A principios de noviembre, Ucrania sufrió el mayor ataque ruso desde que inició el año: 120 lugares fueron bombardeados en un periodo de 24 horas.
Pese a esto, la atención del mundo estaba en Gaza, en donde el grupo militante radical Hamás e Israel se enfrentan en una guerra desde el pasado 7 de octubre.
Precisamente, uno de los mayores temores de Ucrania desde la invasión rusa en febrero de 2022 es que disminuya el apoyo que le ofrece la comunidad internacional.
Sin el respaldo militar y financiero de sus socios, el gobierno de Kyiv tendría pocas posibilidades de resistir al Ejército ruso en el campo de batalla y de mantener sus defensas aéreas, cruciales para proteger su territorio.
El enfrentamiento en Medio Oriente comenzó luego de un ataque de Hamás en varias zonas de Israel que dejó cerca de 1.400 muertos y un saldo de más de 200 personas secuestradas.
Mientras que la respuesta militar del Ejército israelí en la Franja de Gaza ha provocado más de 9.000 muertes, de acuerdo con el Ministerio de Salud del enclave controlado por Hamás.
Este nuevo escenario implica que los aliados más cercanos de Ucrania, como EE UU, comiencen a discutir cómo dividirán los paquetes de ayuda militar entre ambos conflictos.
Al tiempo que todo esto ocurre, en el país de Europa del este una difícil guerra continúa.
Y su presidente, Volodimir Zelenski, así como sus altos mandos militares intentan advertir al mundo sobre las consecuencias que tendría una victoria de Rusia en su territorio.
“Un punto muerto”
Algunos analistas afirman que la guerra entre Ucrania y Rusia la ganará el bando que pueda soportar pérdidas durante el mayor tiempo posible.
Valery Zaluzhny, comandante en jefe de las fuerzas ucranianas, se hizo eco de esta premisa y habló en una publicación sobre el “desgaste de la guerra”.
«Al igual que en la Primera Guerra Mundial, hemos alcanzado un nivel de tecnología que nos pone en un punto muerto», dijo en una entrevista publicada el primero de noviembre por The Economist, una importante revista de Reino Unido.
En un relato en el que detalló los cinco meses de la contraofensiva ucraniana para recuperar el territorio ocupado por Rusia, indicó que el Ejército de su país logró avanzar solo 17 kilómetros.
Mientras que Rusia controla en la actualidad alrededor de 17,5% del territorio de Ucrania, con pocos cambios a lo largo de la línea del frente en este 2023.
En las últimas semanas los combates se intensificaron alrededor de la ciudad de Avdíivka, ubicada en el este de Ucrania, donde ambos bandos sufren grandes pérdidas, al tiempo que logran pocos avances.
El general Zaluzhny también describió cómo ambas partes están ahora equipadas con tecnología igualmente avanzada que les permite ver los movimientos del enemigo.
Como resultado, agregó, ninguno de los dos puede avanzar y alcanzar sus objetivos.
Ante esto, el militar hizo un llamado a los socios de Ucrania para que le proporcionen armas aún más precisas, con capacidades para repeler fuego de artillería y equipos para destruir minas.
Las bajas de Rusia en Avdíivka podrían ser las peores en 2023, según el Ministerio de Defensa de Reino Unido.
«Es posible que Rusia haya sufrido varios miles de bajas (en Avdíivka) desde principios de octubre de 2023. Los mandos rusos siguen demostrando su voluntad de aceptar grandes pérdidas a cambio de ganancias territoriales marginales”, dice el comunicado.
Según la inteligencia del Reino Unido, Rusia probablemente perdió alrededor de 200 vehículos blindados durante el asalto a esa localidad, lo que los llevó a pasar a ataques con su infantería.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, insiste en que la guerra «no está en un punto muerto» y que las tropas rusas continuarán avanzando en el campo de batalla.
Las actualizaciones diarias del Ministerio de Defensa ruso no contienen referencias a víctimas o problemas mayores en la línea del frente. En estos informes las autoridades de dicho país se dedican a enumerar las pérdidas de equipo y personal sufridas por Ucrania.
Pero algunos blogueros que escriben sobre el conflicto en Rusia critican duramente a los altos comandantes por supuestamente no brindar suficiente entrenamiento y apoyo a las unidades que luchan en Avdiivka y sus alrededores.
Estados Unidos y Ucrania
Luego de que Mike Johnson fue elegido como presidente del Congreso de EE UU, la velocidad y facilidad con la que este socio de Ucrania le proporciona nuevas armas y apoyo financiero está bajo revisión.
Johnson, representante por el estado de Luisiana, comenzó en el cargo el pasado 25 de octubre.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió al Congreso que aprobara un paquete de seguridad de US$106.000 millones que incluía US$61.000 millones en asistencia para Ucrania.
Pero el nuevo presidente de la Cámara de Representantes priorizó la ayuda de EE UU para Israel y dijo que aunque su país «no puede permitir que Vladimir Putin prevalezca en Ucrania, debemos apoyar a nuestro aliado de Medio Oriente».
Johnson comentó que si bien está de acuerdo con una mayor ayuda para Ucrania, también era necesario que la Casa Blanca rindiera cuentas sobre el dinero.
El máximo jefe de seguridad de Kyiv, Oleksiy Danylov, restó importancia a estos comentarios: «Estaremos encantados de proporcionar toda la información sobre la ayuda, no hay secretos».
Otro nuevo desarrollo es que en el Congreso de EE UU hay quienes apoyan recortar ayudas a Ucrania para desviarlas a Taiwán.
Asimismo, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, rechazó información que fue publicada en algunos medios sobre el hecho de que funcionarios de EE UU y la Unión Europea estén presionando a Kyiv para negociar con Moscú.
«Todo el mundo conoce mi actitud, que coincide con la actitud de la sociedad ucraniana… Nadie me está presionando (para negociar), ni uno solo de los líderes de la Unión Europea o de Estados Unidos», dijo en una conferencia de prensa conjunta con la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en Kyiv, el 4 de noviembre.
El mandatario descartó cualquier conversación con Rusia, pero admitió que la guerra en Medio Oriente le está quitando la atención a Ucrania.
Haciéndose eco de la petición de su máximo general, Zelenski hizo un llamado a sus socios internacionales: «Estados Unidos, Europa, Asia», para que sigan ayudando a Ucrania porque Kyiv «está defendiendo los valores que tienen en conjunto» como la democracia.
En una entrevista con el medio estadounidense NBC, dijo que cualquier otro desenlace sería demasiado peligroso: «Si Rusia nos mata a todos, atacará a los países de la OTAN».
Ataques contra civiles
Una de las principales preocupaciones de Ucrania a medida que se acerca el invierno es el aumento de los ataques rusos a infraestructuras claves para los civiles, como el suministro de energía y las rutas de transporte.
El alcance cada vez mayor de la ofensiva dificulta que las defensas aéreas ucranianas brinden una protección eficaz.
El país de Europa del este se enfrenta a bombardeos diarios, realizados con artillería, cohetes, misiles y drones. Las zonas más cercanas a la línea del frente y dentro del alcance de la artillería rusa sufren grandes pérdidas humanas y destrucción.
El 31 de octubre, un alto funcionario de la ONU dijo al Consejo de Seguridad del organismo que «los ataques rusos están infligiendo un sufrimiento inimaginable al pueblo de Ucrania y más de 40% necesita asistencia humanitaria».
La ONU confirmó formalmente que 9.900 civiles han muerto a consecuencia de la guerra, pero afirmó que «el número real es ciertamente mayor».
Los ucranianos también deben lidiar con una atención médica disminuida.
Desde que comenzó el conflicto, la Organización Mundial de la Salud informó sobre más de 1.300 ataques a infraestructuras de atención médica, como hospitales.
Desde principios de septiembre de este año, 13 instalaciones de salud fueron atacadas y 111 trabajadores y pacientes murieron, destacó la ONU.
Acuerdo de exportación
El mes pasado, funcionarios ucranianos transportaron grano a través de un estrecho corredor en el lado occidental del Mar Negro.
Cruzaron aguas rumanas y búlgaras hasta llegar a Turquía, en un intento de mantenerse a salvo de los ataques rusos.
Este acuerdo solo permite exportar una cantidad limitada del alimento.
Se estima que desde agosto alrededor de un millón de toneladas de cereales saldrán de los puertos ucranianos por la nueva ruta.
Antes de la invasión a gran escala, Ucrania exportaba hasta seis millones de toneladas.
Si bien el nivel actual de exportaciones es la mitad de lo que era en octubre pasado, sigue siendo superior a lo esperado.