El futbolista profesional iraní Amir Nasr-Azadani, de 26 años, se enfrenta a una posible ejecución tras participar en las protestas en favor de los derechos de las mujeres en su país.
Pero formalmente está acusado de ser miembro de un grupo armado responsable del asesinato de tres agentes de seguridad el 16 de noviembre en la ciudad de Isfahán (centro de Irán), indicó el Servicio Persa de la BBC.
Funcionarios de ese país han afirmado que confesó el crimen y que disponen de grabaciones de circuito cerrado de televisión y otras pruebas contra él y sus coacusados, que suponen nueve personas en total.
Dijeron también que aún no se ha emitido un veredicto contra el deportista. De acuerdo con el código penal de Irán, su sentencia podría conllevar la pena de muerte si se prueba que el acusado usó un arma de fuego.
Mientras que los jueces iraníes, de acuerdo con BBC Monitoring, indicaron que continuarán «dictando fallos con decisión sin prestar atención a la exageración de los medios».
Las expresiones parecieron ser en respuesta a las campañas en las redes sociales tanto dentro como fuera de Irán que expresan su apoyo a Nasr-Azadani, y que temen que su «ejecución sea inminente».
La cantante Shakira fue una de las personas que aprovechó la final del Mundial de fútbol el pasado domingo para llamar la atención sobre la detención de Nasr-Azadani.
«Hoy, en la final del Mundial, sólo espero que los jugadores en el campo y el mundo entero recuerden que hay un hombre y compañero futbolista llamado Amir Nasr, condenado a muerte, sólo por hablar a favor de los derechos de la Mujer», escribió la artista colombiana en su cuenta de Twitter.
Today at the final of the World Cup, I only hope the players on the field and the whole world remembers that there’s a man and fellow footballer called Amir Nasr, on death row, only for speaking in favor of Women’s rights. pic.twitter.com/VdMicGVaml
— Shakira (@shakira) December 18, 2022
Este tuit se suma al de numerosas personalidades, deportistas y celebridades del mundo entero que llevan días pidiendo que se detenga su posible ejecución.
«¿Nos vamos a quedar con los brazos cruzados y mirando hacia otro lado? No se puede aceptar algo así, de ninguna manera. Todos con Amir Nasr-Azadani y con todas las personas que pasan y han pasado por algo así. BASTA. STOP», escribió el futbolista español Marc Bartra en Twitter.
«Esto es inaceptable. Todos con Amir Nasr-Azadani», escribió por su parte el futbolista colombiano Radamel Falcao.
Mientras, el sindicato mundial de futbolistas profesionales FIFPRO escribió estar «conmocionados y asqueados por las noticias de que el futbolista profesional Amir Nasr-Azadani se enfrenta a la ejecución en Irán tras hacer campaña por los derechos de las mujeres y las libertades fundamentales en su país».
«Nos solidarizamos con Amir y pedimos que se anule inmediatamente su castigo».
FIFPRO is shocked and sickened by reports that professional footballer Amir Nasr-Azadani faces execution in Iran after campaigning for women’s rights and basic freedom in his country.
We stand in solidarity with Amir and call for the immediate removal of his punishment. pic.twitter.com/vPuylCS2ph
— FIFPRO (@FIFPRO) December 12, 2022
¿Quién es Amir Nasr-Azadani?
Nasr-Azadani nació en febrero de 1996 en Isfahán, en el centro de Irán.
Comenzó su carrera futbolística en el equipo Sepahan Sport Club de Isfahán, que juega en la Iran Pro League, conocida actualmente como Copa del Golfo Pérsico, máxima categoría del fútbol profesional de Irán.
En 2014 pasó a engrosar las filas del equipo de Teherán Rah-Ahan, uno de los clubes más antiguos de Irán y que actualmente juega en la Liga Azadegan, la segunda más importante del país.
Un año más tarde se unió al Tractor Sports Club, de la ciudad de Tabriz, en el noroeste de Irán, donde estuvo hasta 2019.
Posteriormente, pasó a formar parte del equipo Gol Reyhan Alborz.
Detención de Azadani
Amir Nasr-Azadani se enfrenta a una posible sentencia de ejecución una vez se celebre el juicio en su contra.
El sistema judicial de la República Islámica podría ahorcarlo por un delito llamado «moharebeh».
El 17 de noviembre de 2022 salió a la luz la muerte del coronel Esmaeil Cheraghi durante las protestas en todo el país.
Tres días después, el 20 de noviembre, la emisora estatal IRIB difundió un video con las confesiones forzadas de tres personas que afirmaban haber participado en el asesinato de Cheraghi.
Tras el video, las autoridades publicaron más tarde el nombre del jugador iraní Amir Nasr-Azadani como uno de los sospechosos, junto a Saleh Mirhashmi y Saeed Yaghoubi.
Fuentes locales afirmaron que Azadani sí había participado en las protestas, pero que su participación en el asesinato del oficial del ejército era mentira porque no se encontraba en la zona donde murió el hombre.
«Odio contra Dios»
En las últimas semanas, Irán ya ha llevado a cabo dos ejecuciones vinculadas a las protestas antigubernamentales de los últimos meses en las que los ciudadanos se han rebelado contra el régimen del líder supremo Alí Jamenei.
Las protestas contra el estamento clerical de Irán, lideradas por mujeres, estallaron tras la muerte en custodia de Mahsa Amini, una joven de 22 años que fue detenida por la llamada policía de la moral el 13 de septiembre por supuestamente tener mal puesto su hijab, o velo.
En este marco, la selección de fútbol iraní se negó recientemente a cantar el himno nacional durante el partido inaugural del Mundial de Qatar ante Inglaterra.
Los líderes de Irán han tildado las protestas de «motines» instigados por enemigos extranjeros del país. Sin embargo, una abrumadora mayoría de los manifestantes han estado desarmados y son pacíficos.
Actualmente, al menos 26 personas «corren grave peligro de ser ejecutadas en relación con las protestas nacionales, después de que las autoridades iraníes ejecutaran arbitrariamente a dos personas tras juicios simulados manifiestamente injustos en un intento de infundir miedo entre la población y poner fin a las protestas», escribió Amnistía Internacional en un comunicado.
De esas 26 personas, al menos 11 están condenadas a muerte y 15 están acusadas de delitos punibles con la pena capital y a la espera de juicio o sometidas a él, indicó la organización.
¿Quiénes fueron los primeros ejecutados?
Las autoridades ahorcaron públicamente a Majidreza Rahnavard, de 23 años, en la madrugada del lunes 12 de diciembre en la ciudad de Mashhad, según anunció el poder judicial.
Un tribunal lo condenó por «odio contra Dios», después de encontrarlo culpable de apuñalar a muerte a dos miembros de la paramilitar Fuerza de Resistencia Basij.
Rahnavard fue ejecutado solo 23 días después de su arresto «en presencia de un grupo de ciudadanos de Mashhadi».
En un video difundido por la televisión estatal el 19 de noviembre, después de su detención, se ve a Rahnavard con los ojos vendados y el brazo izquierdo escayolado.
En el video, dijo que no negaba haber atacado a los miembros de los Basij, pero que no recordaba los detalles porque no se encontraba en el estado mental adecuado.
La TV estatal también mostró el 12 de este mes lo que describió como su subsiguiente «confesión» ante el Tribunal Revolucionario.
Los activistas señalan que los medios estatales transmiten rutinariamente las confesiones falsas de detenidos que han sido forzadas a través de tortura y otros tratos crueles.
Mientras, la primera ejecución de un manifestante sucedió el 8 de diciembre, generando una condena internacional.
Se trató de Mohsen Shekari, de 23 años, quien fue condenado también por «odio contra Dios» después de que se le encontrara culpable de haber atacado a un integrante de Basij con un machete en Teherán.
La agencia noticiosa Mizan dijo con anterioridad que había sido acusado de matar a puñaladas a dos miembros del grupo Basij en una calle de Mashad, el 17 de noviembre.
El grupo Basij es una fuerza voluntaria que suele ser desplegada por las autoridades iraníes para reprimir a la disidencia.
Organizaciones de Derechos Humanos han advertido que los manifestantes están siendo sentenciados a muerte en tribunales ilegítimos sin debido proceso.
Mahmood Amiry-Moghaddam, director de la organización Derechos Humanos Irán, con base en Noruega, expresó en Twitter que la sentencia de Rahnavard estuvo basada en «confesiones forzadas, después de un proceso extremamente injusto y un juicio de espectáculo».
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