Desde su estreno en enero de 2019, Sex Education ha estado cómodamente a la altura de su título.
La innovadora serie de comedia dramática creada por Laurie Nunn, que regresa a Netflix para su cuarta y última temporada este 21 de septiembre, no solo cambió la forma en la que se representa y discute el sexo en la pantalla, sino que también ayudó a revisar la forma en la que se filman las escenas de sexo, convirtiéndose en una de las primeras producciones importantes en contratar a un coordinador de intimidad.
«Los productores de la serie, Jamie Campbell y Ben Taylor, me contrataron porque sabían que tenían el deber de cuidar a su joven elenco», dice Ita O’Brien, quien fue pionera en este rol en Sex Education y otra serie de televisión británica que debutó en 2019, Gentleman Jack, una coproducción de la BBC y HBO.
O’Brien había trabajado principalmente como directora de movimiento en teatro antes de Sex Education, pero dice que la serie ha cambiado «absolutamente» la trayectoria de su carrera.
Desde entonces, ha trabajado como coordinadora de intimidad en otras ficciones que capturan el espíritu de esta época, incluidas Normal People, I May Destroy You («Podría destruirte», en España) e It’s a Sin, y ahora está capacitando a una nueva generación de coordinadores de intimidad para satisfacer la creciente demanda.
O’Brien dice que la industria «giró de repente» cuando estalló el escándalo de abuso sexual de Harvey Weinstein en 2017, que puso en el tapete la posición potencialmente vulnerable de las actrices más jóvenes, particularmente en escenarios dominados por hombres.
«De repente surgieron todas estas conversaciones sobre las mejores prácticas y códigos de conducta para escenas íntimas, y una mayor conciencia de la necesidad de trabajar con respeto», le dice O’Brien a BBC Culture.
Aunque el actor Sean Bean opinó en 2022 que la coordinación de intimidad puede «estropear la espontaneidad» de una escena de sexo, su punto de vista va en contra de la tendencia de la industria.
«Si una producción tiene contenido íntimo, [los productores] ahora buscarán un profesional de la intimidad, pero hay una escasez de personas que estén bien calificadas para hacerlo», agrega O’Brien.
Cuando Sex Education contrató a O’Brien en 2018, el rol era menos visible.
«Pero nunca sentí ningún tipo de rechazo por parte de nadie en el programa porque sabían que [la coordinación de intimidad] era realmente necesaria», dice O’Brien.
«Desde el principio, Sex Education no anduvo con vueltas. Abordó algunos temas muy de frente, pero también con mucho humor».
Ella y cualquier actor que filmara una escena íntima ese día coreografiarían con precisión sus movimientos corporales «a primera hora de la mañana», eliminando así cualquier posible ansiedad.
«De esa manera, podrían centrarse en la interpretación y la narración a la hora de filmar», explica O’Brien.
Su función era esencialmente garantizar que el talentoso elenco joven del programa «supieran exactamente lo que estaban haciendo y se sintiera completamente a gusto».
Combinado con los guiones sexualmente positivos escritos por Nunn y el equipo de guionistas de la serie, este enfoque riguroso de las escenas íntimas realmente ha valido la pena.
«Ningún programa desde entonces se ha acercado a igualar la combinación única de Sex Education de sexo intrépido, sincero y auténtico en la pantalla», le dice a BBC Culture el periodista de entretenimiento David Opie.
Todo, desde la ansiedad que rodea la masturbación hasta el vaginismo (una afección que provoca que los músculos vaginales se contraigan involuntariamente cuando se intenta la penetración) se ha explorado con sensibilidad y con un hábil sentido del humor.
Opie señala que otras series dirigidas a adolescentes, incluido el oscuro drama sobre adicción de Euphoria, HBO, pueden ser «igualmente explícitas», pero dice que «a menudo les falta el corazón que Sex Education trae siempre al dormitorio».
Un enfoque innovador
La empatía y la calidez se han incorporado desde el principio, al igual que una marcada cualidad nostálgica.
Aunque Sex Education está ambientada en la actualidad en Moordale, una escuela secundaria británica ficticia, tiene una estética retro estadounidense concebida como un «homenaje» a las icónicas películas para adolescentes de los años 80 del director John Hughes.
Los personajes visten chaquetas bomber de estilo universitario y comparten confidencias mientras se apoyan en los casilleros de la escuela secundaria, al igual que Molly Ringwald en películas de Hughes como Sixteen Candles («Se busca novio», en América Latina, «16 velas», en España), de 1984.
«El tono del programa es muy intenso», dijo la creadora Laurie Nunn a The Guardian en 2020.
«Se trata de este muchacho [el personaje de Asa Butterfield, Otis] que da consejos sexuales en el cubículo del baño. Se necesitaba un mundo realmente elevado para igualarlo».
La escritora Lucy Ford elogia el programa por darle «menos brillo al sexo» que muchas series equivalentes.
«Para su audiencia de jóvenes, me imagino que esto hace que la perspectiva del sexo, ya sea que lo tengan o no, sea mucho menos intimidante», le dice a BBC Culture.
En cierto modo, el velo nostálgico del programa crea una especie de manta de confort visual que permite a los guionistas confrontar aspectos desafiantes y tabúes de la intimidad sexual.
Sam Thomas, quien está trabajando en una serie de libros inspirados en el enfoque sexualmente positivo del programa, dice que Moordale es la «escuela secundaria ficticia inclusiva» que desearía haber visto en la pantalla cuando era adolescente.
En Moordale, todos los alumnos tienen espacio para encontrar su lugar en el espectro de la sexualidad, ya sean homosexuales, heterosexuales, bisexuales o algo completamente distinto.
En la segunda temporada, Ola (Patricia Allison) acepta que es pansexual, mientras que Florence (Mirren Mack) gradualmente se da cuenta de que su falta de deseo sexual significa que es asexual.
Cuando Thomas crecía en Reino Unido a finales de la década de 1990, una controvertida ley llamada Sección 28 –que luego fue derogada– prohibía a los profesores «promover» las relaciones entre personas del mismo sexo en las escuelas.
«Me acosaban homofóbicamente todos los días y mis profesores no podían hacer nada al respecto», recuerda.
«Mis propios recuerdos de la educación sexual eran condones inflados como globos y lanzados por toda la clase mientras nuestra maestra parecía nerviosa tratando de explicar cómo venimos al mundo».
Cuando vio la serie de Nunn casi dos décadas después, Thomas se dio cuenta de «todo lo que se había perdido» durante sus miserables clases de educación sexual.
Afortunadamente, las lecciones son más abiertas hoy en día, pero O’Brien cuenta que la gente todavía le dice que la serie sirve como «parte de su propia educación sexual».
«Sabemos que los adolescentes recurren a la pornografía en internet como un lugar para aprender [sobre sexo], pero Sex Education ofrece una alternativa», añade.
«Divertido y sincero»
Sex Education estableció desde qué lugar iba a hablar en su primer episodio al mostrar a Adam (Connor Swindells) lidiando con la anorgasmia, una forma de disfunción sexual en la que una persona no puede llegar al clímax, y a Otis lidiando con la incapacidad de masturbarse.
El primer episodio de la segunda temporada cerró el círculo de la historia de Otis al comenzar con una secuencia de masturbación de dos minutos y medio que lo muestra dándose placer a sí mismo en varios lugares.
O’Brien también ayudó a la actriz Aimee Lou Wood a coordinar una ingenua escena de masturbación que realmente resonó en los espectadores.
«Me contó que después de que se emitió la escena, recibía cientos de mensajes cada día de personas que decían lo importante que era para ellas», dice O’Brien.
Cuando trabajó en la historia de la segunda temporada en la que Lily (Tanya Reynolds) lidia con el vaginismo, una condición de la que rara vez se habla, y mucho menos se retrata en la pantalla, el «enfoque orientado a los detalles» cobró fuerza.
«Todos los involucrados se comprometieron a hacerlo lo más auténtico posible», dice O’Brien, lo que significó que se le dio «tiempo y presupuesto» para investigar toda la gama de dilatadores vaginales disponibles en el mercado.
Por esta razón, O’Brien cree que «espectadores con vaginismo pudieron ver esas escenas y pensar: ‘Me siento vista'».
Sex Education se ha ganado la reputación de explorar facetas de la sexualidad que otras series ni pensarían ni se atreverían a explorar.
«Una escena que realmente se destaca ocurre en la tercera temporada, cuando Eric y Adam intentan tener relaciones sexuales por primera vez y se dan cuenta de que ambos son pasivos», afirma Opie.
Para él, este momento no solo fue «divertido y sincero», sino también «innovador», porque es «raro ver la mecánica del sexo gay desarrollarse de manera tan conmovedora en un entorno adolescente».
Opie también cree que Sex Education ha logrado grandes avances al abordar historias más familiares de una manera inusualmente matizada.
Cita las consecuencias de una agresión sexual que Aimee experimenta en la segunda temporada como un ejemplo especialmente poderoso.
«En la mayoría de las series se habría cubierto en uno o dos episodios como máximo, pero en Sex Education, el trauma de Aimee no desaparece mágicamente cuando pasan los créditos», dice.
Ford también elogia la forma en que esta historia «retrata la lenta combustión del trauma» de una manera desgarradoramente realista.
«Al principio, Aimee se ríe de lo que le pasó, pero poco a poco comienza a erosionar su confianza y se siente avergonzada de hablar de cuánto la está afectando», señala Ford, calificando el efecto global como «desgarrador».
Ford asegura que todavía es demasiado pronto para decir si el impacto de Sex Education en la forma en que se representa el sexo en la pantalla ha sido «cataclísmico».
Sin embargo, cree que la serie definitivamente ha cambiado la forma en la que se representa la sexualidad adolescente en particular porque aborda «cosas como la virginidad y las torpezas incómodas» como algo de lo que no hay que avergonzarse.
O’Brien cree que la serie ya ha ayudado a «normalizar» el sexo en la pantalla al allanar el camino para momentos más identificables y mundanos «en los que alguien te besa con el aliento de la mañana o se tira pedos en la cama».
Independientemente de cómo se desarrolle el legado de Sex Education en los próximos años, no hay duda de que la serie ha significado muchísimo para los espectadores que pueden haber aprendido algo sobre su propia sexualidad al verla.
La temporada final de Sex Education está disponible en Netflix a partir del 21 de septiembre.