Corea del Norte anunció el domingo que llevó a cabo una prueba de una bomba de hidrógeno que puede ser transportada en un misil balístico de largo alcance.
El hermético país asiático indicó que ésta, su sexta prueba nuclear, fue «un éxito perfecto» y ocurrió después de que sismólogos detectaron fuertes temblores en la región.
La bomba de hidrógeno que Pyongyang dice haber probado es mucho más potente que una bomba atómica.
Los analistas, sin embargo, afirman que las afirmaciones de Corea del Norte deben tomarse con cautela, aunque es claro que sus capacidades nucleares están avanzando.
Japón condenó la prueba y Corea del Sur llamó a una reunión de emergencia de su Consejo de Seguridad.
«Firme condena»
El presidente surcoreano, Moon Jae-in declaró que la sexta prueba nuclear debe ser recibida con la «respuesta más fuerte posible», incluidas nuevas sanciones de la ONU para «asilar completamente» al país.
Por su parte China, el único aliado importante de Corea del Norte, también condenó la prueba.
Declaró que Corea del Norte «ha ignorado la extensa oposición de la comunidad internacional al realizar, una vez más, una prueba nuclear».
«El gobierno de China expresa una resuelta oposición y firme condena hacia esto», declaró en un comunicado la Cancillería china.
Y el secretario general del gabinete japonés, Yoshihide Suga, también condenó la prueba y dijo que las sanciones contra el Norte deben incluir restricciones en el comercio de productos petroleros.
Poco antes Japón había confirmado que dos fuertes temblores de tierra reportados en Corea del Norte obedecieron a que Pyongyang realizó una nueva prueba nuclear.
«Después de examinar los datos, concluimos que se trataba de pruebas nucleares», dijo el canciller japonés Taro Kono en una conferencia informativa por la emisora pública NHK tras una reunión del Consejo de Seguridad Nacional.
Se dijo que los temblores se originaron en un lugar donde el hermético país asiático ha realizado pruebas nucleares de este tipo en otras ocasiones, en el Condado de Kilju, donde está situado el sitio de pruebas de Punggye-ri.
El Ejército de Corea del Sur aseguró que el movimiento telúrico fue provocado por «causas no naturales».
El Servicio Geológico de los Estados Unidos estimó inicialmente que el sismo, registrado a 10 kilómetros de profundidad, tuvo una magnitud 5,6 aunque luego la subió a 6,3.
Pocos minutos después, la Administración de Terremotos de China registró un segundo temblor con una magnitud superior a 4 y los describió como resultado de una «sospecha de explosión».
Corea del Sur convocó también a una reunión de emergencia de su Consejo de Seguridad, mientras el primer ministro de Japón, Shinzo Abe aseguró que una prueba nuclear sería «absolutamente inaceptable».
Corea del Norte realizó con anterioridad cinco pruebas de este tipo, la última de ellas en septiembre del año pasado.
El temblor se produjo pocas horas después de que el líder norcoreano Kim Jong-un fuera retratado junto a lo que los medios estatales calificaron como una «bomba de hidrógeno».
Aunque no existe confirmación independiente sobre la veracidad de su existencia, la agencia de noticias estatal norcoreana KCNA indicó que se trataba de «un arma termonuclear multifuncional con gran poder destructivo que puede detonarse incluso en grandes altitudes».
Corea del Norte ya ha declarado anteriormente que logró miniaturizar un arma nuclear pero los expertos expresan dudas al respecto.
También hay escepticismo sobre las afirmaciones de Pyongyang de que desarrolló una bomba de hidrógeno, que es más poderosa que una bomba atómica.
Las de hidrógeno utilizan fusión de átomos para liberar enormes cantidades de energía, mientras que las bombas atómicas utilizan fisión nuclear, que es la división de los átomos.
El Ministerio de Defensa de Japón informó que envió tres aviones militares para probar los niveles de radiación en el lugar donde tuvo lugar la prueba.
Análisis: ¿Cómo puede responder el mundo?
Jonathan Marcus, corresponsal de asuntos de defensa de la BBC
La sexta prueba nuclear de Corea del Norte -y quizás la más poderosa hasta ahora- envía una clara señal política.
A pesar de la bravata y las amenazas de la administración de Trump en Washington, y de la condena casi universal del mundo, Pyongyang no va a detener o limitar sus actividades nucleares.
Lo que preocupa es que esto también sugiere que este es un programa que está progresando en todos los frentes a un ritmo más rápido de lo que se esperaba.
Hasta ahora todos los esfuerzos para presionar a Corea del Norte, las sanciones, el aislamiento y las amenazas militares, han fracasado.
¿Puede hacerse algo más? Ciertamente, pero una dura presión económica potencialmente podría paralizar al régimen y empujarlo hacia la catástrofe, algo que China no está dispuesta a aceptar.
La contención y la disuasión ahora pasarán a primer plano a medida que el mundo adapta su política para buscar una reducción del programa de armas de Pyongyang a una para vivir con una Corea del Norte armada nuclearmente.
«Un arma nuclear muy grande»
Bruce Bennett, un analista de la defensa de Rand Corporation, un think tankespecializado en el tema, aseguró que un temblor de magnitud 6,3 significaría que Corea del Norte utilizó «una arma nuclear muy grande».
«Todavía no es una verdadera bomba de hidrógeno, pero ciertamente está mucho más cerca de eso que cualquier cosa que hayan hecho antes».
Indicó que China también se mostrará preocupada por el tamaño de la supuesta explosión.
«Los pobladores chinos que viven al otro lado de la frontera en esa zona, sin duda sintieron los enormes temblores», dijo.
El servicio meteorológico de Japón estimó que la prueba realizada este domingo fue 10 veces mayor que las realizadas antes.
Corea del Norte llevó a cabo su última prueba nuclear en septiembre de 2016 desafiando las sanciones de la ONU y la presión internacional para que suspenda su programa de armas nucleares.