Las fuerzas de seguridad ecuatorianas destacaron este miércoles que en el marco de la declaración de conflicto interno ahora están facultadas para usar armamento letal contra los grupos señalados por el gobierno como terroristas con el fin de recuperar el orden en el país.
El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional trabajan bajo el marco de un decreto del presidente Daniel Noboa, quien declaró terroristas a 22 organizaciones criminales luego de los eventos del martes, cuando Ecuador vivió una jornada de violencia sin precedentes, en el que bandas vinculadas al narcotráfico irrumpieron en un canal de televisión durante un programa en vivo y realizaron ataques violentos en diversas provincias del país.
“Al considerarse un conflicto armado no internacional, las Fuerzas Armadas tienen la facultad de usar armamento letal y eso es un cambio en las reglas de enfrentamiento”, sostuvo Jaime Vela, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas en una conferencia de prensa este miércoles.
“Armamento letal que, por cierto, será empleado y está siendo empleado en contra de los grupos que son considerados terroristas. No es en contra de delincuencia común, es en contra de grupos que están siendo identificados como terroristas en el decreto del presidente de la República”, agregó.
El militar también informó que, como parte de los operativos de seguridad, unas 329 personas fueron detenidas. Y añadió que, tal y como informó el martes la Fiscalía ecuatoriana, serán acusados de terrorismo.
Los atentados que conmocionaron a la nación suramericana ocurrieron luego de que el presidente Noboa decretó el lunes un estado de excepción. Su decisión se dio después de que el domingo un peligroso criminal, Adolfo Macías Fito, se fugó de una prisión en Guayaquil en la que cumplía una condena de 34 años.
Macías, quien cumplía condena por delincuencia organizada, narcotráfico y asesinato, iba a ser trasladado a una cárcel de máxima seguridad, pero justo antes de que esto ocurriera se desvaneció de El Litoral, un complejo penitenciario controlado internamente por la banda Los Choneros, de la que él es líder.
Como respuesta a la orden del mandatario, las bandas criminales perpetraron secuestros de policías y guardias penitenciarios, al tiempo que se registraron explosiones en varias ciudades. De igual manera, en varias cárceles se reportaron otras fugas.
Estos hechos hicieron que Noboa declarara que Ecuador vive un conflicto interno y ordenara el despliegue de las fuerzas militares en el país.
«Va a ser sangriento»
Jaime Vela, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Ecuador | REUTERS
También este miércoles, Estaban Torres Cobo, viceministro del gobierno, dijo que la guerra contra las bandas armadas podría provocar muchas muertes y víctimas.
«Va a ser sangriento, pero este es el cambio que necesitamos para tener un futuro mejor. No podemos posponer esta decisión a lo largo de los años, tenemos que tomar una decisión ahora», dijo al programa Newshour de la BBC.
El funcionario reveló que que los líderes de las pandillas piden una supuesta mediación pero que «el gobierno no va a negociar con nadie».
Precisamente, el comandante Vela, en la conferencia de prensa de este miércoles, informó que cinco presuntos delincuentes habían sido ultimados por las fuerzas de seguridad.
También se informó sobre el rescate de 41 rehenes y la captura de 28 personas privadas de su libertad que se habían escapado.
Además se detalló que los operativos ocurridos entre este martes y este miércoles han sido en su mayoría contra tres bandas criminales: Los Tigueros, Choneros y Los Lobos.
La crisis de seguridad que sufre Ecuador se ha agravado especialmente en los últimos tres años.
En 2023 rompió su récord histórico de homicidios con 7.878, de los que solo se resolvieron 584.
El país ha pasado a ser un importante centro regional de almacenamiento, procesamiento y distribución de droga, lo que ha fortalecido a las más de 20 bandas criminales que operan en él.
Estas bandas, que tienen en las cárceles sus principales centros de mando y operaciones, están vinculadas a los grandes carteles de la droga de México y Colombia.
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