El número es inédito: 152.337 mexicanos que viven en Estados Unidos se registraron para votar en las elecciones presidenciales de México del próximo 1 de julio.
Una cifra nunca antes alcanzada.
Pero lo que parce ser una buena noticia para la democracia mexicana contrasta enormemente con un hecho: se trata solo de poco más del 1% de los votantes potenciales de ese país en EE.UU.
En Estados Unidos, viven unos 11,7 millones de mexicanos habilitados para ejercer el derecho al voto -por poseer la nacionalidad y ser mayores de edad- , según cifras del Instituto de Mexicanos en el Exterior, lo cual es similar a la población de Portugal.
Son parte de una comunidad de más de 36 millones de personas de origen mexicano en suelo estadounidense, la población foránea más grande solo después de la de India.
No obstante, también es una comunidad históricamente desinteresada por la política de su país.
En las presidenciales de 2006 solo votaron 40.876 personas, mientras que en 2012 lo hicieron 59.115, lo cual representa menos del 0,09% de los votos contados en México en esas dos elecciones.
¿Por qué el desinterés de los mexicanos en EE.UU. cuyo volumen de votos sería decisivo en cualquier elección?
1. Temor a exponerse
Existen múltiples factores para este fenómeno, pero uno de peso para casi la mitad de electores mexicanos en EE.UU. es su estatus legal.
Una estimación del centro estadounidense de investigación Pew Research Centerindica que hay alrededor de 5,6 millones de mexicanos sin documentos de residencia en el país.
«Hay una natural reserva de llevar a cabo trámites que puedan poner (…) en evidencia esa condición«, explica el investigador Carlos Navarro.
Como coordinador de varios estudios sobre el voto extranjero de México y otros países de América Latina, Navarro asegura que esta problemática es una de las que limita a millones de personas para ejercer su voto.
En parte se explica porque los mexicanos en el extranjero reciben las boletas por correo postal -y las devuelven con su sufragio por la misma vía- semanas antes del día de la elección.
Para registrarse como votante, el Instituto Nacional Electoral (INE) pide a los mexicanos en el extranjero mostrar un comprobante de domicilio -lo que puede verse como un riesgo entre mexicanos indocumentados en Estados Unidos-y la posesión de la identificación oficial para votar.
Más de 500.000 mexicanos en el exterior poseen la identificación, pero solo 152.337 completaron la solicitud de boletas.
«De ese universo (total) de 12 millones, pudiéramos hablar que la mitad está en posibilidades y con interés de participar en las elecciones de México«, dice a BBC Mundo el consejero Enrique Andrade, el encargado en el INE del voto desde el extranjero.
2. No hay deseo de votar
Estudios del investigador Carlos Navarro muestran que el voto desde el extranjero en países de América Latina históricamente ha representado menos del 3% de la votación nacional, por lo que el caso mexicano no es atípico.
Sin embargo, ningún país de la región tiene el volumen de votantes en el exterior como México.
Si la mitad de los 12 millones de mexicanos en EE.UU. ejerciera su derecho, el número de votos sería superior a toda la población de países como Noruega, Costa Rica o Nueva Zelanda.
En la controvertida elección de 2006, los mexicanos en Estados Unidos hubieran tenido un peso decisivo.
Ese año México vivió un gran conflicto postelectoral debido al estrecho margen de 0,56% que definió la elección, pero en esa ocasión solo participaron 40.876 mexicanos desde el extranjero y en México votaron 41,79 millones.
Para la elección de 2018, por primera vez el INE abrió el voto de senadores y gobernadores locales a los votantes en el exterior, pero esto no despertó mayor interés en EE.UU.
¿Qué se vota el 1 de julio?
- 1 presidente
- 128 senadores
- 500 diputados
- 9 gobernadores
- 1.612 alcaldías
«Muchos obtuvieron su credencial para votar no porque quisieran ejercer derecho al voto, sino porque quieren tener una identificación«, considera Navarro.
Los poco más de 70.000 votos que el INE recibió a 10 días de la elección representan una participación del 53%.
El consejero Enrique Andrade reconoce que parte del problema es la baja cultura de participación en elecciones.
«Muchos de ellos no han ejercido el derecho al voto, ni lo ejercieron en México antes de irse y tampoco lo han querido ejercer en Estados Unidos, entonces es un tema en que se tiene que profundizar un poco más en la educación cívica de estos ciudadanos», dice Andrade a BBC Mundo.
En México participar en las votaciones no es obligatorio y el abstencionismo a nivel nacional promedia un 38% en las últimas tres elecciones presidenciales.
3. Dejan a México atrás
Un tercer factor que hace de la comunidad mexicana en EE.UU. un caso particular es que logran un rápido arraigo a su nueva vida, explica Navarro.
«A pesar de que muchos de ellos tienen un fuerte vínculo con el país (México), con su familia y las remesas que envían, yo no lo traduzco en intención de volver», explica.
«Ahora cada vez hay más expectativa de irse a integrarse a la sociedad en la que viven. A diferencia de los migrantes de otros países, los mexicanos están mejor organizados en capacidad de reivindicar sus derechos y de insertarse en condiciones más favorables dentro de Estados Unidos», apunta.
Una vez que se establecen, los mexicanos prefieren organizarse políticamente en su nueva comunidad que tratar de influir en la dirección del gobierno de su lugar de origen.
Sin embargo, para el consejero Andrade, existe un importante número que aún desea participar y cuyos derechos deben ser garantizados.
«Están todavía muy presentes aquí, mandan dinero a sus familias, están al pendiente de lo que pasa en materia de fútbol, en materia de fiestas patrias. Creo que esta migración sí debe de tener todos los derechos políticos para poder participar en las elecciones», señala el funcionario.
Navarro también apunta a que existe un claro cambio generacional, pues la mayoría de los interesados en votar son jóvenes que tienen una cultura cívica diferente a los mexicanos de mayor edad que normalmente no prestaban atención a la política.
«La gente que emigró hasta hace unos 30 años salieron de una cultura política diferente. Parte del porqué no exigen sus derechos políticos ni aquí ni allá se explica por la cultura política en la cual se formaron», comenta Navarro.
El experto hace referencia al periodo del hegemónico Partido Revolucionario Institucional que gobernó durante siete décadas en México (1930-2000) y bajo el cual las votaciones eran un mero trámite.
«Las últimas generaciones migrantes ya son de otro perfil mucho más exigente de sus derechos, mucho más demandante y participativa», apunta.
¿Qué se puede mejorar?
Uno de los cuestionamientos que han hecho los mexicanos que sí están interesados en votar son las complicaciones técnicas en la web para tramitar su credencial de elector y su registro para recibir el paquete de votación postal.
Además, en las campañas de los partidos, las propuestas dirigidas a los millones de mexicanos que viven en EE.UU. ha sido marginal.
Enrique Andrade, del INE, reconoce que hubo problemas y falta de información para resolver dudas. Pero considera que lo principal es romper el paradigma de que el voto de los mexicanos en el extranjero no es importante.
«Aquí en México se duda si tienen todas la posibilidades de ejercer el voto los mexicanos que ya salieron del país, y por otro lado los mexicanos que están allá dudan de que realmente el voto cuente», señala.
«Hay que romper ese paradigma. La verdad es que sí es muy importante: somos el país con más migración en el mundo después de India».