Carismática y apasionada, cálida y sabia, la autora y poeta estadounidense Maya Angelou fue un modelo a seguir y una activista que registró y celebró la experiencia de ser negro en Estados Unidos.
Fue la primera mujer afroestadounidense en escribir y declamar un poema en la toma de posesión de un presidente de ese país —la de Bill Clinton en 1993— y ahora será la primera en ser conmemorada con una moneda.
El Departamento del Tesoro anunció que en honor a Angelou ha acuñado monedas de 25 céntimos de dólar, conocidas popularmente como quarter.
La Casa de la Moneda de EE UU planea emitir 20 monedas más de ese valor durante los próximos cuatro años, que representan a otras mujeres estadounidenses que desempeñaron papeles importantes en la historia del país.
Una infancia difícil
Nacida en Misuri en 1928 y fallecida en 2014, Angelou y su hermano Bailey fueron enviados de pequeños a vivir con su abuela en un pueblo de Arkansas.
Así terminó viviendo casi una década en una de las regiones más pobres de Estados Unidos y sufriendo de primera mano la segregación racial en el llamado sur profundo: una experiencia que ella contaría vívidamente en el primer volumen de su autobiografía «Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado», publicada en 1970.
A los 7 años, durante una visita a Saint Louis, fue violada por el novio de su madre. Tras contárselo a la familia, el hombre fue detenido, enjuiciado y liberado de prisión, aunque poco después murió asesinado.
Tras esa experiencia, ella no volvió a hablar durante los cinco años siguientes.
Una carrera extraordinaria
Pero, aunque no hablaba, sí leía vorazmente, lo que facilitó que un amigo de su abuela que reconoció su pasión por la poesía la convenciera de volver a hablar, argumentando que para poder disfrutarla plenamente los versos debían ser dichos en voz alta.
Posteriormente, se mudó nuevamente con su madre a San Francisco, donde a los 15 años se convirtió en la primera conductora de tranvía de la ciudad.
A la edad de 16 años, dio a luz a su único hijo, un varón, después de una aventura de una noche sin amor emprendida en gran medida con un espíritu de investigación.
En poco tiempo se había embarcado en una carrera extraordinaria que incluía períodos como bailarina, camarera, prostituta y proxeneta. Se convirtió en actriz y cantante, grabó un álbum de canciones de calipso, apareció en Broadway y viajó a Europa en una producción itinerante de Porgy y Bess.
En el camino adquirió dos o posiblemente tres maridos (siempre fue un poco vaga sobre los hechos), y tomó su apellido del primero de ellos, un aspirante a músico griego llamado Enistasios Angelos.
Activismo social
En 1961 trabajó durante un tiempo como coordinadora del norte de la Conferencia de Liderazgo Cristiano del Sur de Martin Luther King. Luego siguió al activista sudafricano, Vusumzi Make, a El Cairo, donde se convirtió en periodista.
Posteriormente se fue a Ghana, donde conoció al activista negro Malcolm X. Regresó a Estados Unidos en 1965 para trabajar con él, pero fue asesinado poco después. Unos años más tarde también fue asesinado Martin Luther King.
«Yo, junto con varios jóvenes en ese momento, estábamos desencantados, y nos sentimos enojados y protestamos por la desigualdad», le dijo más tarde a la BBC cuando recordó su tiempo con Martin Luther King y Malcolm X.
«Pero hasta que apareció el movimiento de derechos civiles, no había una forma clara de oponerse a las desigualdades», agregó.
Fue por esta época que su amigo, el escritor James Baldwin, ayudó a persuadirla para que escribiera el primer volumen de su autobiografía.
El texto fue un éxito de ventas y seis volúmenes más siguieron a lo largo de las décadas.
También comenzó a publicar poesía, escribió un guión cinematográfico, escribió y presentó una serie de televisión de 10 capítulos sobre el blues y la herencia africana de los estadounidenses negros, e interpretó a la abuela africana de Kunte Kinte en la innovadora serie de televisión Raíces, sobre la experiencia de la esclavitud.
En la década de 1980, se convirtió en académica y profesora de estudios estadounidenses en la Universidad de Wake Forest en Carolina del Norte, un prestigioso centro de estudios blanco.
A estas alturas, quizás era la escritora negra más conocida del mundo y una de las mujeres negras más conocidas de Estados Unidos.
Bill Clinton reconoció su estatus cuando le pidió que leyera un poema, titulado «En el pulso de la mañana», en su toma de posesión en 1993.
En 2010, Barack Obama le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad, el premio civil más alto de los EE.UU.
Recibió docenas de títulos honoríficos y escribió más de 30 best sellers.
El nuevo quarter representa a Angelou con los brazos abiertos y extendidos. Detrás de ella hay un pájaro volador y un sol naciente, que están «inspirados en su poesía y simbolizan la forma en que vivía», dijo el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
El anverso de la moneda muestra el busto tradicional de George Washington, el primer presidente del país.
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