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El gobierno ruso calificó como una «agresión contra una nación soberana» el ataque realizado por EE.UU. este jueves contra una base siria, como respuesta al supuesto ataque con armas químicas del que se acusa al gobierno de Bashar al Asad.
Según comentó un vocero del presidente ruso Vladimir Putin, la acción de EE.UU. fue »un intento para distraer al mundo de las bajas civiles que está causando la intervención militar de EE.UU. en Irak».
El ataque estadounidense «causa un daño significativo a las relaciones entre Washington y Moscú», aseguró Dmitry Peskov.
Peskov también insistió en que «el ejército sirio no tiene armas químicas», lo que reafirma la diferencia sustancial entre la postura de Rusia como aliado del gobierno sirio y la de EE.UU. que insiste en que se utilizaron.
Rusia «cómplice»
El propio presidente Donald Trump fue quien hizo pública la operación.
«No hay duda de que Siria usó armas químicas prohibidas», dijo Trump desde Florida, donde se reunió este jueves con el presidente chino, Xi Jinping.
El secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, aseguró que Rusia o bien fue «cómplice» o bien actuó de manera «incompetente» al no impedir que Siria, su aliado, usara armas químicas.
El jefe de la diplomacia estadounidense señaló que el ataque fue una respuesta «proporcional» que demuestra que Trump está preparado para «tomar acciones» ante «actos atroces».