La crisis sanitaria en la que el coronavirus ha puesto a Zimbabue tiene a los enfermeros en huelga por la falta de equipo de protección personal (EPP) y otras carencias.
El lunes ocurrió una desgracia enorme que sin embargo un médico describió como «la punta de iceberg»: siete bebés nacieron muertos en el Hospital Central de Harare.
Fue después de que se retrasara el tratamiento urgente que necesitaban las madres, debido a problemas de personal, según dos médicos confirmaron a la BBC, y en medio de un escándalo de corrupción en la adquisición de suministros relacionados con el covid-19.
Se alega que se otorgaron contratos multimillonarios para comprar suministros a precios inflados y el ministro de Salud fue cesado por las acusaciones.
Una respuesta gubernamental filtrada a médicos de alto rango que habían escrito para quejarse de las condiciones y amenazar con una huelga reconoció los «desafíos» en los hospitales, un «aumento en los malos resultados» y una grave escasez de suministros médicos debido a la falta de divisas, pero instó al personal médico a «reconsiderar su intención de suspender sus servicios».
* Advertencia:algunos lectores pueden encontrar perturbadora una imagen que publicamos más abajo.
«Se repite todos los días»
Las muertes en el Hospital Central de Harare fueron reportadas por primera vez por el doctor Peter Magombeyi, quien tuiteó el martes: «Nos han robado nuestro futuro, incluidos nuestros bebés no nacidos. Por favor, detengan el saqueo».
Dos médicos con conocimiento directo de la situación en el Hospital Central de Harare confirmaron a la BBC que el lunes por la noche se realizaron ocho cesáreas. Siete de los bebés nacieron muertos.
«Hubo una intervención muy, muy tardía», dijo un médico, que declaró bajo condición de anonimato porque no tenía permiso oficial para hablar con los medios.
«Dos de las madres habían roto el útero y necesitaban operaciones tempranas. Las otras operaciones se realizaron debido a un trabajo de parto obstruido, pero no se realizaron a tiempo, por lo que los bebés murieron, atrapados en las pelvis de sus madres», añadió.
El médico describió escenas «terribles» en los dos principales hospitales estatales de Harare, que funcionan con solo un puñado de enfermeros y médicos debido a una huelga.
Muchas de las clínicas más pequeñas de la capital también se han visto afectadas o cerradas por las huelgas, lo que ha llevado a muchas mujeres embarazadas a ir al Hospital Central de Harare, desbordando la sala de maternidad.
«Estos no son incidentes aislados. Esto se repite todos los días y todo lo que podemos hacer es verlos morir. Esto es una tortura para las familias y para los médicos más jóvenes», dijo un segundo médico.
Graves carencias
Los doctores hablaron de una grave escasez de equipos de protección personal, así como de medicamentos para tratar la eclampsia y de suministros de sangre necesarios para tratar las hemorragias durante los nacimientos.
«Hay un equipo de enfermería esquelético, en su mayoría matronas mayores que no pueden ir a la huelga. Pero no pueden hacer frente a los pacientes», dijo el primer médico.
«Los médicos lo intentan, pero están muy cansados. Y los médicos jóvenes no tienen experiencia en términos de identificación de complicaciones [durante el embarazo]», señaló.
En una declaración, la Sociedad de Obstetras y Ginecólogos de Zimbabue describió la situación en los hospitales como «grave» y «más que terrible».
«Nuestras mujeres están sufriendo y creemos que todas las partes interesadas, el gobierno, los médicos, la sociedad civil y las personas deben actuar para salvar a las madres y los bebés que no tienen voz», dijo la asociación.
Hay crecientes tensiones en Zimbabue, donde una hiperinflación estrangula la economía.
Además, se han previsto protestas para el viernes contra Zanu-PF, el partido que ha dirigido el país desde la independencia, en 1980.