Llamativas y preocupantes
Así definen los médicos las cifras publicadas por el Ministerio de Salud de Venezuela, que muestran un aumento en la mortalidad infantil, materna y en los casos de enfermedades como la malaria o la difteria.
Tras casi dos años de ausencia de datos, el Ministerio publicó recientemente los boletines epidemiológicos semanales de 2016.
En el último se dan las cifras acumuladas de 2016 y se comparan con las de 2015. Se registra un aumento del 30% en mortalidad infantil y de un 65,79% en mortalidad materna.
Los médicos consultados por BBC Mundo destacan que la ausencia de una tasa (en el caso de la mortalidad infantil es medido por los organismos internacionales en muertes por cada 1.000 nacidos vivos) impide sacar conclusiones exactas y compararlos con otros países.
Pero los números confirman el deterioro del sistema de salud en Venezuela, azotado por una grave crisis económica.
«Esto pone de manifiesto la escasez de recursos, los problemas de nutrición, la pérdida de médicos por la emigración», le dice a BBC Mundo Jaime Torres, jefe de la sección de enfermedades infecciosas del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
En los últimos años, médicos de diversos hospitales han criticado la falta de insumos y de vacunas, y la crisis ha provocado la escasez de medicamentos y de alimentos, lo que tiene implicaciones en la nutrición del país.
La oposición venezolana ha solicitado el establecimiento de un canal humanitario que permita llevar medicinas y alimentos para ayudar a los ciudadanos golpeados por la severa crisis económica que vive el país, pero las autoridades rechazan esa posibilidad.
BBC Mundo se contactó con la asistente de la ministra de Salud, Antonieta Caporale, y con el Ministerio de Información en busca de un comentario, pero de momento no ha obtenido respuesta. Tampoco se pronunció la directora del Hospital Materno Infantil Hugo Chávez en Caracas.
Este es el análisis de los principales datos publicados por el Ministerio.
Mortalidad infantil
De acuerdo con las cifras oficiales del Ministerio de Salud, el año pasado murieron en Venezuela 11.466 niños menores de un año, lo que implica un aumento de 30,12% en comparación con lo ocurrido en 2015, cuando esta cifra se ubicó en 8.812.
En el anuario de mortalidad de 2013, el último publicado, se registraron 8.753 muertes de niños menores de un año. Cifra parecida a la de 2015 y muy inferior a la de 2016.
El doctor Marino González, miembro de la Academia de Medicina, profesor y experto en políticas públicas de salud, reclama al gobierno el dato de tasa de mortalidad infantil (muertes por cada 1.000 nacidos vivos), pero considera que el dato del aumento es igualmente «preocupante».
«Lo que uno espera es que haya una disminución de esas muertes. El hecho de que estén aumentando y lo estén reconociendo es ya una gran llamada la atención de la situación de salud de los niños y mujeres embarazadas», dice el doctor González, crítico con la gestión del gobierno.
Según él, la tasa de mortalidad infantil se ha estancado en Venezuela.
«En todos los países debería reducirse. Si no se está disminuyendo y estos datos dicen que ha aumentado el número de muertes, es preocupante».
Entre las causas más frecuentes de las muertes de los infantes, las autoridades mencionan la sepsis neonatal, la neumonía, la enfermedad de membrana hialina y el nacimiento prematuro.
«Riesgo adicional»
En el caso de la mortalidad materna, el documento revela un incremento de 65,79% al haberse registrado en 2016 un total de 756 muertes, 300 más que las ocurridas en 2015.
Hace referencia a las mujeres que murieron por complicación en el embarazo, en el parto o después del parto.
La tasa, que volvería a ser el indicador más preciso, se mide en muertes de madres por cada 100.000 nacidos vivos.
«Estos datos ponen de manifiesto la falta de atención en la que están las mujeres del país», afirma el doctor Torres, de la UCV.
Estas cifras «ponen de manifiesto la calidad de atención de las parturientas, el nivel de control de embarazos, el manejo de los embarazos de alto riesgo y el del parto», indica.
«Si hay deficiencias, se van a reflejar en el aumento de la mortalidad materna», agrega.
El doctor Torres destaca otro elemento: Venezuela es el segundo país de América Latina en embarazos de adolescentes. «Eso supone un factor de riesgo adicional».
Difteria
Los datos contenidos en el Boletín Epidemiológico también confirman la reaparición de la difteria con un total de 324 casos en 2016, una enfermedad que había sido erradicada en Venezuela hace 24 años.
En 2015, según el boletín del Ministerio, no hubo ningún caso.
La difteria es una enfermedad tan peligrosa como fácil de evitar y de curar. La causa una bacteria que se encuentra en boca, garganta y nariz y se contagia por vía aérea a través de la saliva, la tos o un estornudo.
Los síntomas son parecidos a los de una gripe o una amigdalitis: problemas para respirar, dolor de garganta. Pero si avanza, puede dañar el tejido del corazón, ocluir las vías respiratorias y provocar la muerte.
La tasa de mortalidad es de 10% en adultos y de 20% en niños, los más vulnerables. En caso de que aparezca puede ser tratada con penicilina, medicamento que escasea ahora en los hospitales de Venezuela.
El gobierno no emitió ninguna alerta, pese al conteo de casos de los que informaron los medios locales el año pasado. En septiembre de 2016 las autoridades sanitarias del estado Bolívar, el más afectado, hablaban de alarmismo y «psicoterror». Pero al tiempo activaron una campaña de vacunación.
«Los casos están por encima de lo que reportaron a la Organización Panamericana de Salud. Y ahora sí reflejan la realidad que se manejaba extraoficialmente», explica el doctor Torres. «Falta prevención en patologías controlables con vacunación», lamenta.
Malaria
Además, las estadísticas revelan un aumento de 76,4% en los casos de malaria, que se incrementaron de 136.402 en 2015 a 240.613 en 2016. En 2013 se registraron 75.000 casos.
La malaria es una infección que es trasmitida por un mosquito típico de zonas tropicales, el anófeles, y provoca diarrea y vómitos.
Venezuela prácticamente erradicó la enfermedad en los años 60 y 70 con un programa reconocido internacionalmente.
«Hay un deterioro muy marcado en el control de vectores y diagnóstico. El 80% del territorio es susceptible a la infección. Sin control, puede propagarse. Ha estado controlada por décadas, pero ahora tenemos más casos autóctonos», dice Torres.
El doctor González destaca que Guyana y Venezuela son los países que más han retrocedido en el control de la malaria, endémica en varias zonas del país como el estado Bolívar, donde el auge de la minería, que genera estancamiento de agua, terreno ideal para el mosquito, ha hecho aumentar los casos.
«Hay una epidemia de malaria que tiene ya cinco años de evolución. Debería estar controlado. El número de casos es completamente inaceptable», afirma.