Hasta hace poco, Disney parecía imparable en su camino hacia el dominio de Hollywood. Pero en 2023, la taquilla cayó en picado y su magia se desvaneció. ¿Qué ha fallado?
El año 2023 debió haber sido mágico para The Walt Disney Company.
El estudio fue fundado por Walt y Roy Disney en 1923, por lo que se habían planeado multitud de películas, libros y eventos para celebrar su centenario.
Dibujos animados recientes como Frozen y Moana habían demostrado que su departamento de animación estaba prosperando, y varias fusiones le habían dado también el control de las franquicias Pixar, Star Wars y Marvel.
«Fue una increíble colección de marcas en un solo lugar», afirma Charles Gant, editor de taquilla de Screen International. «En 2019, Disney parecía imparable«.
De hecho, 7 de las 10 películas del top 10 mundial de 2019 fueron producciones de Disney, cada una de ellas con una recaudación en taquilla superior a los US$1.000 millones.
Si bien parecía improbable que 2023 fuera tan extraordinariamente estelar, existía la esperanza de que no estuviera muy lejos.
En cambio, a 2023 se le conoce como el año en que la magia del estudio se desvaneció.
En el momento de escribir estas líneas, los tres mayores éxitos mundiales del año son Barbie, The Super Mario Bros Movie y Oppenheimer, todos ellos realizados por rivales de Disney.
Disney está representada por Guardianes de la Galaxia 3, en el cuarto puesto, y el remake de acción real de La Sirenita, en el noveno, pero los éxitos fueron superados en número por los fracasos. The Marvels fue el estreno menos taquillero de la historia de Marvel Studios.
«Fue una calamidad rotunda, y un recordatorio para los jefes de los estudios de que solo porque una película recaude más de US$1.000 millones en todo el mundo (como lo hizo Capitana Marvel en 2019) no significa que el público esté ansioso por una secuela», le dice Gant a BBC Culture.
La otra propuesta de Marvel de este año, Ant-Man and the Wasp: Quantumania, fue una decepción. La mansión encantada, un auténtico fracaso. Indiana Jones y el dial del destino hizo la mitad de dinero que Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal en 2008.
Un dibujo animado de Pixar Elemental tuvo un pésimo fin de semana de estreno y, aunque su suerte mejoró, el presidente de Pixar, Jim Morris, no se mostró muy entusiasmado cuando declaró a Rebecca Rubin, de Variety, en agosto: «Con la taquilla que estamos viendo ahora, debería superar el punto de equilibrio… Sin duda será una película rentable para la compañía Disney».
Las posibles razones de sus males
¿Cómo ha salido tan mal 2023? Los expertos llevan semanas identificando varios factores.
Uno de los principales es que la pandemia de covid-19 hizo que la gente se acostumbrara a ver películas en casa en lugar de en los cines, y como Disney tiene su propio servicio de streaming, todo el mundo sabe dónde puede encontrar la producción del estudio.
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¡Luego está la «fatiga de superhéroes», la respuesta del público de «ya basta» a una oleada de personajes de cómic de segunda fila. Este fenómeno afectó a las películas de DC / Warner, como Blue Beetle, The Flash y ¡Shazam! La furia de los dioses, tanto como a las de Marvel.
Pero hay otra explicación más importante para los problemas de Disney este año: las películas no eran lo bastante buenas.
Por muy diversas que fueran, lo que tenían en común era su dejadez: conceptos débiles, efectos visuales chapuceros y tramas confusas que debían ser evidentes para todo el que las viera.
Como señala Brennan Klein en Screen Rant, Wish fue el primer dibujo animado de Disney en recibir una calificación de «podrido» en el sitio web agregador de críticas Rotten Tomatoes desde Chicken Little en 2005.
No es que este problema se limite a 2023. Los dibujos animados de ciencia ficción de Disney del año pasado Strange World y el spin-off de Toy Story, Lightyear, fracasaron por la misma razón rudimentaria.
Pero este año, una película tras otra han tenido suficientes fallos evidentes como para desanimar al público y a la crítica. No importa la pandemia, la fatiga de los superhéroes o el atractivo del streaming; sean cuales sean las circunstancias, pocas personas que hayan visto Wish o The Marvels habrán pensado que merecían ser éxitos de taquilla mundiales.
Si algo conectaba la calidad inferior de estas películas era lo retrógradas que eran. Quizá los ejecutivos del estudio estaban demasiado centrados en el centenario de la empresa, pero parecían empeñados en vivir de glorias pasadas en lugar de intentar algo creativo.
Apostaron por la nostalgia, a expensas de todo lo demás. El eslogan de muchos de sus carteles podría haber sido: «Como algo que has visto antes, pero peor».
Esta complacencia de laurel contrastaba con la audacia de Barbie y Oppenheimer. Una de estas películas revoloteaba entre épocas mientras examinaba por qué la raza humana estaba decidida a destruirse a sí misma. La otra utilizaba una muñeca infantil para burlarse del patriarcado, y terminaba con una visita a un ginecólogo.
David Fear, de Rolling Stone, calificó Barbie de «la superproducción más subversiva del siglo XXI». ¿Y Disney? La casa del ratón vendía más de lo mismo y el público no se lo tragaba.
Esto puede parecer sorprendente dado que el último año dorado de la compañía, 2019, estuvo definido por secuelas y remakes. Las siete películas que tuvo en el top 10 global incluyeron Avengers: Endgame, Star Wars: The Rise Of Skywalker, Frozen 2, Toy Story 4, El Rey León y Aladdin.
Aunque estas películas eran secuelas, todas prometían al público un atisbo de algo nuevo. Avengers: Endgame y Star Wars: The Rise of Skywalker fueron dos conclusiones muy esperadas de fantasías épicas de varias partes.
El Rey León tenía animales fotorrealistas. Frozen 2 era una secuela de gran presupuesto de un dibujo animado reciente de Disney, algo que nunca se había intentado antes.
Un estado de inercia creativa
Analicemos la cosecha de películas Disney de este año.
¿El regreso de un Indiana Jones envejecido? Ya lo vimos en Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal y tampoco fue deslumbrante.
¿La Sirenita? La novedad de los remakes de acción real ha pasado de moda, y como en este caso se trataba de criaturas marinas parlantes, era obvio desde los primeros tráilers que habría sido mejor dejarla como un dibujo animado.
¿Elemental? Bueno, los guionistas de Pixar a menudo imaginan que los juguetes, los vehículos y las emociones son personas, así que imaginar que los elementos clásicos de fuego, agua, tierra y aire son personas era lo normal.
En cuanto a Wish, no era una secuela ni un remake, pero resultaba demasiado familiar.
En la última década, Disney nos ha traído demasiadas princesas de cuento dulces, decididas pero torpes, y la última, Asha, estaba rodeada de referencias a Peter Pan, Mary Poppins y Pinoccio, entre otros.
Como señaló Donald Clarke en The Irish Times: «Sus miradas retrospectivas solo sirven para recordarnos lo trascendente que fue en su día la animación de Disney —tan reciente como Frozen— sin ofrecer ninguna señal esperanzadora hacia el futuro».
¿Y qué pasa con las películas de Marvel? El problema ahí era que Avengers: Endgame puso el broche final a una década de superproducciones interconectadas.
Fue el capítulo final de lo que se denominó La saga del infinito, por lo que todo desde entonces se ha sentido como una posdata o una nota a pie de página.
Vale la pena echar un vistazo si eres fan de los personajes, pero ya no es una parte esencial de una gran narrativa en curso.
Por suerte para Disney, Guardianes de la Galaxia siempre pareció estar muy separada del resto del Universo Cinematográfico Marvel, por lo que Vol. 3 podía verse como el final de una trilogía distintiva.
Pero Ant-Man y Capitana Marvel todavía parecían estar superando La saga del infinito en lugar de seguir adelante.
Aun así, si había una razón sencilla para los problemas de Disney, la buena noticia es que también hay una solución sencilla para ellos: lo único que tiene que hacer el estudio es hacer mejores películas.
Es cierto que resulta más fácil decirlo que hacerlo; sin embargo, los fracasos de este año deberían al menos animar a la compañía a ser más arriesgada.
Seguimos hablando de una megacorporación, por supuesto, así que «aventurero» supone un término relativo.
Es de esperar que el mundo de los superhéroes se vea sacudido por el renacimiento de Los cuatro fantásticos y X-Men, propiedades de Marvel que en su día pertenecieron a 20th Century Fox y que ahora han sido absorbidas por Disney.
Podemos esperar un remake de acción real de Moana, y es el primero de estos remakes en contar con los actores que hicieron las voces en los dibujos animados.
Así que puede que Disney no sea tremendamente original en un futuro próximo, pero sí puede que sea poco original en algunos aspectos nuevos e intrigantes. Eso podría bastar para recuperar una chispa de magia.