Aunque la película The Banshees of Inisherin («Los espíritus de la isla») no ganó ninguna de las 9 nominaciones a los Oscar que se entregaron este domingo, la cinta protagonizada por Colin Farrell y Brendan Gleeson ha recibido elogios tanto de la crítica como de las audiencias…
…y también ha revolucionado la vida de una mujer de 83 años del condado irlandés de Wicklow.
La película se desarrolla en una isla remota frente a la costa oeste de Irlanda en la década de 1920 y cuenta la historia de dos amigos que se pelean después de que uno decide terminar abruptamente la relación entre ambos.
Para crear prendas de punto que fueran auténticas para la época, Delia Barry estudió fotografías de hace 100 años.
Como indica el periodista de la BBC Paul Lawlor, los suéteres que tejió Barry han sido muy elogiados e incluso han aparecido en Vogue.
«Es simplemente increíble, no puedo entender todo el alboroto», ha confesado esta mujer, cuya creación favorita para la película es un suéter rojo que lució Colin Farrell.
Delia Barry, de vuelta al principio
«Quedé orgullosa del suéter de Colin Farrell cuando estuvo terminado. Trabajé con una fotografía antigua de 1921. Fue muy difícil descifrarla porque las fotografías eran en blanco y negro y muy ampliadas», le dijo Barry a la BBC.
«Fue muy difícil ver qué tipo de puntada era, pero lo logré. A veces, tienes que volver al principio. Tuve que rehacer el de Brendan Gleeson desde la sisa».
Barry teje desde hace 70 años, pero su primera incursión en el cine se produjo después de la muerte de su marido, Paddy, de cáncer de páncreas.
Un amigo en un grupo de apoyo contra el cáncer le presentó al diseñador de vestuario Eimer Ní Mhaoldomhnaigh, quien luego diseñó el vestuario de «Los espíritus de la isla».
La modista decidió donar parte de sus ganancias por la película al grupo de apoyo contra el cáncer de Greystones, la ciudad donde vive en Irlanda, para agradecerles por el respaldo que brindaron a su esposo.
«A mi esposo le diagnosticaron cáncer de páncreas en 2009 y murió 11 semanas después», recordó. «El grupo me brindó apoyo, lo visitó y siempre había alguien con quien hablar».
Después de terminar los suéteres, los envejeció para que parecieran gastados. Esta tarea a veces incluyó agregar agujeros a las prendas, algo que Barry admitió que no disfrutaba, «especialmente cuando eres tan particular».
A pesar de que sus prendas de punto aparecen en periódicos y revistas de todo el mundo, incluidas Vogue y Vanity Fair, Barry mantiene sus agujas de tejer firmemente en el suelo.
«No puedo creer que haya tanto interés», dijo. «Cuando has estado tejiendo toda tu vida, son solo suéteres».