«Debería poder inspirarme en el perfil de Sharon Stone o en cualquier otra cuenta verificada para mi propio perfil de Instagram, pero la realidad es que si lo hago me eliminan», dice Alana Evans, presidenta del Gremio de Actores de la Industria del Porno y una de las principales voces en la batalla que las estrellas de este genero están librando para permanecer en la plataforma.
Evans recopiló una lista de más de 1.300 actores de la industria que aseguran que sus cuentas fueron borradas por los moderadores de contenido de Instagram por violar los estándares del sitio, a pesar de que dichas cuentas no muestran ni desnudos ni escenas de sexo.
«Nos discriminan porque no les gusta lo que hacemos para ganarnos la vida», señala Evans.
La campaña dio lugar a una reunión con representantes de la red social en junio, que creó un nuevo sistema de apelación para cuando se borra una cuenta.
Pero en el verano, sin embargo, se frenaron las conversaciones e Instagram continuó borrando cuentas de actores de la industria del porno.
«Gota que colmó el vaso»
Evans estaba particularmente molesta con el cierre de la cuenta de la actriz de porno Jessica Jaymes, que la red eliminó tras su muerte en septiembre.
«Cuando vi que habían borrado la cuenta de Jessica se me encogió el corazón. Fue la gota que colmó el vaso», dice.
La cuenta, que tiene más de 900.000 seguidores, fue finalmente reabierta.
Hacia finales de 2018, una serie de personas empezaron a hacer campaña para reportar cuentas en plataformas de redes sociales, con la clara intención de hacer que las eliminasen, señalan actores de la industria del porno.
Esto iba acompañado de mensajes abusivos e intimidatorios. Una persona -conocida en la industria bajo el nombre de «Omid»- solía hacer alarde de haber sido responsable del cierre de cientos de cuentas.
Ginger Banks, activista por los derechos de los trabajadores sexuales y artistas del porno, fue uno de los primeros blancos de esta campaña.
«Cuando pones tiempo y esfuerzo para construir una cuenta con más de 300.000 seguidores y te borran, esto te hace sentir derrotada», dice.
«Incluso si sigues las reglas, te borran la cuenta. Y eso es lo que es muy frustrante».
Banks dice que eliminar a los actores de la industria adulta y a los trabajadores sexuales de las redes sociales es otra forma de marginar a estos grupos, porque les quita su forma primaria – y en algunos casos, única- de promocionarse.
«La gente que nos reporta no entiende que eso afecta los ingresos de la gente, o no le importa. Creen que no deberíamos hacer este trabajo o que no debería existir».
Revolución tecnológica
La revolución tecnológica que ha transformado la industria de la pornografía ha abierto nuevos canales y le ha permitido a muchas estrellas del porno y trabajadores sexuales ganarse la vida de forma independiente gracias a sitios de webcam, servicios de suscripción y otras plataformas de video.
La mayoría usa Instagram para promocionar sus marcas.
Las productoras de porno toman en cuenta por lo general la cantidad de seguidores que los actores tienen en Instagram para sus castings.
Cuando a un actor de porno le borran su cuenta, pierden acceso a sus seguidores y a los contactos de negocios que han hecho, y esto tiene un impacto potencial en sus ingresos.
Muchas publicaciones no dejan mucho espacio para la imaginación, pero los actores dicen que las reglas son vagas y su aplicación inconsistente.
Dicen además, que a las celebridades se les permite publicar contenido mucho más explícito en sus cuentas que a los actores porno o trabajadores sexuales, sin que se los sancione.
«Nunca publiqué imágenes explícitas en Instagram. Pero incluso una foto mía en pantalones ajustados podría ser para algunos muy provocativa, y suficiente como para que me reporten», dice Ginger Banks.
«Estamos dejando que estas empresas decidan qué es arte y qué es pornografía, y que luego nos castiguen».
La respuestas de Facebook
Un portavoz de Facebook, la compañía dueña de Instagram, le dijo a la BBC: «Con una comunidad tan diversa a nivel global, tuvimos que poner reglas sobre la desnudez y las solicitudes sexuales para garantizar que el contenido sea apropiado para todos, especialmente los jóvenes».
«Tomaremos medidas sobre el contenido que nos reportan si infringe estas reglas. Le damos a la gente la oportunidad de apelar la decisión y restableceremos el contenido si eliminamos algo por error».
La versión mas reciente de las reglas de la comunidad de Facebook dice a los usuarios que no pueden ofrecer o pedir imágenes de desnudos, de contenido sexual o mantener conversaciones sexuales con «emoticones con connotaciones sexuales» o «palabras sexuales en la jerga local».
Los manuales usados por los moderadores para aplicar estas reglas, sin embargo, no son públicos.
Los trabajadores sexuales temen que Facebook priorice la aceptación de las audiencias más conservadoras en el mundo, antes que la justicia y la libertad de expresión.
Gustavo Turner, editor de noticias de publicación de la industria XBIZ, considera que esto es «lo más bajo desde el punto de vista moral».
«También hay una cultura en Silicon Valley que tiende a infantilizar a la audiencia», dice.
«Facebook está lanzando un servicio de citas llamado Crushes, mientras que tiene reglas estrictas sobre las conversaciones sexuales, incluso cuando son consensuadas entre adultos y no son comerciales».
El problema de las bailarinas
Los actores porno y trabajadores sexuales no son los únicos afectados.
A Rachel Rabbit White, una escritora, poeta y artista, le borraron su cuenta por compartir imágenes de una exhibición en el museo Leslie-Lohman de Nueva York.
«Publiqué estas imágenes históricas muy importantes de erótica lesbiana de una galería muy bien valorada», dice. «Fui muy cuidadosa para que no se vieran fotos que tuvieran pezones o genitales desnudos. Pero unas horas después, mi cuenta había desaparecido».
Ya ha sido reactivada.
La bailarina y bloguera Bloggeronpole es una de las fundadoras de EveryBODYVisible, una campaña que comenzó luego de que Instagram tomara medidas contra las etiquetas sobre pole dancing durante el último verano.
Etiquetas como #poledancing y #femalefitness no daban ningún resultado en las búsquedas.
La plataforma se disculpó luego y cambió su política, pero todavía bloquea o restringe las etiquetas que pueden usarse para compartir contenido que viola las reglas.
Activistas creen que esto es un exceso de censura, y señalan que afecta desproporcionadamente a los trabajadores sexuales, educadores sexuales y a la comunidad de bailarinas de pole dancing.
«Las celebridades pueden usar sus fotos, pero nosotros no podemos ni siquiera publicar un video en bikini», dice Bloggeronpole.
«Si usas tu cuerpo de una u otra manera, incluso para educar o promover una relación positiva con el cuerpo, ya no puedes hacerlo por cómo manejan la red social».
Otra bailarina de danza del caño de Londres, Cinderella Jewels, dice que ella usa Instagram para mostrar su trayectoria en esta disciplina, pero que la eliminación de la primera cuenta que creó y la desaparición de publicaciones cuando se hace una búsqueda, afectó su trabajo y la confianza en sí misma.
«Te hace sentir que no te apoyan, que la gente está en contra tuyo por lo que haces», dice.