Archie Battersbee -el niño de 12 años que estaba en el centro de una batalla legal entre sus padres, los médicos y los tribunales- murió este sábado en Inglaterra.
La familia se oponía a que su hijo con daño cerebral fuera desconectado de las máquinas de soporte vital.
Archie Battersbee pasó sus últimas horas en un hospital después de que el Tribunal Superior británico dictaminó que no podía ser trasladado a un hospicio.
Sus padres estaban «devastados» al haberse agotado todas las vías legales para mantenerlo con vida. La familia solicitó la intervención del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), pero les dijeron que el caso «caía fuera» de su alcance.
Su madre, Hollie Dance, dijo este sábado que su hijo «luchó hasta el final».
El niño fue encontrado inconsciente en su casa en Southend, en el sureste de Inglaterra, el pasado 7 de abril. Su madre, Dance, cree que pudo haberse asfixiado al participar en algún reto de internet con funestas consecuencias.
Desde entonces no pudo recuperar la consciencia.
Los médicos que lo trataban en el Royal London Hospital de la capital británica consideraban que el niño se encontraba en estado de «muerte cerebral» y habían pedido desconectarlo de su soporte vital.
Sus padres esperaban trasladarlo a un hospicio, pero los médicos advirtieron que estaba demasiado inestable para llevarlo en ambulancia y que eso «aceleraría el deterioro prematuro».
Desacuerdos
Desde un primer momento, los padres de Archie discreparon con las conclusiones médicas y, con el apoyo del Christian Concern, una organización evangélica ultraconservadora, apelaron a diferentes instancias judiciales para mantenerlo con vida.
Los tribunales, sin embargo, dieron repetidamente la razón al hospital, incluyendo la autorización necesaria para desconectarlo del soporte vital.
Según la madre, el futuro de su hijo no debía «depender de la decisión de un tribunal o del hospital», sino que debía recaer en los padres: «No creo estar aferrándome a la esperanza, simplemente pido un periodo de tiempo realista para que mi hijo se recupere de una lesión cerebral».
«Su corazón todavía late, me ha agarrado la mano y, como su madre, sé que todavía está allí», dijo en varias ocasiones. «Hasta que sea la voluntad de Dios, no aceptaré que se vaya. Sé de milagros en los que personas han regresado de una muerte cerebral».
En junio pasado, durante una audiencia de tres días en la División de Familia del Tribunal Superior de Justicia británico, los especialistas aseguraron que las diferentes pruebas realizadas al niño no habían mostrado alguna actividad cerebral «perceptible».
La magistrada encargada del caso concluyó entonces que Archie murió al mediodía del 31 de mayo, según las imágenes de resonancia magnética de ese día, y consideró probado que la función del tronco encefálico había cesado de forma irreversible. La corte dio entonces permiso al hospital para dejar de suministrar ventilación asistida a Archie.
La familia, sin embargo, consiguió apelar el fallo.
Pero el tribunal volvió a dar la razón al hospital el pasado 15 de julio, y aseguró que continuar con el soporte vital era «inútil» porque solo serviría «para retrasar su muerte, sin ser capaz de prolongar su vida».
Los médicos habían argumentado que este soporte era «penoso», «contrario a la dignidad» y «éticamente preocupante».
La orden de desconexión, que tenía que haberse producido el lunes, se volvió a retrasar para que el Tribunal Supremo, a instancias del gobierno, pudiera escuchar la solicitud realizada por el Comité de Naciones Unidas para los Derechos de las Personas Discapacitadas, que había pedido más tiempo para analizar el caso.
El tribunal, sin embrago, rechazó retrasar la desconexión.
El argumento del fallo
En su fallo emitido el viernes, la jueza Mary Jane Theis concluyó que un traslado hospitalario no era para beneficio del niño.
«Los mejores intereses de Archie deben permanecer en el centro de cualquier conclusión a la que llegue este tribunal», argumentó.
«Al considerar los deseos de la familia, por qué sostienen esos deseos, las instalaciones en el hospicio, lo que Archie probablemente hubiera querido… los riesgos involucrados en una transferencia… y la creciente fragilidad de su condición médica, yo estoy satisfecha con que debe permanecer en el hospital cuando se retire el tratamiento».
También reconoció el «amor incondicional y la dedicación» de la familia de Archie, que dijo que había sido un «hilo dorado que atraviesa este caso».
«Espero que ahora Archie pueda tener la oportunidad de morir en circunstancias pacíficas, con la familia que significó tanto para él como claramente él lo es para ellos».
En respuesta al fallo del Tribunal Superior el viernes, la madre de Archie lamentó la decisión y dijo que continuarían hasta el final: «Las autoridades han negado todos nuestros deseos como familia».
Pero finalmente este sábado el niño fue desconectado.