Durante mucho tiempo en Nicaragua a Laureano Ortega Murillo se le conocía más por cantante de ópera que por político.
«Mi mundo es la música», dijo hace algunos años en una de las pocas entrevistas que ha concedido.
Pero poco a poco, el hijo del presidente y de la vicepresidenta de Nicaragua, Daniel Ortega (76 años) y Rosario Murillo (71), ha ganado protagonismo dentro del gobierno, sobre todo desde que en 2012 fue nombrado asesor presidencial para Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional de la Presidencia de la República y quedó al frente de ProNicaragua, una agencia que se encarga de atraer inversión extranjera al país.
Ha sido el representante del país centroamericano en misiones diplomáticas sin ser diplomático, ha firmado acuerdos bilaterales y se ha convertido en uno de los rostros más visibles dentro del gobierno de sus padres.
«Pienso que Ortega y Murillo han decidido que él sea el sucesor. Todos los indicios me conducen a tener esa opinión», dice a BBC Mundo Óscar René Vargas, analista político y disidente sandinista en el exilio.
En diciembre de 2021, Nicaragua rompió relaciones diplomáticas con Taiwán y las restableció con China. En lugar del canciller Denis Moncada Colindres, fue Laureano Ortega Murillo quien viajó a China para firmar el acuerdo.
«Hoy es un día histórico. El restablecimiento de relaciones diplomáticas con la República Popular China corresponde plenamente con la voluntad y los intereses fundamentales del pueblo de Nicaragua», aseguró.
A inicios de ese mismo mes, Ortega Murillo, de 39 años, encabezó una delegación oficial que viajó a Rusia y que fue recibida por el viceministro de Exteriores ruso, Sergei Ryabkov.
Y en mayo de este año, el diario The New York Times publicó un artículo en el que aseguraba que Ortega Murillo tuvo un «discreto acercamiento» con Estados Unidos para reanudar el diálogo y aliviar las sanciones impuestas a la familia, acusada de haber convertido Nicaragua en una «tiranía».
«Un alto funcionario del Departamento de Estado de EE UU fue enviado a Managua para reunirse con Laureano Ortega en marzo, pero la cita no llegó a realizarse luego de que los Ortega aparentemente se arrepintieran», escribió The New York Times.
«El meteórico ascenso del hijo, Laureano Ortega, ha ayudado a la familia a consolidar el poder: ahora gestiona las relaciones más importantes de Nicaragua, forjando históricos acuerdos diplomáticos y energéticos con funcionarios chinos y rusos de alto nivel», agregó el diario.
Este mismo mes se vio de nuevo a Ortega Murillo firmando un nuevo acuerdo con el ministro de Comercio de China.
«Con confianza y decisión continuamos avanzando juntos por el bien común de los pueblos hermanos de Nicaragua y la República Popular de China», lo citó en la prensa oficialista de Nicaragua.
BBC Mundo no obtuvo respuesta a los emails enviados a Laureano Ortega ni a Rosario Murillo, su madre y vicepresidenta del país, para solicitar entrevistas.
El tenor
Los sitios web de los medios oficialistas de Nicaragua están llenos de fotografías de Laureano Ortega, de notas de agradecimiento por sus gestiones y seguimiento a lo que hace.
«El embajador manifestó su agradecimiento al Compañero Laureano por la gentileza de recibirlo».
«Las vacunas (contra el covid-19) fueron traídas al país por la delegación encabezada por el Compañero Laureano Ortega».
Un día aparece recibiendo a una delegación rusa de alto nivel; otro encabezando un encuentro con una representación iraní; junto a Daniel Ortega en la firma de convenios con China; de gira por Moscú o promoviendo los nuevos conciertos de Incanto, una fundación de música de la que es director.
Laureano es el sexto de los nueve hijos e hijas de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
A pesar de que la Constitución Política de Nicaragua prohíbe los nombramientos de funcionarios públicos hasta el cuarto grado de consanguinidad, todos los hijos e hijas de los Ortega Murillo ocupan cargos dentro del gobierno, a excepción de Zoilamérica Narváez, que denunció en 1997 a Ortega, su padrastro, por abuso sexual y se encuentra exiliada en Costa Rica.
Rafael es asesor presidencial con rango de ministro; Daniel Edmundo es coordinador del Consejo de Comunicación y Ciudadanía; Camila es asesora presidencial, directora de Nicaragua Diseña y coordinadora de la Comisión Nacional de Economía Creativa; Luciana es asesora presidencial; Maurice es director del Canal 13 de televisión; Juan Carlos es director de Canal 8; y Carlos Enrique es director de Canal 4.
Laureano estudió Sociología y Ciencias Políticas en Managua, pero tras el regreso de su padre al poder en 2007, él y uno de sus hermanos, Maurice, se fueron a estudiar Cine a la Universidad Véritas en Costa Rica.
Un compañero de la universidad que pidió el anonimato para hablar con BBC Mundo cuenta, sin embargo, que Laureano pasaba mucho tiempo en Managua.
«Le pregunté por qué iba todos los fines de semana a Nicaragua y me dijo que en San José era una persona más, como un nicaragüense que vivía ahí, mientras que en Managua él era Laureano Ortega y cuando llegaba a algún lugar lo atendían bien», dice.
Según una publicación del diario La Nación de Costa Rica, que citaba datos de Migración y Extranjería de ese país, entre enero de 2007 y octubre de 2009, Laureano Ortega había registrado 162 viajes. Él y su hermano viajaban con pasaporte diplomático.
Laureano canta ópera en el Teatro Nacional Rubén Darío con músicos nacionales e internacionales.
«Tenor nicaragüense de amplia trayectoria como protagonista, productor y promotor de la ópera en Nicaragua», dice su biografía en la página de la Fundación Incanto, de la que es director y fundador y que, según publicaciones de los medios locales, ha recibido presupuesto estatal para su funcionamiento.
Incanto tampoco respondió al pedido de entrevista de BBC Mundo.
«Como músico lo describo como una persona deseosa de sobresalir en lo que le gusta: la música, el canto lírico. Pero sobresalir por lo que es y no porque es el hijo de. Pero eso, ni antes ni mucho menos ahora, lo ha logrado», cuenta a BBC Mundo el músico Mario Rocha, quien fue colega suyo en Incanto.
En 2018, tras las protestas antigubernamentales en las que, según organismos internacionales, al menos 320 nicaragüenses fueron asesinados, Rocha cuenta que le envió un correo y un WhatsApp a Laureano diciendo que no seguiría trabajando en Incanto porque no podía permanecer indiferente ante lo que ocurría.
Como respuesta, Rocha afirma que recibió un mensaje de WhatsApp que decía: «Que Dios nos proteja a todos con su manto».
Un par de semanas después, Rocha comenzó a recibir amenazas de muerte a través de redes sociales y decidió exiliarse en Costa Rica, denuncia.
El gestor
Laureano Ortega Murillo, al frente de ProNicaragua, una agencia estatal que busca inversiones extranjeras, ha liderado proyectos que, por el momento, no han pasado del papel.
Fue el promotor del Gran Canal Interoceánico, una obra para competir con el Canal de Panamá valorada en US$50.000 millones y cuya concesión fue entregada a Wang Ying, un empresario chino.
En diciembre de 2014 se celebró el inicio de las obras, que se suponía que iban a finalizar en 2020. Nunca ocurrió.
«El inicio de este sueño del pueblo nicaragüense viene a convertirse en realidad gracias al liderazgo de nuestro comandante Presidente Daniel, de la compañera Rosario, y gracias a la sabiduría, la tenacidad y la fuerza del hermano y amigo Wang Jing», dijo Ortega Murillo durante esa inauguración hace ocho años.
Pero Wang Ying ya no apareció más públicamente en Nicaragua. En octubre de 2015 perdió más de 80% de su fortuna por las caídas de las acciones del Grupo Xinwei.
Según la agencia Bloomberg, su fortuna pasó de US$10.200 millones a US$1.100 millones. En mayo de 2021, la Bolsa de Valores de Shanghai ordenó su salida y le inhabilitó por diez años.
Ortega Murillo también promovió la compra de un satélite a una empresa china en 2012. El costo para adquirirlo era de US$300 millones. Se suponía que el satélite, bautizado como Nicasat-1, estaría en órbita en 2015. Nunca ocurrió.
En 2019 el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó al hijo de Ortega y Murillo por «corrupción y lavado de dinero para ganancia personal y del régimen de Daniel Ortega».
Aseguraba además que Daniel Ortega y su hijo «continúan utilizando la Compañía del Gran Canal de Nicaragua como medio para lavar dinero y adquirir propiedades a lo largo de la ruta planificada del canal».
«A partir de 2018, Laureano se involucró en negocios corruptos en los cuales inversionistas extranjeros pagaron por un acceso preferencial a la economía nicaragüense», dijo el Departamento del Tesoro.
«Le dicen a nuestro embajador (en Washington) que nos comunican que o hacemos lo que ellos dicen o vendrán sanciones más duras en contra de Nicaragua. Y ¿qué les decimos nosotros? Nosotros no podemos conversar en esas condiciones porque nosotros no somos de los que nos vendemos ni nos rendimos jamás, jamás», dijo Daniel Ortega en mayo, durante su participación en la Cumbre del Alba, sobre las sanciones.
¿El sucesor?
John Bolton, quien en 2019, momento de las sanciones a Laureano, era asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, dijo que el hijo de Ortega y Murillo «ha sido preparado como sucesor por el régimen y se ha involucrado en una gran corrupción bajo el disfraz de la agencia líder de inversiones de Nicaragua».
Analistas políticos coinciden en que Laureano está en la línea de sucesión.
«Aparece como el delegado del gobierno en la relación con Rusia, China, Irán, etc. Es decir, lo están preparando para asumir otras responsabilidades en el futuro. Al interior del FSLN (Frente Sandinista), no tiene ningún pasado. Sin embargo, puede aparecer como sucesor de la nueva generación», dice a BBC Mundo Óscar René Vargas.
Vargas, crítico con el gobierno Ortega-Murillo, dice que detrás del ascenso de Laureano está asegurar una «dinastía tipo los Somoza, de padre a hijo», en referencia a Anastasio Somoza, gobernante de facto de Nicaragua en dos ocasiones y al que sucedieron sus hijos hasta el triunfo de la Revolución Sandinista en 1979 liderada, entre otros, por Daniel Ortega.
Eliseo Núñez, también analista político e igualmente en el exilio, cree que Laureano está en línea de sucesión, pero que antes está su madre, Rosario Murillo.
«Ellos ponen a Laureano porque es una figura que tiene una cara más amable, pero no tiene actualmente el peso político ni la capacidad de gestión para poder hacer eso», afirma.
Dentro de la estructura del Frente Sandinista, dice Núñez, Laureano no tiene «ningún tipo de mando», pero que lo hayan nombrado asesor presidencial y al frente de ProNicaragua es «una ruta para la preparación de la sucesión».