El fútbol en Chile es de extremos. No hay punto medio.
Pero lo que ha sido una tónica a lo largo de su historia, ahora alcanzó un nivel nunca visto.
La llamada generación dorada del fútbol chileno sacó a la Roja del ostracismo internacional hasta convertirla en una de las selecciones más admiradas del mundo.
Con un fútbol dinámico, de presión, ofensivo, liderados por figuras como Alexis Sánchez y Arturo Vidal, Chile pasó de estar en el lugar 45 de la clasificación FIFA al cuarto puesto en menos de diez años.
Chile conquistó su primer título en la Copa América 2015.
En ese período clasificó en la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010 finalizando en segundo lugar en las eliminatorias y luego se convirtió en una de las sensaciones en el Mundial de Brasil 2014 tras vencer y eliminar a España y poner contra las cuerdas a la selección anfitriona, con el disparo de Mauricio Pinilla contra el travesaño en el último minuto de la prórroga.
Eso sólo fue el preámbulo de la gloria que llegaría después con los títulos obtenidos en la Copa América 2015 y en la edición centenario al año siguiente.
Desde Europa llovieron elogios para la Roja sudamericana que en la Copa Confederaciones venció a la Portugal de Cristiano Ronaldo y le plantó cara a Alemania en la final, perdiendo con el dolor del error de Marcelo Díaz.
Pero en ese mundo de extremos Chile quedó por fuera del Mundial de Rusia 2018 con la misma generación de futbolistas que le dieron las mayores alegrías de su historia.
La eliminación no sólo transformó los elogios en críticas, sino que también mostró cómo la selección que una vez fue admirada se había convertido en una que generaba sentimientos de antipatía en toda América Latina.
La derrota contra Brasil fue celebrada en varias partes de América Latina.
Algo que fue evidente con las celebraciones que se multiplicaron por el continente y la mayoría de los comentarios dejados por aficionados en cada uno de los artículos publicados por BBC Mundo relacionados con las eliminatorias sudamericanas.
Incluso hubo un periodista chileno, Juan Cristóbal Guarello, de ADN Radio, que hizo una afirmación que se hizo viral en las redes sociales: «somos la selección más odiada de Sudamérica».
¿Es verdad?
En 2013 en BBC Mundo nos hicimos una pregunta parecida sobre si México era la selección más antipática del continente cuando los aficionados de muchos países celebraban los problemas que estaba teniendo el Tri para clasificar al Mundial.
Sin tratarse de un estudio científico, no hubo dudas entre las personas consultadas en que ese era el caso.
Pero como en el fútbol la memoria es selectiva y lo que importa es el presente, ahora la etiqueta de «antipático» se posa sobre Chile.
Marcelo Bielsa asumió el cargo de seleccionador de Chile tras el escándalo que protagonizó la roja en la Copa América de 2007 y desde un principio inculcó disciplina a los jugadores.
Lo más fácil es culpar de ese cambio de percepción a los títulos que obtuvo Chile en 2015 y 2016, pero lo cierto es que no se trata simplemente de los triunfos, sino la forma en los que se consiguieron.
Guarello enumeró junto a otros compañeros una serie de hechos para sustentar su tajante afirmación.
Habló de la soberbia de algunos jugadores, del polémico mensaje dejado en los vestuarios del estadio Nacional en Lima («Respeto, por aquí pasó el Campeón de América») en el comienzo de las eliminatorias y de la constante alusión a los títulos en las redes sociales.
En la tertulia también se mencionó el incidente del dedo de Gonzalo Jara al uruguayo Edinson Cavani y de cómo los futbolistas presumían continuamente de los logros que habían conseguido.
En Uruguay no olvidan el incidente entre Gonzalo Jara y Edinson Cavani en la Copa América 2015.
Una de sus víctimas favoritas fue México tras la contundente victoria 7-0 en la Copa América Centenario que fue bautizada como «la masacre de Santa Clara».
También apuntaron a la afición chilena, que terminó siendo la más multada por la FIFA de todas las eliminatorias a Rusia 2018, incluyendo los procesos clasificatorios de la seis confederaciones del organismo.
«No respetamos las diferentes culturas. No respetamos a las personas en sus propios países. En Sudáfrica se me cayó la cara de vergüenza de cómo los chilenos trataban a los locales. El racismo, el clasismo. Y eso también se trasladó a los jugadores», fue el comentario de Guarello.
Un hecho que se resaltó fue la invasión que protagonizaron aficionados chilenos a la sala de prensa del estadio Maracaná previo al partido frente a España en el mundial de Brasil.
Aficionados chilenos rompen las medidas de seguridad en el estadio Maracaná en Brasil 2014.
Y por último está el hecho del reclamo de Chile a la alineación indebida del jugador Nelson Cabrera en Bolivia, que puso en pie de guerra a Argentina, Ecuador, Colombia, Paraguay y Uruguay.
Lo irónico es que debido a ese recurso la selección chilena no clasificó al repechaje contra Nueva Zelanda debido a que la sanción a Bolivia benefició aún más a Perú.
Lo cierto es que Chile no estará en Rusia 2018 y no parece que habrán muchos en América Latina que lamentarán su ausencia.
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