El juicio para dictar sentencia contra el asesino confeso de 17 personas en uno de los peores tiroteos escolares en la historia de EE UU terminó con la recomendación del jurado de 12 miembros – 7 hombres y 5 mujeres – de cadena perpetua.
Nikolas Cruz, quien el día de San Valentín de 2018 mató a 14 estudiantes y 3 empleados de la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas, en la ciudad de Parkland, Florida, tendrá que esperar hasta el 1 de noviembre para que la juez dicte la sentencia, luego de que la fiscalía solicitara que se escuchara a las víctimas antes de la decisión.
Este caso es el tiroteo masivo más mortífero que llega a juicio en EE UU.
En el proceso legal que se decidió este jueves no estuvo en cuestión la culpabilidad del acusado, sino la pena que le correspondía: cadena perpetua o muerte.
Una y otra vez el jurado reconoció de manera unánime que los actos cometidos por Cruz habían puesto «en riesgo de muerte a muchas personas» y habían sido «premeditados, calculados, atroces y crueles».
Una y otra vez dijeron que los actos eran merecedores de la pena de muerte.
Pero de igual manera, una y otra vez, la jueza dijo que uno (o más, no se puede saber) miembros del jurado había coincidido en decir que no era posible establecer «más allá de cualquier duda razonable» que los factores agravantes del caso tuvieran mayor peso que los factores mitigantes.
En BBC Mundo, te contamos qué detalles sobre la vida de Cruz se conocieron durante el juicio.
El alcohol como «factor decisivo»
El argumento principal de la defensa de Cruz se basó en las difíciles circunstancias en las que creció.
En específico, los abogados que representan al joven asesino se enfocaron en su madre biológica y en los efectos que tuvieron sus problemas de alcoholismo y drogadicción en el desarrollo fetal de Cruz.
Según testigos de la defensa, Brenda Woodward, la madre natural de Cruz, excedió «por mucho» la cantidad límite de licor que los médicos creen podría tener impacto para las mujeres embarazadas.
Uno de los expertos médicos que sirvió de testigo para la defensa dijo que «nunca había visto una mujer embarazada beber tanto licor».
Con esto, la defensa intentó demostrar que el tiroteo había sido resultado de problemas mentales «inevitables», consecuencia de una condición conocida como el síndrome alcohólico fetal.
«Su destino estaba sellado desde el vientre y, en una sociedad civilizada, humanitaria ¿de verdad matamos a las personas que tienen el cerebro dañado, enfermas mentalmente, rotas?», preguntó la abogada Melissa McNeill en sus argumentos de cierre.
Cruz fue adoptado inmediatamente tras su nacimiento, en un acuerdo privado entre los padres adoptivos, Roger y Lynda Cruz, y la madre biológica.
Roger Cruz murió de un infarto cuando él tenía 5 años y, según se dijo durante el juicio, su madre adoptiva se vio desbordada para criar sola a Cruz y a su hermano.
Nikolas Cruz no era un niño fácil, como revelan los documentos oficiales.
Fue diagnosticado con depresión, síndrome de déficit de atención e hiperactividad, discapacidad de comportamiento emocional, entre otros, según muestran los registros del Departamento de Infancia y Familias.
La madre les dijo además a los funcionarios de dicha agencia que Cruz tenía trastorno obsesivo-compulsivo y problemas de temperamento.
Lynda Cruz murió en noviembre de 2017, seis meses antes del tiroteo.
Para la abogada defensora McNeill, una sentencia de muerte «no cambiará nada» y «no traerá a las víctimas de vuelta».
Las entrevistas
Dado que el argumento de la defensa se basó en la aptitud mental de Cruz, la fiscalía citó al psiquiatra forense Charles Scott y al neuropsicólogo Robert Denney a declarar.
Ambos pudieron entrevistar a Cruz en ocasiones separadas y la acusación proyectó las grabaciones de esas conversaciones durante el juicio, algo inusual, debido a que, generalmente, los tiroteos masivos como el de Parkland terminan en la muerte del asesino y no en un tribunal.
Cruz se ve diciendo que había pensado en llevar a cabo el tiroteo desde «hace tiempo» y que había usado videos de tiroteos anteriores, como el de la escuela de Columbine (1999) o el de Virginia Tech (2007) para entrenarse.
«Estudié a asesinos múltiples y cómo lo hacían, sus planes, lo que tenían y lo que usaban», se oye decir a Cruz, quien en los videos aparece esposado y respondiendo tranquilamente.
Sobre la noche antes del tiroteo, Cruz les contó a los investigadores que no había podido dormir, imaginándose cómo se sentiría el retroceso del fusil semiautomático que usó en el tiroteo.
En sus argumentos de cierre, el fiscal Michael Satz dijo: «Se ha dicho que lo que alguien escribe y lo que alguien dice es una ventana al alma de una persona».
«Algunas de las declaraciones que el acusado escribió en su cuenta de YouTube fueron: ‘Sin piedad, sin preguntas. Voy a asesinar niños. Amaría ver a las familias sufrir'».
«Eso requiere planeación», agregó el abogado, «está anticipando no solo imponer dolor» en las víctimas, sino «anticipando cómo el dolor, el miedo y la muerte van a afectar a las familias».
Se espera que el jurado tome una decisión en los próximos días.