No es una situación ajena para los vecinos de Culiacán, capital del estado de Sinaloa, en el norte de México. En la mañana de este jueves se despertaron con una ola de violencia en sus calles, con bloqueos y tiroteos entre las fuerzas de seguridad y miembros del crimen organizado, mientras las autoridades capturaban a Ovidio Guzmán López, hijo del Chapo.
La operación ocurrió casi cuatro años después de que Guzmán, quien es considerado uno de los líderes del cartel de Sinaloa, fuera detenido en el mismo lugar, para que horas después fuera liberado por la violenta respuesta que enfrentaron las Fuerzas Armadas mexicanas, y que hundió a la ciudad en un caos.
Aquel suceso de 24 horas de violencia ocurrido en 2019 es recordado como «el Culiacanazo».
Este jueves también se informó de coches y camiones quemados alrededor de Culiacán, y hasta un avión de Aeroméxico fue baleado, sin que se produjeran daños personales. Las autoridades hicieron un llamado a la población para que no salga de sus casas.
En los videos de redes sociales se veía cómo, armados hasta los dientes, con chalecos antibalas y armas de alto calibre, los miembros del grupo criminal dominaban las calles de la ciudad en respuesta a la operación militar.
El gobierno mexicano confirmó en rueda de prensa la detención de Guzmán y su traslado a las dependencias de la Fiscalía General de la República en Ciudad de México especializadas en crimen organizado.
Ovidio Guzmán Lopez, a quien apodan «El Ratón o «El Nuevo Ratón», es considerado un peligroso criminal, que ha sido acusado de narcotráfico por las autoridades de EE UU.
No le gustan los lujos
«El Ratón» es uno de cuatro hijos de la relación del Chapo con su segunda esposa, Griselda López Pérez.
Se estima que El Chapo, quien cumple una condena de cárcel en una prisión de alta seguridad de EE UU, tiene al menos 10 hijos de sus varios matrimonios.
En 2018, Ovidio -quien hoy tiene 32 años- fue acusado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos de conspiración para distribuir drogas para ser importadas a EE UU, junto con su hermano Joaquín Guzmán López.
De acuerdo con los fiscales, desde abril de 2008 hasta abril de 2018 ambos conspiraron para distribuir cocaína, marihuana y metanfetamina desde México a Estados Unidos.
Según la cadena mexicana Televisa, Ovidio es hermano de Joaquín, Griselda y Édgar Guzmán, quien fue abatido presuntamente por miembros del cartel de los Beltrán Leyva.
Ovidio y sus hermanos tienen una reputación de jóvenes impetuosos, excesivamente violentos y sin grandes habilidades estratégicas como las de su padre.
Fue en el 2012 cuando la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EE UU agregó a Guzmán a su lista de individuos ligados al crimen organizado internacional, ordenando así congelar sus activos en ese país.
Se sabe también que nació en Badiguarato, Sinaloa, la tierra del Chapo. Medios mexicanos informan que se describe a sí mismo como un hombre al que no le interesan particularmente los lujos ni los autos deportivos.
En cambio, sí se interesaría por los caballos y los gallos finos.
Ray Donovan, el agente especial de la DEA que encabezó el esfuerzo de 22 agencias que condujo a la captura de «El Chapo» Guzmán, le dijo a la cadena CNN en febrero que el cartel de Sinaloa todavía abastece a la gran mayoría de los mercados de drogas estadounidenses.
«De hecho, los hijos ‘del Chapo’ ahora han ascendido a las filas del cartel de Sinaloa y se han apoderado de toda la organización del Chapo», dijo.
Los otros hijos del Chapo
El Chapo tuvo 10 hijos con tres mujeres: Alejandrina Salazar, Griselda López y Emma Coronel. No de todos hay información pública, pero algunos de ellos, al igual que Ovidio Guzmán Lopez, han sido relacionados con actividades criminales.
Con Alejandrina tuvo cuatro hijos, dando origen al clan de Guadalajara. Mientras que con Griselda tuvo otros cuatro, entre los que se encuentra Ovidio, que crecieron en Culiacán.
Con su primera esposa, Estela Peña, no tuvo descendientes. Y con Emma Coronel tuvo a dos gemelas que hoy son menores de edad.
«El Chapo es un hombre con muy poca educación, sus hijos tienen un perfil muy distinto», le dijo en 2019 a BBC Mundo Francisco Jiménez, doctor en Derecho, investigador e integrante del Observatorio de Seguridad y Justicia de la Universidad de Guadalajara.
«Los hijos que se criaron en Guadalajara tuvieron un mayor acceso a educación e incursionaron en el ámbito empresarial».
En Culiacán el ambiente era más rudo y la supervivencia había que ganársela día a día, agregó en aquel momento el investigador.
Entre los hijos que crecieron en Guadalajara está Jesús Alfredo, quien está en la lista de los narcotraficantes más buscados por la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos, la DEA.
Y también Iván Archivaldo, detenido en 2005 bajo la acusación de lavado de dinero para el cartel de Sinaloa. Tras pasar tres años en la cárcel mexicana de máxima seguridad Puente Grande -la misma de la cual escapó su padre años atrás- quedó en libertad por falta de pruebas.
Mientras que en Culiacán, Ovidio tuvo otros dos hermanos que han sido relacionados con actos delictivos. Se trata de Edgar, quien fue asesinado en mayo de 2008 mientras estaba en un centro comercial y Joaquin, quien ha sido acusado de narcotráfico también por EE.U.
Se desconoce el poder real que tienen los hijos del Chapo que están relacionados con el Cartel de Sinaloa. En el pasado se ha hablado de que se disputaban el control de la organización con Ismael «El Mayo» Zambada.
«Lo que pasa es que estas organizaciones no son verticales. No funcionan como si se tratara de una dictadura», explicó a BBC Mundo en 2019 Alejandro Hope, analista de seguridad.
«El poder está distribuido», agregó el experto.