La película Barbie, de Greta Gerwig, es probablemente la cinta dirigida por una mujer de mayor éxito financiero de la historia y la película más taquillera de 2023. Pero en Italia, fue superada en taquilla por otra película, también realizada por una mujer y que habla directamente sobre la experiencia femenina.
Todavía hay un mañana (C’è Ancora Domani), de la actriz, escritora y cantante Paola Cortellesi, de 50 años, que se estrena ahora en toda Europa, se convirtió en un fenómeno en Italia el año pasado y recaudó más dinero que Barbie y Oppenheimer.
Hasta el mes pasado, había recaudado casi US$40 millones en los cines, convirtiéndose en la película más importante del país en 2023 y la película de mayor éxito jamás dirigida por una mujer italiana.
Cortellesi le dice a BBC News que todavía no puede creer la enorme acogida.
«Nadie podría haber predicho la ola de participación y afecto del público por esta película», dice.
«He sido actriz durante casi 30 años y he escrito guiones durante los últimos 10. Esta es mi primera película, cuando ya tengo 50. Y compartir pantalla y taquilla con una película enorme como Barbie, que también trata las experiencias de las mujeres, tiene que ser algo bueno».
Sin embargo, parte de la razón por la que Todavía hay un mañana podría haber tocado tal fibra sensible en Italia es que la heroína, Delia, (también interpretada por Cortellesi) sufre violentos abusos físicos y emocionales por parte de su marido.
En la película, Delia es una madre y ama de casa que vive en la pobreza en la Roma de la posguerra en 1946, el año en que las mujeres italianas pudieron votar por primera vez.
Un problema de actualidad
Sin embargo, la historia de la película resuena en el público italiano contemporáneo. Según estadísticas policiales recientes, 120 mujeres fueron asesinadas en Italia en 2023, aproximadamente una cada tres días.
El informe dice que algo más del 50% de ellas fueron asesinadas por parejas o exparejas. Y una cuarta parte de ellas fueron asesinadas por alguno de sus hijos. El 89% de esos casos, el asesino era hijo varón.
El tema del feminicidio estalló en Italia en noviembre de 2023, pocas semanas después del estreno de Todavía hay un mañana. Se llevaron a cabo protestas masivas por el asesinato de la estudiante universitaria Giulia Cecchettin, de 22 años, presuntamente por su exnovio, que está en espera de juicio.
A su funeral asistieron miles de personas y su muerte desencadenó grandes protestas y pedidos de más protección para las mujeres.
Cortellesi dice que su película intenta en parte explorar una mentalidad cultural que, según ella, «ha existido durante milenios».
Los llamados «crímenes pasionales» no se penalizaron en Italia hasta 1981 y, en julio de 2023, un tribunal de Roma se hizo famoso en todo el mundo cuando el conserje de una escuela fue absuelto de manosear a una estudiante de 17 años porque la agresión sexual duró menos de diez segundos.
La expresión un «breve manoseo» se convirtió en tendencia en Instagram y TikTok en Italia, junto con el hashtag #10segundos.
«El tema del asesinato de mujeres lamentablemente está muy de actualidad, especialmente en Italia», explica Cortellesi.
«Pero el feminicidio es a menudo el trágico final de algo que no comenzó así. Lo que no conocemos es la historia que culmina en un horrendo acto de violencia y la muerte de una mujer cada 72 horas en Italia. Sólo podemos inferir una historia de violencia que a menudo ni siquiera se lleva a las autoridades antes de que se intensifique».
La directora afirma que los temas de violencia contra las mujeres forman parte desde hace años de sus guiones, así como de su trabajo escénico y cinematográfico como actriz, aunque afirma no haberlo vivido personalmente.
«Quería hacer una película contemporánea ambientada en el pasado para comparar lo que ha cambiado y lo que permanece igual», explica.
«Puede que ahora como mujeres tengamos ciertos derechos y garantías, pero lo que no ha cambiado en la sociedad es esta mentalidad que distorsiona el amor y lo convierte en posesión. Por eso necesitamos una educación mejor».
Toque de humor
Puede que Todavía hay un mañana esté ambientada en 1946, filmada en blanco y negro (un guiño a los cineastas italianos clásicos de la época) y aborde un tema como la violencia doméstica, pero hay un humor irónico que impregna la historia, algo que la cineasta dice que cree que ayudó al público a conectar con la película.
«Cuando escribí guiones en el pasado, usé este mismo tipo de lenguaje», dice.
«No es comedia per se, es usar el lenguaje de la comedia para hablar sobre temas muy serios.
«Siento que usando el humor puedes introducir estos temas. Sabes que, con suerte, la gente sentirá empatía y se pondrá del lado de tu heroína sin que yo tenga que usar un lenguaje de confrontación».
Cuando se estrenó por primera vez en Italia, la revista en inglés sobre la industria del cine Screen Daily la calificó como «una historia sentimental de sufrimiento y autosacrificio», y agregó que Cortellesi «dirige la cinta con estilo».
«La violencia doméstica aparece a veces coreografiada en un baile grotesco y sorprendente», dijo el crítico de Screen Daily Allan Hunter, y agregó: «Los momentos románticos más exagerados son socavados por el humor seco».
La longevidad y el éxito financiero de Todavía hay un mañana se debe a las recomendaciones boca a boca, así como al hecho de que los realizadores llevaron la película a pueblos y ciudades regionales.
Cortellesi afirma que el 45% de su audiencia en Italia eran hombres, algo de lo que se alegra mucho.
«Esta nunca pretendió ser una película contra los hombres italianos, es una invitación a compartir y caminar juntos por el mismo camino en la vida. Mi intención no era alejar a los hombres de la película y que pensaran que la cinta los señala con el dedo acusador», dice la cineasta.
«Creo que el tono de la película y la forma en que se retrataron los diferentes personajes hicieron que los hombres se identificaran con los personajes femeninos. Pude verlo en la forma en que reaccionaron durante la película.
«Muchos hombres se sintieron capaces de hablar en las sesiones de preguntas y respuestas posteriores y compartir sus propias historias, lo que a menudo me pareció realmente conmovedor».
La actriz y directora dice que su hija de 11 años fue su «musa» para la película y que podría describirse como «una historia de amor entre madre e hija».
«Todo este proyecto surgió porque le estaba leyendo un libro sobre los derechos de las mujeres y mi hija no podía creer que existiera un tiempo en el que nuestros derechos no estuvieran consagrados en la ley. Entonces se me ocurrió que necesitábamos hablar con las generaciones más jóvenes, que tienen que darse cuenta de que sus derechos son una conquista», afirma.
«El hecho de que logremos algo no significa que vaya a estar ahí para siempre. Quería, en cierto modo, empezar a pasar el testigo a una generación más joven».