¿Cuánto compartes en internet sobre la vida de tus hijos? ¿Y hasta qué punto quieres ver información sobre la vida de los hijos de los demás en las redes sociales?
El »sharenting» -un anglicismo que proviene de share (compartir) y parenting (paternidad)- consiste en documentar las primeras sonrisas, palabras, pasos… Y cada una de las anécdotas de los más pequeños en Facebook, Instagram y otras redes sociales.
Y se ha convertido en una práctica tan habitual que el diccionario británico Collins lo incluyó en sus páginas en 2016. Desde entonces, el fenómeno no ha dejado de crecer.
Hasta ahora, no ha existido otra generación de niños con una infancia tan pública. Y es probable que, cuando crezcan, muchos no estén de acuerdo con ello.
¿Hasta qué punto es dañino el »sharenting»?
Algunos padres publican a diario imágenes en las que aparecen sus hijos (Foto: Getty Images)
3 categorías
Podría decirse que existen tres categorías de padres en las redes sociales:
- Los orgullosos
- Los protectores
- Los irritados
Los primeros son aquellos a quienes les encantaría que sus contactos de Facebook lo supieran todo sobre sus hijos. Y se encargan de hacerlo publicando cada foto y anécdota a través de la red social.
Savannah Morrison, de Glasgow, Escocia, es una de ellas.
«Me encanta publicar fotos de mi pequeño en Facebook e Instagram. Me encanta que mis amigos y familiares las comenten o hagan clic en ‘Me gusta'», le cuenta a la BBC.
«También disfruto comentando y haciendo like en las fotos de los hijos de mis amigos y familiares. Me parece increíble que pueda sentirme parte de sus vidas estando a miles de kilómetros de distancia».
«En mi opinión, mientras las fotos no sean indecentes y se pueda justificar la presencia del niño (si se le pregunta cuando crece) no hay problema», agrega.
Lo que genera debate es que, para muchos, el solo hecho de publicar una foto sin el permiso del menor ya es indecente.
Son los protectores de la privacidad, no menos orgullosos de sus hijos peromucho más cautelosos a la hora de publicar imágenes en las que aparecen los menores.
¿Estás seguro de que a él no le importará dentro de unos años? (Foto: Getty Images)
«Hago todo lo posible por no poner ninguna foto de mi hijo en Facebook», explica la briánica Rosie McDonald.
«Es un ser humano y tiene el mismo derecho a la privacidad que cualquier otra persona. Siendo tan pequeño, su capacidad de comprensión sobre lo que eso significa es mucho menor que la de un adulto».
Rosie considera que es «su trabajo como madre asegurarse de que los derechos de su hijo son reconocidos y respetados».
Y por otra parte, hay muchas personas están irritadas y hartas del »sharenting«.
Sus muros de Facebook están repletos de fotos de los hijos de sus amigos y familiares. Y ya tienen bastante con eso.
«Detesto cuando los padres publican cosas como mensajes de cumpleaños cuando sus hijos todavía no son lo suficientemente mayores como para leerlo», le dijo a la BBC Shaun Bacon.
«No me cuenten si es su cumpleaños o lo orgullosos que están de él o de ella, díganselo a la cara, que viven en la misma casa. No necesito ver eso», concluye.
El «sharenting» hace que muchos padres muestren sin pudor ni medida fotos de sus bebés (Foto: Getty Images)
Ofcom, el regulador de las comunicaciones de Reino Unido, elaboró un estudio en 2017 en el que sugiere que publicar fotos y videos familiares en las redes socialesse ha convertido en un «problema divisorio».
«Los padres están muy divididos sobre si es o no sensato compartir fotos de sus hijos en internet» le dijo a la BBC Lindsey Fussell, directora de consumo de Ofcom.
«La buena noticia es que de quienes lo hacen, 80% están seguros de restringir quién puede ver esas imágenes… Solo algunos amigos y familiares, por ejemplo», explica Lindsey Fussell.
La huella digital
Sin embargo, más de la mitad de las personas entrevistadas por Ofcom declararon que piensan que a sus hijos les parecerá bien que compartan sus fotos en la red, y solamente al 15% les preocupa que no piensen lo mismo dentro de unos años.
La Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad contra los Niños (NSPCC, por sus siglas en inglés), en Reino Unido, advierte que «cada vez que una foto o video es publicada, se crea una huella digital del niño que puede seguirlo en su vida adulta».
«Siempre es importante pedirle permiso al niño antes de publicar las fotos», le contó una vocera del organismo a la BBC.
«Si se trata de niños muy pequeños, piensa en si les gustaría que lo publicaras o si les avergonzaría. Si no estás seguro, es mejor que no lo hagas».
Si crees que puede ser embarazoso para él… Mejor no lo publiques (Foto: Getty Images)
Los fraudes
Más allá de los dilemas éticos, la información que los padres comparten en las redes sociales sobre sus hijos puede implicar riesgos de seguridad.
Según la compañía de servicios financieros Barclays, el »sharenting« es una puerta para los fraudes en internet.
El banco dice que muchos padres están comprometiendo la seguridad financiera futura de sus hijos (y la suya propia) al compartir sin medida datos de los menores en la red.
De hecho, la empresa calcula que hacia 2030 el »sharenting« podría costar más de 870 millones de dóalres en fraudes en línea -siendo responsable de dos terceras partes de las suplantaciones de identidad en la próxima década- y que cometer estafas por internet «nunca fue tan fácil».
También señala que hay padres que se dejan llevar por «una falsa sensación de seguridad» y que no se dan cuenta de que sus hijos se convierten en «blancos para el fraude»gracias la información que comparten sobre ellos y que permanece en la red.
«Otra década de padres compartiendo demasiada información en internet producirá7,4 millones de casos al año de robo de identidad hacia 2030», asegura la empresa.
Muchos de los datos que se comparten sobre los menores permanecen en la red durante años (Foto: Getty Images)
Esa información, advierten, puede ser usada para hackear contraseñas o para suplantar su identidad.
Entre otras cosas, a menudo revelan los nombres, la edad y la fecha de nacimiento de los menores, su dirección, el nombre de su escuela o el de su mascota.
Muchos de esos detalles siguen disponibles en la red mucho después, cuando los niños pasan a ser adultos, y son usados por hackers para estafas de comprasonline, préstamos fraudulentos y transacciones con tarjetas de crédito.
Desde Ecix, un despacho de «ciberabogados» dedicados a defender a empresas grandes y a particulares en internet, aseguran que «es importante saber que la existencia de ciertas imágenes de los niños puede provocar que éstas sean usadas para fines como la pornografía infantil, el ciberacoso, el ciberbullying o la cibersuplantación de identidad».
«Por estos motivos, conviene pensar bien si será o no beneficioso para nuestros hijos o familiares menores de edad que ciertas imágenes suyas permanezcan en internet», se lee en su sitio web.
¿Qué medidas tomar?
Los especialistas en seguridad informática dicen en que es importante comprobar los ajustes de privacidad y que los padres deben asegurarse de que saben qué datos están haciendo públicos sobre sus hijos.
«Gracias a las redes sociales, nunca fue tan fácil para los estafadores obtener el tipo de información que requieren para robarle la identidad a alguien», asegura Jodie Gilbert directora de seguridad digital en Barclays.
«Creo que es fundamental pensar antes de publicar y revisar regularmente las cuentas en las redes sociales para evitar que la información caiga en manos equivocadas», añade.
Tanto Facebook como Instagram cuentan con opciones para limitar lo que ven tus contactos.
También es recomendable desactivar las funciones de ubicación y geolocalización a la hora de compartir las imágenes y no dar demasiada información sobre la vida privada del pequeño, sobre todo si no sabes a ciencia cierta quién puede ver o usar esos datos.
Otra opción es no mostrar su cara para proteger así su identidad.