«Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos».
Para millones de católicos el pasaje del Evangelio de San Juan (10:9-11) cobrará otra dimensión a partir de esta Nochebuena, cuando la Iglesia inicie el Año Santo o Jubileo de 2025.
El arranque de la celebración, la cual se extenderá hasta el 6 de enero de 2026, lo marcará un rito que viene repitiéndose desde hace seis siglos: la apertura de la puerta santa por parte del papa Francisco.
«Ha llegado el momento de un nuevo Jubileo, para abrir de par en par la puerta santa una vez más y ofrecer la experiencia viva del amor de Dios, que suscita en el corazón la esperanza cierta de la salvación en Cristo», escribió el pontífice argentino en su bula Spes non confundit (La esperanza no confunde), con la cual convocó el evento que tiene sus orígenes en el judaísmo.
San Pedro no tuvo la primera
Con la peregrinación a Roma y la visita a las basílicas papales, el cruce de la puerta santa es uno de los ritos más conocidos que realizan los fieles que participan en un año jubilar para conseguir así la indulgencia (perdón de los pecados).
Pero ¿qué es una puerta santa? «Es la puerta de una iglesia que se abre solamente con motivo del Año Santo», explicó a BBC Mundo el padre Fermín Labarga.
«Una puerta es elemento de la construcción que nos permite acceder a un lugar. Entonces, Jesús en sí mismo es la puerta y quien nos da acceso a la vida eterna es algo simbólico», agregó el religioso, quien es profesor de Historia de la Iglesia de la Universidad de Navarra (España).
Aunque la Basílica de San Pedro en el Vaticano es el principal templo del catolicismo, no fue el primero tener una puerta santa.
«La primera y más antigua de las puertas santas es la de la Basílica de San Juan de Letrán, que fue abierta por el papa Martin V en 1423», apuntó Labarga.
El templo, cuyos orígenes se remontan al siglo IV, es el más antiguo de Occidente y de paso es la catedral de Roma.
Sin embargo, unas décadas después, en 1499, el rito de la puerta santa se consolidó dentro de las costumbres de los jubileos con la instalación de una de estas entradas especiales en San Pedro por órdenes de Alejandro VI.
El segundo de los papas Borgia también mandó que se abrieran otras dos en las también romanas basílicas de Santa María la Mayor y de San Pablo Extramuros, las cuales estuvieron listas para el año jubilar que se celebró en 1500.
Las entradas de las cuatro basílicas papales serán abiertas por Francisco en el siguiente orden: La primera será la que está en el extremo derecho de la fachada principal de la Basílica de San Pedro, también conocida como la «puerta del gran perdón» y esto ocurrirá el 24 de diciembre.
Luego, el día 29 el pontífice abrirá la que está ubicada en la Basílica de San Juan de Letrán. Después el día 1 de enero de 2025 la que está en Santa María la Mayor.
Y, por último, el día 5 abrirá la que está en San Pablo Extramuros, de acuerdo con el cronograma que figura en la bula.
No solo en Roma
Aunque en este Jubileo solamente se abrirán las puertas que están en las fachadas de las basílicas papales romanas y otra temporal que estará en una prisión, al menos otras cuatro iglesias en el mundo poseen una de estas entradas especiales.
Dos de estos de accesos se encuentran también en Italia. Una en la Basílica de Santa María de Collemaggio, en la ciudad de L’Aquila; y otra en la catedral de la Asunción de María de Atri.
Ambos templos, ubicados en el centro este del país europeo y separados por menos de 85 kilómetros de distancia, reclaman poseer las primeras puertas santas de las que se tiene conocimiento.
El origen de ambos accesos data de 1294, cuando el papa Celestino V emitió una bula en la que concedía indulgencia a todo aquel que visitara ambos santuarios para escuchar misa y comulgar, y que ingresara por determinados accesos. Este rito se conoce hoy como Perdonanza celestiniana, según las páginas web de ambos recintos religiosos.
A diferencia de las puertas santas romanas, las que se encuentran en los santuarios de las dos localidades italianas no se abren únicamente en años santos, sino que lo hacen anualmente, aunque solo por unos días.
Asimismo, su apertura puede realizarla el papa o algún otro jerarca de la Iglesia que él designe para ello.
En L’Aquila esto ocurre entre el 28 y 29 de agosto, mientras que en Atri es el día 14 del mismo mes.
Pese a que estas puertas parecieran ser más antiguas que la de San Juan de Letrán, Labarga duda de esto.
«La bula que establece la Perdonanza del papa Celestino V ciertamente es del 29 de septiembre de 1294, pero las puertas son posteriores, probablemente de fines del siglo XV, a imitación de Roma«, agregó el experto.
En Galicia y en Norte América
En España también hay otra puerta santa: la que está en la parte trasera de la Catedral de Santiago de Compostela, capital de la región norteña de Galicia.
«Una de las partes más simbólicas de la Catedral de Santiago es, sin duda, la puerta santa. Al igual que las puertas de las grandes basílicas romanas (…) esta solo se abre en los años santos. En Santiago, un Año Santo ocurre cuando el 25 de julio, día de la festividad de Santiago, cae en domingo«, explicaron desde el templo español.
Sobre el origen de este acceso también hay dudas.
«Algunos expertos creen que podría haber una tradición medieval anterior a la de los años santos romanos, aunque es más probable que Santiago haya adoptado este ritual del cristianismo», se lee en el material hemerográfico que desde el Departamento de Prensa de la catedral enviaron a BBC Mundo.
«Se cree que la puerta santa se construyó en los primeros años del siglo XVI, bajo el arzobispo Alonso III de Fonseca, quien conocía el ritual romano instaurado por el papa Alejandro VI», agregan los documentos.
Y, por último, está la de la Basílica-Catedral de Notre Dame de Quebec (Canadá), la cual fue abierta en 2014 por autorización del papa Benedicto XVI y que es la única fuera de Europa.
La puerta santa ha estado abierta a lo largo de 2024 para celebrar los 350 años de la fundación de la diócesis, la cual fue la primera católica en el país norteamericano, explicaron a BBC Mundo desde el Departamento de Prensa de la Arquidiócesis de Québec.
¿Por qué solamente estos templos tienen estos accesos especiales? «Porque así lo han decidido los sucesivos papas», explicó Labarga, quien indicó que los pontífices son quienes tienen la potestad de decidir dónde habrá una puerta de estas características.
«En otros jubileos, los papas decidieron que cada diócesis tuviera una puerta jubilar en sus catedrales o santuarios más significativos. Así ocurrió en el anterior de 2015, dedicado a la Misericordia», recordó el historiador.
Francisco volvió hacer uso de esta facultad y, en esta ocasión, decidió que en la prisión romana de Rebibbia habrá una puerta santa para que los reclusos puedan obtener la redención espiritual.
El susto que se llevó Pablo VI
Cuando no se celebra un Año Santo las puertas permanecen cerradas y hasta no hace mucho algunas eran tapiadas con paredes de piedra.
Sin embargo, esta centenaria costumbre se modificó luego de un incidente que le dio un buen susto a un Papa.
Todo ocurrió en la Nochebuena de 1974; hace 50 años. Pablo VI se disponía a abrir el acceso de la Basílica de San Pedro y así dar inicio al Jubileo de 1975.
El hoy santo golpeó en tres ocasiones el muro que cubría la puerta con un martillo de plata, mientras recitaba unas oraciones, como manda el ritual, cuando de repente unos escombros cayeron a solo centímetros de él.
El pontífice apenas se inmutó, según se aprecia en un video difundido por Vatican News, la agencia de noticas de la Santa Sede.
Algunos reportes de la época aseguran que unas piedras golpearon a Pablo VI hiriéndolo levemente.
¿Por qué ocurrió el incidente? «Unos operarios desmontaban el muro al mismo tiempo que el papa ejecutaba el rito, pero luego de este incidente se decidió simplificarlo para hacerlo más rápido y menos peligroso», explicó Labarga.
Así, en el caso de San Pedro, la pared que sella la puerta santa ahora es removida días antes de que se abra.
Por su parte, en Santiago, la tradición del muro fue abolida para evitar que los escombros ensucien o dañen el interior del templo, el cual fue sometido a un extensivo proceso de restauración en los últimos años.
Esta víspera de Navidad los ojos de 1.400 millones de católicos volverán a posarse sobre la puerta diseñada por el escultor Vico Consorti en 1949, la cual tiene dieciséis paneles con pasajes bíblicos que van desde la expulsión del jardín del Edén hasta la resurrección de Jesús.