El arzobispo italiano Carlo Maria Viganò, acérrimo crítico del papa Francisco, fue excomulgado por el Vaticano, informó este viernes la oficina doctrinal de la Iglesia.
El sacerdote de 83 años fue declarado culpable de cisma -lo que significa que se ha separado de la Iglesia católica– después de años de un feroz enfrentamiento con el pontífice.
Viganò, quien es ultraconservador, había pedido la dimisión del Papa, acusándolo de herejía y criticando sus posturas sobre la inmigración, el cambio climático y las parejas del mismo sexo.
«Mientras que para el creyente católico la Iglesia es Una, Santa, Católica y Apostólica, para Bergoglio la Iglesia es conciliar, ecuménica, sinodal, inclusiva, inmigracionista, ecosostenible y amigable con los gays», escribió en una larga declaración publicada el 28 de junio.
«No reconozco la autoridad del tribunal que pretende juzgarme, ni de su prefecto, ni de quien lo nombró», agregó.
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El arzobispo fue una figura importante de la Iglesia y se desempeñó como enviado papal a Washington de 2011 a 2016.
En 2018 se escondió después de alegar que el Papa conocía los abusos sexuales cometidos por un cardenal estadounidense y no actuó.
«El papa Francisco debe ser el primero en dar un buen ejemplo a los cardenales y obispos que encubrieron los abusos de [Theodore] McCarrick y renunciar junto con todos ellos», expresó entonces.
El Vaticano rechazó la acusación y desde entonces, Viganò está en paradero desconocido.
Con el tiempo, el arzobispo se asoció con teóricos de la conspiración estadounidenses, criticó las vacunas contra la covid y alegó la existencia de un proyecto «globalista» y «anticristiano» por parte de la ONU y otros grupos.
La oficina doctrinal del Vaticano dijo que su negativa a someterse al papa Francisco quedó clara en sus declaraciones públicas.
«Monseñor Carlo Maria Viganò fue declarado culpable del delito reservado [violación de la ley] de cisma«, dice el comunicado, y añade que se «declaró la excomunión».
La excomunión le impedirá a Viganò cumplir cualquier función eclesiástica y recibir los sacramentos.
«Escándalos, errores y herejías de Bergoglio»
El arzobispo respondió en la red social X la decisión y publicó el enlace al decreto que le fue enviado por correo electrónico.
«Lo que se me atribuyó como culpa por mi condena ahora queda registrado, confirmando la fe católica que profeso plenamente», escribió.
Viganò había sido acusado de cisma y de negar la legitimidad del Papa el mes pasado.
En ese momento, escribió en X que consideraba las acusaciones en su contra como «un honor».
«Repudio, rechazo y condeno los escándalos, errores y herejías de Jorge Mario Bergoglio», dijo, utilizando el nombre secular del Papa argentino.
El papa Francisco se ha enfrentado a los católicos conservadores al hacer propuestas hacia la comunidad LGBT+, defender los derechos de los inmigrantes y condenar al capitalismo «desenfrenado».
El año pasado, Francisco tomó medidas contra otro crítico ultraconservador, el obispo Joseph E. Strickland de Texas, a quien despidió cuando se negó a renunciar después de una investigación.
¿Quién es Carlo Maria Viganò?
Nació en Varese, Italia, en 1941 y se ordenó sacerdote a los 27 años.
Es conocido por ser un aliado de los llamados cardenales «dubia», que han desafiado públicamente al papa Francisco por su «liderazgo informal».
Viganò tiene un doctorado en Ley Civil y Canónica. Habla italiano, francés, español e inglés.
Se unió al servicio diplomático de la Santa Sede en 1973 y fue enviado en misiones papales a Irak y Reino Unido. A los 51 años, en 1992, fue ordenado obispo.
Ocupó importantes posiciones dentro de la Iglesia católica, como la de nuncio apostólico en Nigeria (1992-2009) bajo el mandato de Juan Pablo II, y secretario general del gobernador de la ciudad del Vaticano (2009-2011).
En este último rol se convirtió en uno de los sacerdotes más cercanos al papa Benedicto XVI.
En 2010, la televisión italiana publicó documentos secretos dirigidos a Benedicto.
La filtración masiva fue denominada VatiLeaks y contenía cartas de Viganò dirigidas al pontífice en las que denunciaba «corrupción, prevaricación y mala gestión» en la administración del Vaticano y el encubrimiento de algunos de sus miembros tras supuestamente encontrar un déficit millonario.
En 2014, el exnuncio también fue centro de la polémica cuando ordenó a las archidiócesis de Saint Paul y Minneapolis, en Estados Unidos, finalizar la investigación por conducta sexual inapropiada del arzobispo John Nienstedt, lo cual fue visto como un «encubrimiento».
Y en 2016, luego de la insistencia de Viganò, el papa Francisco se reunió con Kim Davis, la funcionaria de Kentucky que se negó a otorgar licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo.
Este momento fue visto como un episodio negativo para la Iglesia católica, pues Davis había alegado razones religiosas para su decisión, que fue rechazada en la corte.
Ese mismo año, el Papa lo destituyó de sus funciones como nuncio en Estados Unidos.