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Lo que comenzó como un levantamiento pacífico contra el presidente Bashar al Asad se convirtió en una brutal y sangrienta guerra civil que ha arrastrado a potencias regionales e internacionales.
El conflicto ha dejado un saldo de más de 250.000 personas muertas, según la última estimación que hizo la ONU en 2014 cuando dejó de contar debido a los problemas para acceder a ciertas áreas del país y a las dificultades para compatibilizar las cifras ofrecidas por las partes enfrentadas.
La guerra además ha provocado que más de 4,5 millones de personas huyan del país, en uno de los mayores éxodos en la historia reciente.
En BBC Mundo te explicamos cómo se originó esta guerra y lo que está ocurriendo ahora, casi seis años después.
1. ¿Cuál era la situación en Siria antes de que estallara la guerra?
Años antes de que el conflicto comenzara, muchos sirios se quejaban de un alto desempleo en el país, de extensa corrupción, falta de libertad política y de la represión del gobierno del presidente Bashar al Asad, quien había sucedido a su padre, Hafez, en 2000.
Las protestas antigubernamentales en la ciudad sureña de Deraa en marzo de 2011 fueron suprimidas por las fuerzas de seguridad sirias.
En marzo de 2011, un grupo de adolescentes que habían pintando consignas revolucionarias en un muro escolar en la ciudad sureña de Deraa fueron arrestados y torturados por las fuerzas de seguridad.
El hecho provocó protestas prodemocráticas, inspiradas por la Primavera Árabe, las manifestaciones populares que en ese momento se extendían en los países de la región y que clamaban más democracia y derechos para sus poblaciones.
Las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra los manifestantes, matando a varios, y esto provocó que muchas más personas salieran a las calles.
El levantamiento se extendió por todo el país, exigiendo la renuncia del presidente al Asad. Y la respuesta de fuerza del gobierno para sofocar la disensión sólo reforzó la determinación de los manifestantes.
Para julio de 2011, cientos de miles estaban protestando en todo el país exigiendo la salida de al Asad.
2. ¿Cómo estalló la guerra civil?
A medida que el levantamiento de oposición se extendía, la represión del gobierno se intensificaba.
Los simpatizantes de la oposición comenzaron a armarse, primero para defenderse y después para expulsar a las fuerzas de seguridad de sus regiones.
La ciudad de Homs, llamada «la capital de la revolución», ha sufrido una de las mayores destrucciones en la guerra.
Al Asad prometió «aplastar» lo que llamó «terrorismo apoyado por el exterior» y restaurar el control del Estado.
La violencia se incrementó rápidamente en el país. Se formaron cientos de brigadas rebeldes para combatir a las fuerzas del gobierno y lograr el control de ciudades y poblados.
En 2012 los enfrentamientos llegaron hasta la capital Damasco y la segunda ciudad del país, Alepo. Para entonces el conflicto ya se había convertido en más que una batalla entre aquéllos que apoyaban a al Asad y los que se oponían a él.
Y adquirió pronto características sectarias enfrentando a la mayoría sunita del país, contra los chiitas alauitas, la rama musulmana a la que pertenece el presidente.
Esto arrastró a las potencias regionales e internacionales, lo cual añadió otra dimensión al conflicto.
En junio de 2013, Naciones Unidas informó que 90.000 personas habían muerto.
3. ¿Quién está ahora peleando contra quién?
La rebelión armada de oposición ha evolucionado significativamente desde sus comienzos.
El número de miembros de la oposición moderada seglar ha sido superado por los grupos islamistas y yihadistas, como el autodenominado Estado Islámico (EI), cuyas tácticas brutales han provocado indignación global, y el Frente al Nusra, un grupo afiliado a al Qaeda.
Las fuerzas del gobierno perdieron el control de grandes territorios del país ante varios grupos armados.
Los combatientes de EI han creado una «guerra dentro de una guerra» en Siria, enfrentándose tanto a los rebeldes de la oposición moderada como a los yihadistas de Frente al Nusra.
También combaten a las milicias kurdas, uno de los grupos que Estados Unidos está apoyando en el norte de Siria.
Desde 2014, Estados Unidos, junto con Reino Unido y Francia, ha conducido incursiones aéreas contra EI en Siria, pero han evitado atacar a las fuerzas del gobierno sirio.
Rusia, por su parte, lanzó una campaña aérea sostenida en 2015 para «estabilizar» al gobierno sirio tras una serie de derrotas infligidas por la oposición.
La campaña aérea rusa para «estabilizar» el gobierno de al Asad, ha fortalecido las posiciones de las fuerzas sirias.
La intervención de Rusia ha conducido a victorias significativas para las fuerzas sirias. La mayor de ellas fue la recuperación de la ciudad de Alepo, uno de los principales bastiones de los grupos opositores, que fue recuperada por fuerzas leales al gobierno de Bashar al Asad en diciembre de 2016.
Los rebeldes moderados han pedido repetidamente a Washington armas antiaéreas para responder a los devastadores bombardeos de Rusia y el gobierno sirio, pero Estados Unidos y sus aliados se han negado, por temores de que las armas avanzadas terminen en manos de los grupos yihadistas.
Eso ha derivado en superioridad aérea que ha sido fundamental para los avances del gobierno sirio.
4. ¿Cómo se involucraron las potencias internacionales?
Irán, que es chiita,es el aliado más cercano de al Asad. Siria es el principal punto de tránsito de armamentos que Teherán envía al movimiento chiita Hezbolá en Líbano, el cual también ha enviado a miles de combatientes para apoyar a las fuerzas sirias.
Se cree que Teherán ha gastado miles de millones de dólares al año para fortalecer a las fuerzas del gobierno sirio, ofreciendo asesores militares, armas, crédito y petróleo.
Rusia intervino desde un inicio apoyando la supervivencia de Asad en el gobierno, lo cual es crucial para mantener los intereses de Moscú en ese país.
Estados Unidos, por su parte, insistió durante el gobierno de Barack Obama en solicitar la dimisión de al Asad por considerarlo responsable de enormes atrocidades.
Este objetivo parece haber sido abandonado por el gobierno de Donald Trump.
A fines de marzo, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que »en relación con Asad, hay una realidad política que tenemos que aceptar», dando a entender que Washington ya no considera como un objetivo la salida del poder del mandatario sirio.
La ciudad norteña de Raqqa es la sede del autonombrado Estado Islámico.
Arabia Saudita es otro participante en esta «guerra subsidiaria».
Para contrarrestar la influencia de Irán, su principal rival en la región, ha enviado ayuda militar y financiera importante a los rebeldes, incluidos los grupos con ideologías islamistas.
Turquía es otro acérrimo simpatizante de los rebeldes, pero ha intentado que Estados Unidos limite su apoyo a las fuerzas kurdas, a quienes acusa de simpatizar con su enemigo, el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Durante los últimos meses, el gobierno turco ha tomado un rol más protagónico en el conflicto sirio negociando junto a Irán y Rusia un acuerdo parcial de cese el fuego.
Los rebeldes de la oposición siria también han atraído varios grados de apoyo de otras potencias regionales, como Qatar y Jordania.
5. ¿Por qué está durando tanto esta guerra?
Un factor clave ha sido la intervención de las potencias regionales y mundiales.
Su apoyo militar, financiero y político para el gobierno y la oposición ha contribuido directamente a la intensificación y continuación de los enfrentamientos y convertido a Siria en un campo de batalla de una guerra subsidiaria.
También se ha acusado a las potencias regionales de fomentar el sectarismo en lo que era un Estado ampliamente seglar.
Las divisiones entre la mayoría sunita y los chiitas alauitas han provocado que ambas partes cometan atrocidades que no sólo han causado una enorme pérdida de vida sino ha destruido comunidades, fortalecido posiciones y reducido las esperanzas de lograr una solución política.
Los rebeldes de la oposición moderada sólo han recibido ayuda militar limitada de las potencias occidentales.
La escalada de los grupos yihadistas, como EI -que aprovechándose de la situación en el país tomó el control de enormes franjas de territorio en el norte y este de Siria- añadió otra dimensión al conflicto.
6. ¿Cuál ha sido el impacto de esta guerra?
Aunque la última cifra oficial de la ONU sobre víctimas mortales en la guerra siria era de 250.000 y correspondía a 2014, el enviado especial de la ONU para ese conflicto, Staffan de Mistura, dijo en abril de 2016 que esa estimación ya no era válida y que estimaba que la cifra de muertos estaba en torno a los 400.000.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un grupo de monitoreo basado en Londres, indica que hasta marzo de 2017, la cifra de muertos es de 465.000.
Pero el Centro de Sirio para Investigación Política, un organismo de estudios independiente, calcula que el conflicto ha causado 470.000 muertes.
No hay cifras confiables sobre el número de personas que han muerto o sido heridas en el conflicto. Algunos cálculos colocan la cifra de muertos en más de 470.000.
Según cifras de la ONU, hasta marzo de 2017 más de 5 millones de personas habían huido de Siria, la mayoría mujeres y niños.
Los países vecinos -Líbano, Jordania y Turquía- están enfrentando una crisis tratando de albergar al que se considera es uno de los mayores éxodos de refugiados de la historia reciente.
Otro 10% de refugiados ha buscado asilo en Europa, lo que ha provocado divisiones en estos países sobre cómo compartir la responsabilidad.
Casi la mitad de la población siria de 23 millones, antes de la guerra, ha sido desplazada por el conflicto.
Según la ONU se necesitan US$3.200 millones de ayuda para los 13,5 millones de personas, incluidos seis millones de niños, que requieren asistencia humanitaria dentro del país.
Cerca de 70% de la población no tiene acceso a agua potable, una de cada tres personas no puede satisfacer sus necesidades alimentarias básicas, más de dos millones de niños no van al colegio y una de cada cinco personas vive en la pobreza.
Las partes en conflicto han complicado aún más la situación al rehusar el acceso de las agencias humanitarias a los necesitados.
Se calcula que hay unas 500.000 personas viviendo bajo asedio.
7. ¿Qué está haciendo la comunidad internacional para poner fin al conflicto?
Debido a que ninguna de las partes es capaz de infligir una derrota decisiva contra la otra, la comunidad internacional concluyó hace mucho que la única forma de poner fin a la guerra es con una solución política.
Steffan de Mistura, el enviado de la ONU para Siria, describió el fracaso de las últimas conversaciones en septiembre como «doloroso y decepcionante».
El Consejo de Seguridad de la ONU pidió la implementación del Comunicado de Ginebra de 2012 en el que se contempla un organismo de gobierno de transición con amplios poderes ejecutivos «formado sobre la base de consentimiento mutuo».
Pero las conversaciones de paz de 2014, conocidas como Ginebra II, se interrumpieron y la ONU responsabilizó al gobierno sirio por rehusarse a discutir las demandas de la oposición.
Un año después, el ascenso de Estado Islámico dio un nuevo ímpetu a la búsqueda de una solución política.
En enero de 2016, Estados Unidos y Rusia persuadieron a los representantes de las partes en guerra para que asistieran a «conversaciones de acercamiento» en Ginebra para discutir una ruta de paz del Consejo de Seguridad, que incluía un cese del fuego y un período de transición que llevara a elecciones.
En diciembre de 2015 una tregua local en Homs permitió la salida de combatientes rebeldes.
Las conversaciones se suspendieron en la «fase preparatoria» cuando las fuerzas del gobierno sirio lanzaron una gran ofensiva en la ciudad norteña de Alepo.
Hacia finales de 2016, las treguas parciales comenzaron a ser negociadas entre Rusia y Turquía.
Una coalición dirigida por Estados Unidos ha estado conduciendo incursiones aéreas contra Estado Islámico desde 2014.
En enero de 2017, Rusia, Irán y Turquía anunciaron un acuerdo para un cese el fuego parcial.
Posteriormente, a comienzos de marzo, el enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, anunció algunos avances en unas conversaciones de paz realizadas en Ginebra.
La paz, sin embargo, aún no se atisba en el horizonte.
*Esta nota fue publicada originalmente el 24 de septiembre de 2016 y ha sido actualizada para reflejar los acontecimientos más recientes.
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