Ndakasi, la entrañable gorila cuyo selfie con un guardabosques se hizo viral, murió con 14 años luego de una larga enfermedad.
Falleció en brazos de Andre Bauma, uno de los guardabosques que la rescató cuando era bebé, en un orfanato de gorilas en Virunga, el parque nacional más antiguo de África en la República Democrática del Congo.
«La amaba como a una niña», dijo Bauma.
«Su personalidad alegre me hacía sonreír cada vez que interactuaba con ella».
Según el Parque Nacional Virunga, la gorila falleció el pasado 26 de septiembre «tras una enfermedad prolongada en la que su estado se deterioró rápidamente».
«Dio su último aliento en los amorosos brazos de su cuidador y amigo de toda la vida, Andre Bauma con quien se tomó una selfie».
El hombre rescató a Ndakasi en 2007, cuando la gorila tenía 2 meses y quedó huérfana luego de que unos cazadores furtivos mataran a sus padres.
Cuando la encontraron, la pequeña aún estaba aferrada a su madre muerta.
Al no tener más parientes de la familia Kabirizi en ese lugar, los guardabosques decidieron que era demasiado peligroso dejar a Ndakasi en la naturaleza.
Así que fue criada en el orfanato, donde Bauma es el gerente.
El hombre tuvo a la bebé cerca de él, manteniendo su pequeño cuerpo sobre su pecho para darle calor, recuerda.
«Fue un privilegio apoyar y cuidar a una criatura tan amorosa, especialmente sabiendo el trauma que sufrió Ndakasi a una edad muy temprana. Se podría decir que se asemejó a su madre, Nyiransekuye, cuyo nombre significa ‘alguien feliz de dar la bienvenida a los demás'», dijo Bauma.
Su salto a la fama
Ndakasi se volvió conocida a nivel mundial en 2019, cuando ella y otra gorila de las montañas, Ndeze, posaron en un selfie tomado por un guardabosques.
Al parecer intentaban imitar a los cuidadores.
En declaraciones a la BBC en 2014, Bauma dijo que amaba a Ndakasi como si fuera su hija.
«Compartíamos la misma cama, jugaba con ella, la alimentaba… puedo decir que soy su madre».
Los gorilas de montaña viven principalmente en los bosques de los parques nacionales de Uganda, Ruanda y el Congo.
Pero el cambio climático, los cazadores furtivos y la invasión humana representan amenazas para su supervivencia.
Además, el este de la República Democrática del Congo, donde se encuentra Virunga, está sumido en un conflicto entre el gobierno y varios grupos armados.
Algunos de estos grupos armados tienen su base en el parque, donde a menudo cazan animales.
El jueves, Bauma dijo que conocer a Ndakasi «me ayudó a comprender la conexión entre los humanos y los grandes simios y por qué deberíamos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para protegerlos».
«Todos nosotros en Virunga la extrañaremos, pero estaremos eternamente agradecidos por la riqueza que Ndakasi trajo a nuestras vidas durante su tiempo en Senkwekwe», dijo Bauma.
Fundado en 1925, Virunga, uno de los pocos destinos turísticos de este país centroafricano y Patrimonio de la Humanidad desde 1979, acoge a más de un tercio del millar de gorilas de montaña que quedan en el mundo.