Álvaro Uribe es considerado como el gran artífice del triunfo del presidente electo de Colombia, Iván Duque, pero también quien puede convertirse en su sombra en los cuatro años que estará en el poder.
De hecho, algunos consideran que el 54% de votos obtenido por Duque este domingo se debe fundamentalmente a la altísima popularidad del ex jefe de Estado.
En Colombia no son pocos los que consideran que el futuro presidente no podrá librarse de la influencia del polémico y poderoso exmandatario, y hay quienes aseguran que será un «títere» del patriarca del uribismo.
Los insistentes señalamientos en este sentido provocaron que el candidato ganador saliera al paso en varias ocasiones, casi siempre con la misma respuesta: «Uribe será senador y el presidente de la República voy a ser yo».
Uno de los motivos que los analistas señalan para poner en duda la independencia del candidato ganador de este domingo es que el caudal de votos que le dieron la victoria a Duque en la segunda vuelta pertenece en realidad al líder del partido uribista Centro Democrático.
Otros apuntan a la falta de experiencia política de Iván Duque, quien apenas lleva un puñado de años como senador e hizo la mayoría de su carrera en EE UU.
Sin embargo, también señalan que demostró iniciativa e ideas propias durante la campaña y que ahora tendrá la oportunidad de desarrollarlas como presidente de Colombia.
El protagonismo de Álvaro Uribe en estos comicios es considerado indiscutible. Foto: EPA
«Son los votos de Uribe»
El analista político y columnista Christian Torres sostiene que la gran deuda de Duque con su mentor son los votos que lo hicieron presidente.
«Iván Duque no tiene votos. Son del presidente Álvaro Uribe, que es el político más fuerte de los últimos 15 o 20 años», sostiene el miembro de la plataforma de análisis político Palabras Mass.
Torres añade que el caudal endosado por el exmandatario (entre 2002 y 2010) a favor del ganador de este domingo le permitirán al primero «tener amplia influencia política» sobre las acciones que vaya a tomar el segundo.
«Los votos del uribismo le permiten al expresidente tomar los hilos y preeminencia en la toma de decisiones», afirma.
A finales del año pasado, cuando todavía se disputaban quién sería el candidato del Centro Democrático para estas elecciones, Duque aparecía en los últimos lugares de las encuestas con menos del 10% de la preferencia.
Una vez fue elegido como el postulante oficial y recibió el pleno respaldo de Uribe, saltó en los sondeos de opinión hasta el primer lugar.
Los seguidores de Duque celebraron apenas se conocieron los resultados. Foto: AFP
Álvaro Uribe, por su parte, demostró tener un gran respaldo en las urnas en las elecciones legislativas de marzo pasado, en las que se convirtió en el senador que más votos consiguió en la historia de Colombia.
Los dos triunfos que obtuvo cuando buscó la presidencia en 2002 y 2006 los logró en primera vuelta.
«Medio país teme que el gobernador en las sombras sea Álvaro Uribe», concluye Torres.
La experiencia de Iván Duque
El presidente electo de Colombia es un abogado con estudios en EE UU, trayectoria en organizaciones internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y un discurso técnico sobre la base de la economía de mercado y la iniciativa privada.
Fue en su paso por el BID, en su sede en Washington D.C., donde conoció a Uribe mientras éste todavía ejercía como presidente de Colombia.
De la mano de Uribe llegó al Senado hace cuatro años y, poco a poco, fue ganando notoriedad en Centro Democrático.
Fue uno de los mayores interlocutores durante la campaña protagonizada por el uribismo en contra del acuerdo de paz con la ex guerrilla de las FARC en la que el «no» se impuso en octubre de 2016.
Los seguidores de Gustavo Petro lamentaron la derrota. Foto: AFP
En opinión de la analista política María Fernanda González, basta ver la trayectoria de Duque para reconocer que tiene iniciativa e ideas propias, pese a ser muy leal a su mentor político.
«Cuando uno mira la hoja de vida y la evolución del candidato, estas inquietudes y miedos de la población colombiana se hacen más relativas», explica la profesora de ciencias políticas.
González añade que «claramente Álvaro Uribe está detrás, pero Iván Duque ha demostrado conocimiento de los temas más importantes del país y ha sido un candidato muy completo».
Otro factor destacado por la analista, autora del libro «Los pretendientes de la Casa de Nariño» en el que le dedica un capítulo a Duque, es la juventud del candidato.
González señala que esta característica le otorga «independencia de la política tradicional frente a candidatos que toda la vida han vivido de la política».
Gustavo Petro alcanzó ocho millones de votos. Foto: EPA
¿Habrá rebelión?
Para el columnista Christian Torres, esta falta de experiencia será una de las debilidades de Duque ante un hombre con un liderazgo fuerte como Álvaro Uribe.
«Creo que Iván Duque no tiene la trayectoria ni la sagacidad, además de los contactos políticos para emanciparse», indica.
Torres apunta que Juan Manuel Santos si logró desmarcarse de la influencia de Uribe dado que viene de una familia tradicional de la política colombiana con el suficiente peso para soportar tener al líder de Centro Democrático como adversario.
Durante la campaña, Duque apareció en repetidas ocasiones al lado del jefe de su partido y buena parte de los carteles y afiches promoviendo su campaña llevaban la foto de los dos.
Duque garantiza que no permitirá que Álvaro Uribe sea el poder detrás del poder. Foto: AFP
González tampoco cree que el futuro presidente se vaya a desmarcar de su mentor político por las afinidades que han expresado ambos.
«Iván Duque ha señalado que es muy cercano a la ideología de Álvaro Uribe y que afronta los problemas de manera similar, aunque son muy distintos».
La analista indica que cree que el mandatario electo «va a tomar su camino», pero sin confrontarse con el uribismo ni su mentor.
Aunque apuntó que eso solo se sabrá en el momento en que Iván Duque ingrese a la Casa de Nariño como nuevo Jefe de Estado de Colombia.
«En ese momento conoceremos al verdadero Iván Duque. El discurso del candidato nunca es el discurso del presidente», concluye.