Estados Unidos ha dado un nuevo paso inusual en su política hacia Venezuela, al acusar al presidente Nicolás Maduro de «narcoterrorismo» y conspiración para traficar drogas.
Que Washington presente cargos de narcotráfico contra un mandatario extranjero es algo extraordinario, pero tiene un precedente: lo hizo en 1988 con el entonces presidente de Panamá, Manuel Noriega, antes de invadir ese país para capturarlo.
El propio fiscal general de EE UU, William Barr, recordó el caso de Noriega al anunciar la acusación contra Maduro y otros altos cargos de su gobierno este jueves, aunque evitó comentar sobre la posibilidad de una acción militar en Venezuela.
El gobierno de Donald Trump ya había tomado una medida atípica sobre Venezuela en enero de 2019 al reconocer al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino de ese país, algo que después hizo cerca de medio centenar de gobiernos en la región y el mundo.
Pero a pesar de la presión internacional para que convoque a elecciones presidenciales «libres y justas», las sanciones de EE UU y la crisis económica sin precedentes en Venezuela, Maduro se ha mantenido en el poder con el apoyo de los militares, Rusia y China.
Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, un centro de análisis regional con sede en Washington, cree que los nuevos cargos de EE UU contra Maduro difícilmente contribuirán a una salida negociada en Venezuela.
«Veo más probable que tenga el efecto contrario, en cuanto a cerrar filas, cohesionar a las fuerzas armadas alrededor de Maduro», dice Shifter en una entrevista con BBC Mundo.
A continuación, un resumen del diálogo telefónico:
¿Qué significado le da a los cargos que presentó EE UU contra Maduro y miembros de su gobierno por narcotráfico?
Me parece que la justicia estaba trabajando sobre este tema hace tiempo y tiene sus pruebas al respecto.
No puedo comentar sobre la calidad de la evidencia, ni evaluar si esto es una acusación convincente o no.
Sí, obviamente, es un mensaje amenazante al régimen de Maduro de lo que EE UU ha hecho en el pasado, sobre todo con Panamá y Manuel Antonio Noriega: que si hay un jefe de Estado involucrado en narcotráfico, como fue Noriega y ahora dicen que Maduro también, eso es lo que podría pasar.
¿Esto aumenta o quita los incentivos para que Maduro deje el poder?
Soy muy escéptico de que aliente a Maduro a que deje el poder. Todo depende de la reacción de los militares.
Las fuerzas armadas son clave en esto. Y no puedo imaginar que un tipo de amenaza de EE UU a Maduro vaya a cambiar la actitud de las fuerzas armadas.
Entonces me parece que esto hace más difícil tener cualquier tipo de negociación.
Siempre con Venezuela cualquier cosa puede pasar. Ojalá que pueda incentivar a Maduro para que negocie en serio. Pero veo más probable que tenga el efecto contrario, en cuanto a cerrar filas, cohesionar a las fuerzas armadas alrededor de Maduro y hacer más difícil cualquier tipo de negociación.
Al mismo tiempo el gobierno de Trump había ofrecido desde el año pasado a Maduro una salida sin presentar cargos en su contra si dejaba el poder voluntariamente, pero esto nunca ocurrió…
Por eso yo creo que ha sido un error subestimar a Maduro. A pesar de la profunda crisis que enfrenta el país, todo indica que mantiene el poder de las fuerzas armadas.
Y mientras tenga el apoyo de las fuerzas armadas y la oposición esté más fragmentada o debilitada, él está en control del país.
Obviamente como hay una crisis económica y humanitaria, eso debilita a Maduro, pero no hay otra fuerza que tenga más poder actual que él.
No veo ninguna señal de que haya un cambio de actitud dentro de la cúpula de las fuerzas armadas.
¿Le llama la atención que esta acusación se presente en medio de la pandemia de coronavirus?
Dada la falta de coordinación en el gobierno en EE UU, no me sorprendería que fuera una cosa de casualidad.
Sé que es un caso en el que el Departamento (de Justicia) estuvo trabajando bastante tiempo. Hubo problemas, creo que técnicos, y ahora salió. Pero no puedo presumir que esté relacionado con la crisis tan profunda que enfrenta Venezuela con respecto al covid-19.
Al mismo tiempo, EE UU no ha calificado a Venezuela como un Estado «patrocinador de terrorismo» hasta ahora. ¿Será ese el próximo paso?
Lo que tengo entendido es que eso está bajo discusión. Puede pasar, pero no sé si eso tendrá un efecto positivo hacerlo. Sería un mensaje de amenaza y más sanciones, pero hasta ahora ese enfoque no ha producido resultados.
No sé cómo eso ayudaría a avanzar cualquier proceso de negociación, que es la única vía para resolver el conflicto sin usar la fuerza. Hay dos opciones: negociación o uso de la fuerza.
Usted recordaba que Noriega, el entonces presidente de Panamá, también fue acusado de narcotráfico por EE UU, que invadió ese país para capturarlo en 1989. ¿El gobierno de Trump podría llegar a ese extremo en Venezuela?
Lo dudo, creo que es más para recordar a la dictadura de Maduro que EE UU tiene ese recurso y que en el caso de Panamá fue así.
¿Si creo que va a mandar tropas a Venezuela en este momento? Lo dudo mucho, no lo veo y me cuesta imaginar ese escenario.
No hay ningún país de la región que lo apoye, ni Colombia, ni Brasil: todos están en contra.
Espero que el gobierno de Trump sepa perfectamente que Venezuela no es Panamá, que es un país grande de 30 millones de habitantes, con 2.000 generales… Implicaría una ocupación que no tendría mucho apoyo en la región ni en EE UU.