El ascenso meteórico de la etiqueta «femtech» para describir productos tecnológicos, aplicaciones y hardware que abordan problemas de salud y bienestar de las mujeres ha ganado adeptos pero al mismo tiempo un montón de personas que la detestan.
Mientras unos dicen que ayuda al sector a conseguir la financiación que necesita para desarrollar ideas, otros argumentan que encasilla innecesariamente la salud de las mujeres.
Por no hablar de que el mundo del capital riesgo, dispuesto a invertir en el sector, es un mundo prominentemente masculino.
Entonces, ¿ayuda o dificulta?
Estoy sentado en una moderna sala de reuniones en el centro de Londres y tengo en mi mano un pequeño dispositivo que parece un huevo verde pálido del que sale una cola.
Sirve para ayudar a fortalecer los músculos del suelo pélvico.
Lo desarrolla la marca Elvie.
Una vez introducido en la vagina se sincroniza con una aplicación a través de bluetooth, para poder seguir los ejercicios a través del celular.
La directora ejecutiva de la nueva empresa, Tania Boler, saca una lista de cosas -que será familiar para muchas mujeres- de todo lo que puede salir mal si una mujer no tiene un piso pélvico fuerte.
«Una de cada tres mujeres tiene problemas de vejiga«, explica.
Y luego, agrega, hay «problemas de prolapso, problemas en la espalda baja, problemas sexuales …»
Me muevo un poco en mi silla.
La start-up británica se ha convertido en el perfecto modelo del auge del femtech, una palabra que podría ser algo así como «tecnología femenina».
Desde contadores del periodo hasta extractores de leche, el término abarca la menstruación, la menopausia, el embarazo, la lactancia y la fertilidad.
Un informe citado muy a menudo estima que el sector del femtech podría convertirse en una industria de US$50.000 millones para 2025.
Así que, podríamos pensar: ¿por qué ha tardado tanto en desarrollarse?
Es verdad que US$50.000 millones suena como una gran cifra.
Pero cuando consideramos que es un sector que, en teoría, se dirige a casi 4.000 millones de mujeres, aproximadamente la mitad de la población mundial, de repente estos números parecen bastante modestos.
Por comparar, Facebook tiene 2.000 millones de usuarios y vale más de 10 veces esa cifra.
«Creo que en el futuro, cuando los historiadores miren hacia atrás, parecerá una locura que hasta [hace poco] nunca haya existido un término tecnológico para las mujeres», dice Boler.
El término Femtech solo se ha popularizado en los últimos años.
Pero no todo el mundo está convencido de que será beneficioso a largo plazo.
Suw Charman-Anderson, fundadora de Ada Lovelace Day, un encuentro internacional que celebra los éxitos de las mujeres en campos científicos, teme que femtech pueda convertirse en un arma de doble filo.
«Si evoluciona a ser solo tecnología, está bien», dice ella.
«Se convertirá en un problema si es algo en lo que solo invierten las mujeres, en lo que solo las mujeres emprendedoras trabajan o que solo las mujeres compran».
Pero Boler está convencida de que el término abre oportunidades.
«La gente pensaba que estábamos completamente locos. Quiero decir, este es un dispositivo íntimo», dice, recordando los primeros días.
«Y, obviamente, al inicio lo veían principalmente inversores masculinos. Además, es un problema de salud de las mujeres del que nadie habla».
«Todo el mundo nos decía que esto sería imposible: que nunca conseguiría que las celebridades hablaran de esto. Que nunca podría venderlo en una tienda».
Lo cierto es que el dispositivo para fortalecer el suelo pélvico se puede conseguir ahora en algunos grandes almacenes.
Y el otro producto de Elvie, una bomba de leche materna silenciosa y portátil, fue uno de los regalos más recomendados de 2019.
En su libro «Mujeres invisibles», Caroline Criado Pérez relata la historia de Janica Álvarez, que buscaba fondos para un dispositivo extractor de leche en 2013.
«No voy a tocar eso, es asqueroso», le dijo un inversionista masculino.
¿La palabra «femtech» habría conseguido romper esa barrera?
Aunque Boler es entusiasta en el mensaje sobre el término femtech y ciertamente se ha beneficiado de él -Elvie ha recaudado US$42 millones este año- también tiene algunas reservas.
«En un mundo ideal, no necesitaríamos resguardarnos bajo el término femtech porque el 51% de la población de Reino Unido son mujeres», señala. «No es que nos dirijamos a un mercado de nicho».
Femtech y fertilidad
Quienes critican al sector de femtech dicen que la inclusión de problemas de fertilidad bajo su nombre es un problema.
Según el sistema de salud de Reino Unido, una de cada siete parejas se enfrenta a problemas de fertilidad.
Y aunque el 25% de ello no están diagnosticados, la causa puede recaer tanto en hombres como en mujeres.
«Si está buscando tener bebés y ayudar a las personas a resolverlo, entonces eso no es solo un problema femenino, es un problema familiar», dice Carolina Milanesi, analista de Creative Strategies.
«¿Por qué debería etiquetarse como una solución femenina?».
«Para ser honesto contigo, solo decir femtech me da un poco de miedo«, agrega.
«Cuando hablamos de hombres y salud masculina, no le decimos mentech, ¿verdad?»
Por su parte, Melanie Hayes, es una inversionista cuya firma, Bethnal Green Ventures, evita el término.
Hayes cita un ejemplo de una de sus propias inversiones recientes: una red social que ayuda a las personas con trabajos ocasionales a obtener mejores condiciones de trabajo, salarios y flexibilidad pare temas como el cuidado de los niños.
Pero, «aunque este tipo de productos no son femtech, y ciertamente nunca se nos presentaron de esa manera, no podemos ignorar el hecho de que quienes más se benefician de ellos son mujeres, porque son las más afectadas por estos problemas «, dice ella.
«Estoy realmente interesada en las tecnologías en torno a una vida saludable, una sociedad más justa y un planeta más sostenible. Creo que femtech podría aglutinar fácilmente cada una de esas cosas».