Cuando la Corte Suprema de Alabama definió a los embriones congelados como niños, el shock y la confusión fueron inmediatos. Los principales hospitales retiraron los tratamientos de fertilidad y los futuros padres buscaron certezas sobre lo que sucedería a continuación.
El debate sobre los derechos reproductivos en Estados Unidos ha sido impulsado durante mucho tiempo, en parte por la oposición al aborto de grupos cristianos, pero esta decisión ha dividido a ese movimiento y encendido el debate sobre el papel de la teología en cómo se hacen las leyes estadounidenses.
Margaret Boyce es una persona reservada de voz suave. En sus propias palabras, no alguien a quien la guste gritar.
Llevaba 10 meses tomando medicamentos para la fertilidad y estaba a días de su primera cita para la fertilización in vitro (FIV) cuando los jueces del máximo tribunal de Alabama emitieron una decisión que ha puesto su vida en suspenso.
Esa decisión, que llevó a muchos centros de fertilidad a detener su trabajo, la ha llevado a recurrir a la Biblia diariamente en busca de consuelo.
Esta mujer de 32 años y su esposo tienen un niño pequeño, pero en esta segunda vez ella está experimentando una infertilidad para la que no hay explicación. Construir una familia siempre ha sido el sueño.
«Yo soy una de tres. Siento que es el regalo más grande para darle a tu hijo es un hermano», dijo.
«El camino para convertirse en padres es diferente para cada pareja, mental, emocional y financieramente», agregó, con los ojos llorosos.
«Esta decisión ha añadido más ansiedad innecesaria a algo que ya es muy difícil«,
A una cristiana devota como Margaret le resulta difícil comprender una decisión, que tiene consecuencias sobre lo que ella ve claramente como un proceso para crear vida.
«Dios «te dice que vayas, seas fecundo y te multipliques», afirma.
La fecundación in vitro (FIV) es un tratamiento difícil y prolongado que implica la fertilización de los óvulos con esperma en un laboratorio para crear un embrión microscópico. El embrión fertilizado luego se transfiere al útero de la mujer, donde puede resultar en un embarazo, aunque esto no sucede en todos los casos.
Los embriones a menudo se congelan o se destruyen.
La FIV representa alrededor del 2% de los embarazos en Estados Unidos.
Citando la Biblia
La corte de Alabama dictaminó que la ley estatal sobre muerte de niños cubre no solo a los fetos en el útero, sino también a los embriones mantenidos en un laboratorio o instalación de almacenamiento.
No prohibió explícitamente ni restringió la FIV, pero aún así ha creado una profunda incertidumbre entre las clínicas y profesionales médicos que manejan embriones y temen ser procesados.
En los últimos días, la Oficina del fiscal general del estado dijo que «no tiene la intención» de presentar cargos criminales contra las clínicas de FIV, pero desde una de ellas le dijeron a la BBC que esta declaración carecía de detalles y no disipaba sus temores.
Si bien la mayoría de los jueces fundamentaron su fallo en la ley, el presidente de la corte, Tom Parker invocó las Sagradas Escrituras para justificar su decisión.
El pueblo de Alabama, escribió en su voto, había adoptado una «visión teológicamente basada de la santidad de la vida», como se refleja en la Constitución de su Estado.
Adentrándose en fuentes religiosas de teólogos cristianos clásicos como Santo Tomás de Aquino y también en un manifiesto cristiano conservador moderno, concluyó que «incluso antes del nacimiento, todos los seres humanos tienen la imagen de Dios y sus vidas no pueden ser destruidas sin borrar su gloria».
Algunos grupos antiaborto celebraron el uso explícito de las Escrituras en la opinión del juez Parker para justificar lo que para ellos fue una decisión trascendental.
Tony Perkins, presidente del grupo activista evangélico Family Research Council, lo describió como «una hermosa defensa de la vida».
Pero la justificación teológica del presidente de la corte dejó a Margaret desconcertada. Ella no cree en el aborto, pero le cuesta ver a un embrión congelado como una persona viva. Para ella, la vida comienza con un latido del corazón.
«Nadie entiende mejor que un embrión no es un niño que la persona que anhela que ese embrión sea un niño», afirma.
Los tribunales estadounidenses toman a veces decisiones aparentemente basadas en premisas religiosas, dijo Meredith Render, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Alabama. Pero agregó que «rara vez se ve tan explícitamente declarado» como en la opinión del presidente de la corte de Alabama.
Sin embargo, la decisión no fue «un caso aislado» para un tribunal conservador en un estado dominado tradcionalmente por los republicanos, dijo Kelly Baden, vicepresidenta de políticas públicas del Instituto Guttmacher, que rastrea la legislación sobre el aborto en todo Estados Unidos.
«Vemos que muchos funcionarios electos y jueces a menudo abordan este debate desde una perspectiva altamente religiosa», dijo.
Aunque la Corte Suprema del estado de Alabama no es nombrada por el presidente de Estados Unidos, más de 200 jueces fueron designados por Donald Trump en los tribunales federales durante su mandato de cuatro años, lo que le granjeó un apoyo duradero de los evangélicos estadounidenses.
Durante su presidencia, logró designar a tres nuevos jueces para la Corte Suprema de nueve miembros., Los designados por Trump fueron claves en la histórica decisión de Roe contra Wade de 1973, que puso fin al derecho al aborto a nivel federal.
Desde esa decisión en 2022, que reabrió una batalla nacional sobre los derechos reproductivos, los tribunales en Missouri han utilizado las enseñanzas bíblicas para justificar la restricción de los derechos al aborto y un miembro de una organización legal cristian al que Trump eligió como juez en en Texas intentó imponer una prohibición nacional del Mifepristone, una píldora abortiva comúnmente utilizada.
Si bien muchos políticos republicanos están cómodos con tales decisiones, las restricciones al aborto impuestas por los tribunales conservadores han resultado ser un potente caballo de campaña para los demócratas en las elecciones recientes, incluidas las de mitad de mandato de 2022.
La decisión de Alabama, tomada por jueces republicanos y que afecta tratamientos de fertilidad ampliamente respaldados por el público estadounidense, fue un paso más allá, provocando un temor inmediato a represalias políticas en un año en que se celebrarán elecciones presidenciales.
Cualquier indicio de que la FIV esté en peligro podría empeorar la indignación contra los republicanos que provocó la caída de Roe contra Wade, especialmente entre las mujeres de los suburbios y sectores moderados que no ven buenos ojos la prohibición total del aborto.
El propio Donald Trump, el claro favorito en la carrera por la nominación republicana, salió enérgicamente en apoyo de la FIV, instando a los legisladores de Alabama a preservar el acceso al tratamiento.
Su última rival en la carrera por la nominación republicana, Nikki Haley, pareció apoyar inicialmente la decisión, pero luego dio marcha atrás.
«Filosóficamente, es una victoria para el movimiento pro-vida porque continúa con el reconocimiento de la vida no nacida», dijo Eric Johnston, presidente de la Coalición Pro-Vida de Alabama.
«Pero te encuentras en una situación muy difícil, donde tienes este procedimiento médico que es aceptado por la mayoría de las personas, y luego ¿cómo lidias con ello? Ese es el dilema”.
Johnston está de acuerdo con la decisión de los jueces “en general”, y la considera “bien escrita desde el punto de vista legal y médico”, pero añade: “La comunidad pro-vida en general apoya la FIV, y he conocido y trabajado con muchas personas que han tenido hijos a través de la FIV y al mismo tiempo, piensan que el aborto está mal”.
Qué vendrá ahora para los pacientes de tratamientos de fertilidad
Para los pacientes en este estado del sur profundo, la última semana ha estado llena de llamadas de pánico a clínicas, correos electrónicos a legisladores locales y de las prisas de algunos para intentar transferir sus embriones congelados fuera del estado.
Rodney Miller, de 46 años, y su esposa Mary Leah, de 41, pasaron una década intentando tener hijos, antes de que la FIV les permitiera dar a luz gemelos hace 18 meses.
Él dijo que «agradece al Señor por los avances en la ciencia y la medicina» que hicieron eso posible.
La pareja está pasando por el proceso nuevamente y a la espera de ver si los dos embriones trasplantados esta semana se desarrollarán en un embarazo.
«Esto no es una victoria para la derecha cristiana», dice Miller, que trabaja para Carrywell, una organización que apoya a las familias afectadas por la esterilidad.
«Es el caso clásico en el que ganaste la batalla pero perdiste la guerra. Menos niños nacerán debido a esto a menos que las cosas cambien.
«¿Cómo llegamos a ser un estado donde si quieres interrumpir un embarazo, tienes que salir del estado y si quieres iniciar un embarazo mediante la fecundación in vitro también tienes que salir del estado?».
Si el fallo en Alabama influirá en decisiones en otros lugares es una pregunta abierta.
Se han presentado proyectos de ley que consagran la idea de que la vida comienza en la concepción en más de una docena de estados. Pero estos proyectos de ley, aunque promueven la idea de que un feto o embrión es una persona, no relacionan explícitamente eso con el contexto de la FIV, dijo Kelly Baden del Instituto Guttmacher.
Por lo tanto, el fallo de Alabama, con sus implicaciones que van mucho más allá del acceso al aborto, no constituye una tendencia, dijo.
La abogada de familia de Alabama Ashleigh Meyer Dunham, quien ha utilizado la FIV ella misma, ha trabajado con un gran número de casos afectados por el fallo, dijo que estaba «aterrada» de pensar que los pacientes de fertilidad en otros estados puedan verse también afectados.
Le preocupa que en otros estados puedan tomarse decisiones similares
«Mi mayor preocupación es que la gente en otros lugares se olvide de nosotros y piensen: ‘Oh, solo son un estado conservador, y todos son unos paletos. No te preocupes, nunca sucederá aquí’.
«Y lo siguiente que veamos es que está sucediendo en otros estados que son ultraconservadores.»
Debido a que el fallo de Alabama involucra una interpretación de la ley estatal y no federal, es poco probable que llegue a la Corte Suprema de los Estados Unidos.
Actualmente hay un proyecto de ley en trámite en la cámara estatal de Alabama, introducido por los demócratas, que busca dejar sin efecto el fallo y permitir que se reanuden los tratamientos de fertilidad.
Se espera que los republicanos presenten su propio proyecto de ley. Si lo hacen, deberán encontrar la manera de equilibrar una base religiosa dividida, en la que algunos celebran el fallo del tribunal y otros están preocupados por sus posibles implicaciones para la fecundación in vitro.
Margaret reza para que los legisladores encuentren una solución.
«No soy muy franca, me mantengo reservada. A mis amigos o familiares les sorprendería escuchar que estoy enviando correos electrónicos a cada representante y senador.»
«Pero esto me ha indignado. Es en lo único en lo que puedo pensar ahora».
Alex Lederman contribuyó con la reportería en Alabama. Investigación adicional de Kayla Epstein en Nueva York.