutaciones.
Un ejemplo de ello es Brasil, donde varios especialistas alertan de que puede convertirse en una »fábrica» de variantes potencialmente capaces de escapar a la eficacia de las vacunas por completo.
La relajación de las medidas en el país, más la aparición de la mutación E484K, puede crear la combinación perfecta para esta situación de riesgo.
«Si hay una transmisión incontrolada del virus, es decir, en un entorno sin normas de distancia social, sin confinamiento ni uso de mascarillas, las personas susceptibles de contagiarse se mezclarán con las vacunadas».
«Sin barreras, el virus puede transmitirse entre poblaciones, generando potencialmente variantes que escapen a la vacuna», le explicó Tang a BBC News Brasil.
5. Los niños aún no tienen vacuna
«Ahora mismo, el mundo se encuentra en una situación en la que todavía hay una transmisión muy amplia en muchos países, es decir, aún está fuera de control», explica por su parte la experta de la OMS Katherine O’Brien en un informe de la organización.
«Por lo tanto, el tiempo que necesitemos para continuar con [las] precauciones [contra el covid-19] dependerá realmente de lo que las comunidades y los países puedan hacer para realmente aplastar este virus, para acabar con la transmisión. Y de esa manera, las vacunas pueden hacer un mejor trabajo para prevenir la enfermedad», asevera.
Pero no sólo está el problema de la desigualdad económica para acceder a la vacuna, sino la generacional.
El proceso de vacunación, por el momento, no va a alcanzar a todos los segmentos de la población.
No existen todavía vacunas específicas para los niños.
Hay distintos ensayos en marcha -como los de las vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca-, que están tratando de verificar si las actuales vacunas son efectivas y seguras en los niños.
Pero recién han comenzado y aún les queda camino por recorrer, según los anuncios de cada firma.
«Así que, por el momento, esos grupos de edad seguirán estando en riesgo de contraer enfermedades e infecciones y podrán transmitirlo a otras personas», explica O’Brien.
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