Al menos 24 personas han muerto después de que un poderoso tornado arrasó parte del estado de Mississippi, EE UU, el viernes por la noche.
Se cree que hay más personas atrapadas bajo los escombros de los edificios destruidos.
El torbellino dejó a su paso una gran devastación en varios pueblos, donde los árboles y postes de electricidad quedaron arrancados y se reportaron decenas de miles de apagones.
Otros estados en el sur del país se preparan para el impacto de estas poderosas tormentas.
Además, en otras regiones del estado hubo granizo del tamaño de pelotas de golf y fuertes lluvias.
Todavía no está claro si fue uno o varios tornados lo que impactaron en la zona.
Si bien ayer el Servicio Meteorológico Nacional advirtió que el pronóstico era que se producirían distintos tornados, es posible que la devastación fuera causada por lo que se conoce como un «tornado saltador», un solo torbellino que se aleja de la superficie pero toca tierra varias veces en otros lugares.
Los residentes de Rolling Rock, un pequeño pueblo en el occidente de Mississippi, dijeron que el tornado arrancó las ventanas de sus casas. Los daños en esa zona son particularmente graves según los informes.
Brandy Showah, un residente local, dijo en declaraciones al canal CNN: «Nunca he visto algo parecido… Este solía ser un gran pueblito y ahora ha desaparecido».
Otros dicen que vieron chispas en los transformadores eléctricos y muros colapsados.
Algunas personas quedaron atrapadas entre pilas de escombros y se desconoce el paradero de varias unidades de la policía en el condado de Sharkey.
Según Sam Emmerson, de la Escuela de Meteorología de la Universidad de Oklahoma, el tornado de «calibre extremadamente alto» levantó desechos a más de 9.000 metros de altura.
El gobernador de Mississippi, Tate Reeves, escribió en Twitter que los equipos de rescate y búsqueda estaban ofreciendo ayuda médica a los afectados.
El Servicio Nacional de Meteorología anunció este sábado en la mañana que los operativos de limpieza ya habían empezado, pero aconsejaron a la ciudadanía mantenerse alejada de las líneas eléctricas caídas, no entrar en los edificios afectados ni caminar por las zonas inundadas.