«Me siento bien, salvo que la vejez limita mucho, pero en general me siento bien», dice con su voz suave y pausada el poeta y ensayista Rafael Cadenas.
«Preparándome para el viaje a España».
BBC Mundo conversó con el ganador del Premio Cervantes 2022 pocos días antes de su llegada a Madrid, el miércoles.
Este lunes, el escritor recibe el galardón más importante de las letras en español de manos de los reyes, en Alcalá de Henares.
A sus 93 años, es el primer venezolano al que le entregan la distinción, que en el pasado honró a figuras como Jorge Luis Borges, Mario Vargas Llosa, Camilo José Cela o Carlos Fuentes.
Nos atendió vía telefónica desde su casa, en Caracas.
-¿Se imaginó alguna vez que iba a tener a periodistas llamándolo desde diferentes países para entrevistarlo?
-«No, eso no me pasó nunca por la mente».
Pese a que millones de sus compatriotas han emigrado en los últimos años, Cadenas no ha estado tentado a irse de Venezuela.
«No, yo estoy muy acostumbrado al país, aunque tengo un espíritu cosmopolita.
Quiero plantear la importancia del cosmopolitismo, que en realidad ya existe, pero a eso se oponen los nacionalismos, que son causantes de casi todos los problemas entre los países.
Yo creo que los nacionalismos, las ideologías y las religiones son factores que dividen el mundo, es algo muy evidente, pero a los seres humanos nos cuesta mucho ver eso tan claro.
Cada país se aferra a su historia, hay una especie de narcisismo que tiene que ver con cada país».
El exilio
Siendo muy joven, militó en el Partido Comunista de Venezuela.
«Tuve participación política sobre todo en el periodo de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez», cuenta.
El general Pérez Jiménez fue uno de los líderes del golpe de Estado que derrocó al presidente Rómulo Gallegos, en 1948, y se convirtió en uno de los integrantes de la Junta Militar que gobernó el país.
En abril de 1953, fue elegido mandatario por una cuestionada Asamblea Nacional Constituyente y se juramentó como presidente para el período constitucional que terminaría en 1958.
Su régimen encarceló y expulsó del país a Cadenas, quien pasó cuatro años en la isla de Trinidad.
Con el regreso de la democracia en 1958, él también volvió.
«A partir de ese momento, tuve cierta actividad política, pero mucho menor y después de los años 70 me dediqué más a escribir».
Así, la obra de Cadenas ha acompañado a varias generaciones de latinoamericanos en su vivir.
«Para mí eso ha sido una sorpresa, yo no me imaginé que eso iba a ocurrir, todavía me cuesta creerlo porque es demasiado para mí».
Su poesía ha cautivado a grandes entendidos de ese género, pero también a la gente común y corriente.
Por ejemplo, su célebre poema «Derrota», no solo marcó a la generación de los años sesenta, hoy sigue estremeciendo a muchos que lo leen.
«Yo que no he tenido nunca un oficio
que ante todo competidor me he sentido débil
(…)
que he sido negado anticipadamente y escarnecido por los más aptos
que me arrimo a las paredes para no caer del todo
(…)
que he sido humillado por profesores de literatura
que un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta fue una risotada
que no podré nunca formar un hogar, ni ser brillante, ni triunfar en la vida»
«Yo estaba bastante deprimido cuando escribí ese poema, creo que es el que más se ha publicado y traducido», nos cuenta.
«Yo tampoco pensé que mis libros iban a ser traducidos y ya están en varios idiomas».
Recuerda que recientemente estaba revisando sus libros y «apareció la antología que me publicaron en Bulgaria. También en Alemania publicaron una antología breve. Eso es algo que no imaginé».
Sus escritos también se encuentran en francés, italiano e inglés.
Responde con moderación cuando se le pregunta qué es lo que le ha hecho sentir más orgullo de su prolífica y exitosa carrera, al ver todas esas traducciones, reconocimientos y galardones (Premio Federico García Lorca de Poesía, Premio de Literatura en Lenguas Romances de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Premio San Juan de la Cruz, entre otros).
«Yo no tengo orgullo, todo eso lo acepto con bastante sencillez, sé que es algo importante y, por supuesto, que me siento contento, pero yo no sé lo que es el orgullo, tampoco el éxito, yo creo que nunca he usado la palabra éxito».
El profesor
Por más de 30 años, Cadenas fue profesor de la escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela.
La docencia, una experiencia que asegura ha sido bastante satisfactoria, nunca le fue ajena.
«Desde muy joven di clases en colegios y cuando me gradué en la Escuela de Letras, al poco tiempo, trabajé como profesor, especialmente de literatura española, sobre todo de poesía. También enseñé poetas norteamericanos».
Y es que la poesía entró en su vida desde muy niño, en su natal Barquisimeto, ciudad del occidente del país.
«Ya a los 14 años era bastante lector y tuve contacto con Salvador Garmendia, que seguramente me llevaba dos años de edad.
Con él leí mucho, por ejemplo, Don Quijote, Rubén Darío, la poesía propiamente moderna que comenzaba en esos años».
Con 16 años, escribió «Cantos iniciales».
Al hablar sobre autores que lo han inspirado y fuentes que lo han nutrido, el escritor destaca al poeta y ensayista estadounidense Walt Whitman.
«Pero el estilo que uso no tiene que ver con el suyo», aclara. «Lo importante es lo que él dice, además de ser el creador del verso libre y el gran cantor de la democracia. Por eso, siempre me ha interesado, pero no se refleja en lo que escribo».
«En Los cuadernos del destierro hay influencia del poeta venezolano José Antonio Ramos Sucre y del poeta francés Henri Michaux. Él me acercó más al poema en prosa».
Sobre su obra más reciente indica que «últimamente los poemas han sido más breves y con cierta influencia oriental».
El yo
En su exploración poética, Cadenas busca la introspección, aborda preguntas sobre la existencia y hace del ego, del yo, un invitado constante en sus escritos.
–¿Qué nos hace el ego como individuos y como naciones?
«Tengo años leyendo autores modernos con influencia oriental, del zen, del pensamiento clásico de la India y del taoísmo, eso en sí se ha convertido en una influencia también.
«Yo creo que lo que está pasando en el mundo tiene mucho que ver con el ego, que es necesario para la vida corriente, pero considero que es un factor que está presente a través de la historia de manera muy negativa y hoy eso se ha extremado.
«La posibilidad que tenemos es observar el ego, el yo, porque no se puede destruir, el yo no puede destruir el yo.
«Una transformación en ese sentido sería un fenómeno que no tuviera su intervención, que es lo que ha ocurrido en el caso de grandes maestros, que han llegado a una comprensión que les ha cambiado la vida.
Pero es muy complejo de explicar».
«Alturas de excelencia»
En noviembre, el ministro español de Cultura, Miquel Iceta, leyó el fallo del jurado del Premio Cervantes.
«Por su vasta y dilatada obra literaria, el jurado reconoce la trascendencia de un creador que ha hecho de la poesía un motivo de su propia existencia y la ha llevado hasta alturas de excelencia en nuestra lengua».
«Su obra es una de las más importantes y demuestra el poder transformador de la palabra cuando la lengua es elevada, es llevada al límite de sus posibilidades creadoras».
La periodista Dalila Itriago, de HispanoPost, le preguntó a Cadenas cómo quisiera ser recordado y él, con un bolígrafo azul, le escribió:
«Como defensor de la democracia, que significa pluralidad de pensamiento frente a los totalitarismos que cada vez cobran más fuerza debido a la ignorancia».
Venezuela
En su discurso al recibir el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, en 2018, Cadenas dijo que «en Venezuela nos urge instaurar la normalidad, que solo puede ser democrática».
Y recordó que en una entrevista había dicho que «la palabra crisis aplicada a Venezuela es un eufemismo. Nuestra situación es algo que va más allá de la crisis«.
–Cinco años después, ¿cómo siente, cómo ve a su país?
«Es difícil expresarle lo que pienso sobre esta situación. La crisis continúa, pero hay como mejoría en ciertas áreas y sobre todo la iniciativa privada en el terreno cultural es muy importante.
Por ejemplo, las universidades están en una situación muy difícil y, sin embargo, hay profesores y estudiantes que mantienen vivas a las universidades. Hay todavía espacios donde se puede opinar».
–Si tuviera que explicarle a un niño de una tierra muy lejana que nunca ha oído hablar de Venezuela, qué es Venezuela ¿qué le diría?
«Le diría que Venezuela es un país privilegiado por la naturaleza porque tiene llanos, selvas, costas que dan al Caribe, una parte de la cordillera de los Andres, es un país favorecido por la naturaleza.
Le diría que también tiene una historia muy interesante y una figura en el ámbito bélico, que fue Simón Bolívar, y en la parte humanística, un hombre sumamente importante dentro de la lengua, el derecho, la poesía, que fue Andrés Bello.
El país ha dado figuras que trascienden».
Él, sin duda, es una de ellas.
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