A diario practicamos economía, casi sin pensarlo: cuando te compras una empanada en una cafetería en vez de comerte algo preparado por ti, cuando, a pesar de que lo que te queda del salario no te alcanza para llegar al fin de mes, decides que hay razones de peso que justifican tomarte un taxi a casa.
No obstante, la economía a menudo puede parecer algo alejado de la vida cotidiana…
…a menos de que venga y te dé una cachetada tan fuerte que el significado de términos como «inflación» dejan de ser ajenos.
Pero, ¿qué tiene que ver la inflación con la vida sexual?
«Estamos pasando por una crisis económica que ha provocado escasez de muchas cosas», cuenta la periodista Mariana Zuñiga desde Venezuela.
«Eso incluye condones y otros tipos de anticonceptivos. Se pueden encontrar en algunos lugares pero son muy caros», explica.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, presentó un plan económico para el país que incluye una nueva moneda (AFP)
La BBC habló con Zuñiga antes de que el presidente Nicolás Maduro anunciara su Programa de Recuperación Económica el 20 de agosto.
«Ayer fui a una tienda en la que tenían unas cajas (de preservativos); costaban más de 1 millón de bolívares, y nuestro salario mínimo es de 3 millones de bolívares», nos contó la periodista unos días antes del anuncio del presidente.
Con el plan que Maduro puso en marcha, ese salario mínimo de 3 millones fue multiplicado por 60, de manera que ahora equivaldría a 180 millones de bolívares fuertes.
Y las autoridades también introdujeron una nueva moneda, el bolívar soberano, que le quitó cinco ceros al viejo bolívar fuerte.
Pero el caso es que si un paquete de condones te cuesta casi dos semanas de sueldo, te ves obligado a cambiar la manera en la que practicas tu vida sexual.
¿Menos relaciones sexuales o abstención?
«¡No, no!… yo no creo que la gente esté teniendo menos relaciones sexuales ni escogiendo la abstención como método anticonceptivo», asegura la periodista venezolana.
«En Venezuela ha gente que está usando métodos antiguos para evitar embarazos, como el coitus interruptus o el método Ogino-Knaus o del ritmo, que consiste en contar los días del ciclo menstrual para calcular cuándo estás ovulando», explica Zuñiga.
De vuelta a los métodos tradicionales y a problemas de antaño (GETTY IMAGES)
Este remedio al problema, sin embargo, suscita otro.
«Muchos en el sector médico han señalado que los índices tanto de embarazos no deseados como casos de enfermedades venéreas y contagio de VIH han aumentado desde que empezó la crisis».
Y debido al aumento en el costo de las píldoras anticonceptivas, también ha habido un aumento en las mujeres que toman medidas permanentes para evitar quedar embarazadas.
Algunas mujeres jóvenes incluso eligen ser esterilizadas.
Hay jóvenes desesperadas que están tomando medidas drásticas (GETTY IMAGES)
Mariana Zuñiga habló con una clínica en Caracas en la que el año pasado esterilizaron a 400 mujeres y este año llegaron a 400 en mayo, por lo que esperan que los números se dupliquen, al menos.
«Antes, las mujeres que escogían esterilizarse en Venezuela tendían a tener más de 30 años y más de 3 hijos», señala.
«Ahora hay mujeres de entre 19, 20 y 24 años que buscan esterilizarse pues no pueden mantener más hijos, porque ya no pueden encontrar anticonceptivos en el mercado y sencillamente están desesperadas. Como oí decir, quieren ‘cerrar la fábrica de bebés’ porque su situación es realmente muy difícil», relata Zuñiga.
Eso significa que mujeres jóvenes están cambiando permanentemente sus cuerpos debido a la hiperinflación.
El ABC de la inflación
Venezuela es un ejemplo extremo, pero ilustra cómo la inflación, ese término familiar pero a veces abstracto, puede cambiar nuestra forma de actuar.
Pero, ¿cómo se llega a eso? ¿Cuáles son las causas de la inflación?
«Hay una variedad de causas diferentes», responde Rajiv Prabhakar, economista de la Open University de Reino Unido.
«En el sistema de colas, por ejemplo, si tienes 10 cosas para vender y hay una cola de 100 personas que quieren esas 10 cosas, entonces como vendedor puedes aumentar el precio.
Digamos que lo aumentas un poco, entonces tal vez 10 de esas personas abandonen la cola, pero todavía tienes 90 personas que quieren comprar esos 10 bienes.
Aumentas tu precio nuevamente y tal vez otras 10 personas se van.
Lo que sucede es que el vendedor sigue aumentando sus precios hasta que eventualmente queden sólo 10 compradores que quieran y puedan pagar lo que está cobrando por los bienes».
En ese caso, lo que hubo fue exceso de demanda.
La famosa ley de la Oferta y la Demanda, principio básico de una economía de mercado (GETTY IMAGES)
«Hay otros casos en que a veces el costo real del bien aumenta por diversas razones, tal vez los costos salariales han aumentado. Por lo tanto, si eres un vendedor, puede puedas absorber algunos de esos costos elevados, pero en algún momento, para recuperarlos, aumentarás los precio».
Así, la presión que lleva a la inflación no proviene tanto de la demanda, sino del vendedor, que al enfrentar costos más altos, se los pasa al consumidor.
Sin embargo, en Venezuela hay otras cosas sucediendo; algunos economistas dicen que parte del problema es que hay demasiado dinero en el sistema.
«Entonces tienes una situación en la que si un gobierno imprime mucho dinero y hay mucho en circulación, la gente puede subir los precios, de manera que se torna en una profecía autorrealizada», explica el economista.
Si hay demasiado dinero circulando, puede parecer que vale menos que el papel en el que se imprime (GETTY IMAGES)
Entonces, si todos tenemos más dinero para gastar, éste comienza a perder su valor: el panadero, por ejemplo, puede sentir que le estás pagando my poco por su pan, que ha conservado su valor, así le estés entregando la misma cantidad de dinero que hace unos días.
Eso hace subir los precios.
Así que la inflación puede ocurrir cuando mucho dinero circulando, pues lo desvaloriza; o cuando los precios de bienes como el trigo aumentan y los panaderos le pasan el costo a los consumidores.
O puede ser algo tan básico como un desequilibrio entre la oferta y la demanda: si no hay suficientes bienes, como condones, para todos, los precios suben a niveles inalcanzables para la mayoría.
La economía que tan a menudo puede parecer un quehacer del que se ocupan otros, se filtra en todos los aspectos de nuestras vidas y, de descuidarla, puede llegar a inmiscuirse en espacios en los que no queremos invitados, como en las relaciones sexuales.