El presidente de Chile, Sebastián Piñera, decretó en las primeras horas de este sábado el estado de emergencia en Santiago. Esta decisión es como respuesta a las fuertes protestas en la capital contra la subida del precio del pasaje del metro.
Piñera dijo a los medios que el objetivo de este estado de emergencia es «asegurar el orden público, la tranquilidad de los habitantes de la ciudad de Santiago. Proteger los bienes tanto públicos como privados y por sobre todo garantizar los derechos de todos».
La capital de Chile vive un colapso inusual. Las protestas se recrudecieron la tarde del viernes. Algunos locales comerciales fueron saqueados y estaciones de metro y autobuses del transporte público fueron incendiados.
Fuentes oficiales indicaron que hubo incendios en 19 estaciones de metro.
La madrugada de este sábado el ejército comenzó a desplegarse en las calles de la ciudad con la intención de recuperar la normalidad a la mayor brevedad, indicaron las autoridades.
Debido a las protestas el servicio del metro anunció que «se encuentran cerradas todas sus líneas por disturbios en las estaciones y que la situación se mantendrá durante todo el fin de semana».
A través de un comunicado, la estatal señaló que «esta medida se ha debido tomar por los graves destrozos a la infraestructura y sistemas de las estaciones que impiden contar con las condiciones mínimas de seguridad para pasajeros y trabajadores».
La ley de Chile establece que se puede establecer el estado de emergencia cuando hay una grave alteración del orden público. «Las zonas respectivas quedarán bajo la dependencia inmediata del jefe de la defensa nacional que designe el presidente», dice la Constitución.
Piñera designó al general de división Javier Iturriaga del Campo como jefe de la defensa nacional mientras dure el estado de emergencia.
Ciudad en caos
Las calles de la plaza Italia, lugar habitual de protestas sociales en Chile, se cerraron al tráfico con barricadas de vallas metálicas y algunas hogueras, en una imagen que se repite en otros lugares de la capital del país sudamericano.
Las protestas derivaron en choques entre manifestantes y agentes de policía tanto en las calles como en las propias estaciones de metro, cuyo servicio fue interrumpido por las autoridades.
¿Qué está pasando?
«Evadir, no pagar, otra forma de luchar»
La mayoría de los manifestantes son estudiantes.
«Los estudiantes chilenos han cumplido más de una semana de ‘evasiones masivas’ en el metro de Santiago, en protesta por una nueva alza en el pasaje del tren que moviliza a 2,8 millones de pasajeros diarios y cuyo valor en hora punta ha llegado a ser de los más caros de Latinoamérica: 1,17 dólares el ticket tras la última subida», explica desde Santiago la periodista Paula Molina.
Uno de los peores enfrentamientos de este viernes se dio en la estación Los Héroes, en el centro de la ciudad, donde un grupo de jóvenes se enfrentó a los carabineros.
«Evadir, no pagar, otra forma de luchar» es uno de los cánticos de los manifestantes, y es que, en los últimos días, una forma de protesta común han sido las «evasiones masivas», lo que significa levantar los torniquetes de cobro -o saltar por encima de ellos- para ingresar a los andenes sin pagar.
En algunos casos se han registrado destrozos.
La policía ha actuado con mano dura para detener las manifestaciones y en algunos casos ha lanzado gases lacrimógenos, incluso dentro de las estaciones.
En las redes sociales circularon fotos de una joven que supuestamente fue herida de bala por los carabineros en la Estación Central.
Ley de Seguridad del Estado
Piñera también recordó que el gobierno ya invocó la ley de Seguridad del Estado para que la justicia persiga a todos los involucrados en los disturbios.
Esto implica que se puedan aplicar penas más fuertes contra los jóvenes que participen en las protestas, decenas de los cuales han sido arrestados.
«Estamos estudiando la posibilidad de aplicar la Ley de Seguridad del Estado. En algunos casos la vamos a aplicar. Para eso está la ley. Nadie tiene derecho a afectar la vida de los demás», aseguró el presidente de Chile, Sebastián Piñera, a Radio Agricultura.
«Una cosa es manifestarse y otra cosa es el vandalismo que hemos observado. El metro es vital para todos los habitantes de la Región Metropolitana. Este afán de todo esto no es protesta, es delincuencia. Todos tenemos derecho a expresarnos, pero no a destruir», añadió.
Del otro lado del espectro político, la excandidata presidencial Beatriz Sánchez pidió al gobierno que se escuche a los manifestantes.
«¿No ven la desesperación de una familia que gana el salario mínimo (301.00 dólares, lo equivalente a 424 dólares) y q gasta 33.500 dólares (47 dólares) al mes para ir al trabajo?», escribió en un tuit.
El presidente del metro, Lous de Grange, dijo que los costos de los destrozos ascienden a unos 634.000 dólares.
La ministra de Transporte, Gloria Hutt, dijo a los medios que no se dará marcha atrás en el alza en el pasaje y alegó que el gobierno subsidia casi la mitad de los costos de operación de uno de los metros más modernos de América Latina